Ser felices y encontrarnos bien con nosotros mismos, desde la niñez hasta la más experimentada adultez, puede que se nos presente como uno de los máximos retos a conseguir. Sin embargo, su aparente normalidad a lo largo de nuestras vidas no implica que en ocasiones nos frustre más de lo que debiéramos. 

"El día que hayamos entendido el movimiento, habremos entendido la emoción". Así lo expresaba el reconocido neurocientífico portugués Antonio Damasio. Una intrigante reflexión que releva la importancia de la danza en nuestro bienestar emocional

Bailar ayuda enormemente a nuestro bienestar. La conexión que se establece entre la danza y nuestras emociones más arraigadas tiene tal poder que consigue desbloquearnos al final del ejercicio, beneficiando de forma extraordinaria nuestro sistema cognitivo

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La bailarina argentina Gise Schwartz explica como bailando trabajamos muchas regiones cerebrales que implican comportamientos sensoriales, sociales, rítmicos y creativos. Un ejercicio mucho más complejo de lo que puede parecer que, según estudios "aumenta el diámetro de los axones de las neuronas". 

Al comenzar a bailar estamos repletos de temores tales como la vergüenza o el miedo al ridículo. En cambio, cuando terminamos la danza nos sentimos animados, relajados por el hecho de haber superado ese pánico inicial. La importancia de este sencillo ejercicio va mucho más allá para el desarrollo de las personas de lo que un primer momento se puede pensar. 

El baile conectado a la neurociencia

Existen diferentes estudios que demuestran cómo el cerebro de los bailarines profesionales, gracias a la danza, presenta un mayor diámetro de los axones de las neuronas, "especialmente en la materia blanca que conecta las regiones sensorial y motora, y un hemisferio del cerebro con el otro".

Así lo explica la doctora en psicología Nerea Palomares, añadiendo que la ciencia advierte sobre cómo este ejercicio fomenta que "las neuronas se sincronicen entre las regiones de un mismo cerebro, pero también a nivel intercerebral".

Grupo de mujeres bailando. Pixabay

Esta afirmación implica que aquellas personas que bailan juntas pueden coordinar sus cerebros aumentando el vínculo entre ellas. Otra de las ventajas cognitivas que la danza tiene sobre nosotros

Bailar, además, nos obliga a ejecutar secuencias de los movimientos que realizamos, lo que conlleva que tengamos que recordar dichos pasos para ponerlos en práctica. Otro de los beneficios de la danza que, según la psicóloga, ayuda a relacionarnos socialmente.

Bailar para desbloquearnos

Además, cuando bailamos conectamos la funcionalidad del cerebro haciendo trabajar partes relacionadas con la toma de decisiones, la planificación, el aprendizaje, la atención, la resolución de problemas y la memoria a corto y largo plazo según la experta en psicología.  

Con el baile activamos la ínsula, la estructura cerebral que trabaja sobre el ámbito social. Esta se activa en diferentes situaciones, sociales y emocionales, desencadenando la interacción entre las personas a través de la empatía por el dolor ajeno, la ansiedad, la preocupación excesiva o la tensión. 

Mujer sonriente después de entrenar. Pixabay

Incluyendo el baile en tu rutina de ejercicio, estarás apostando también por rebajar los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés. Además, estarás produciendo un mayor nivel de dopamina y serotonina, los neurotransmisores que científicamente se relacionan con el bienestar emocional. 

Vencer a nuestro bloqueo con el baile

Comenzar una actividad como el baile puede suponer cierto reparo inicial que nada nos beneficia para hacer frente a nuestros miedos, favoreciendo que estos se interpongan en nuestras relaciones sociales y nuestro bienestar emocional. 

La bailarina internacional ha centrado su carrera en el baile cognitivo a través de sus clases de danza improvisada con el que consigue ayudar a cientos de mujeres.

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Estas se presentan totalmente bloqueadas ante ella y, gracias al movimiento, consiguen liberarse de los miedos más arraigados que existen en su interior.

Bien sea desde lo cognitivo, lo emocional o lo conductual, el baile beneficia enormemente nuestro bienestar, en el amplio sentido de la palabra. No solo estaremos activando funciones en nuestro cerebro, sino que estaremos combatiendo uno de los mayores bloqueos que existen: el miedo a la vergüenza y al ridículo