El tortuoso camino hacia la nulidad matrimonial: "El maltrato no es una causa en sí para solicitarla"
Del proceso de nulidad a las peculiaridades del humano y sus relaciones. De los trastornos de afectividad a la incapacidad psicológica consensual.
21 septiembre, 2024 01:40Quizá el caso más conocido en el que la Iglesia no concedió la nulidad matrimonial sea el de Enrique VIII de Inglaterra, casado con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos. La negativa provocó el cisma de Inglaterra con la Iglesia Católica y el nacimiento de la Iglesia Anglicana.
Hace poco, una noticia llamó la atención en la redacción de Magas. Un tribunal eclesiástico decretaba la nulidad de un matrimonio porque la esposa había ocultado a su marido antes de casarse que tenía una cuenta de Onlyfans.
La catedrática de Derecho Canónico, Irene Briones, explica a Magas que en ese "antes de casarse" radica la causa de la nulidad. Al ilustrar cómo es el proceso de nulidad, salen a relucir las peculiaridades del ser humano y de sus relaciones de pareja.
La duración media del matrimonio en España es de 16,4 años. La edad de divorcios oscila entre 40 y 49 años. En concreto, 2023 hubo 76.685, un 5.7% menos que en 2022. Y como con los divorcios, el número de demandas de nulidad varía.
Depende del año. Desde el 2020 con el Covid ha habido un bajón en bodas y en demandas de nulidad. En el 2022 hubo un repunte. Es difícil tener datos concretos. Cada obispado da unos diferentes, pero no suelen superar el centenar al año.
A diferencia del divorcio o la separación civil en los que las causas no importan, el tribunal eclesiástico sólo puede declarar un matrimonio nulo mediante hechos probados. Se necesitan pruebas a través de la declaración de cónyuges y testigos, normalmente familiares y amigos.
Para determinar qué prueba se puede alegar, un abogado canónico hace a los cónyuges un interrogatorio con preguntas muy íntimas acerca de la convivencia, la sexualidad, problemas psicológicos… ¿Por qué es necesario indagar en cosas tan íntimas?
Para saber si hay o no vicio en el consentimiento (al casarse). El asesor o letrado tiene que conocer la personalidad del sujeto, su cultura o qué ha marcado su vida. Tiene que preguntar por la familia, la relación con los padres, la juventud, los posibles novios, la salud mental…
Puede haber enfermedad o solo trastorno de la personalidad. Hay personas complejas, otras histriónicas que siempre quieren llamar la atención, pero son vacías. También hay narcisistas…
El interrogatorio es duro e incómodo. Uno se puede sentir juzgado, no sólo por sí mismo, sino por su entorno y la educación que ha recibido.
Incómodos nos sentimos en el momento en que hemos fracasado. Siempre supone un dolor. Si el motivo de nulidad recae en ambos, los dos tienen que contar su vida y eso es sacar las heridas, como cuando vas a un terapeuta. En este proceso no te recomiendan antidepresivos si se te cae una lágrima.
¿Hace falta un perito?
El perito es necesario cuando es una demanda por incapacidad psicológica consensual, que es la más común. En este caso, hay un grave defecto de discreción de juicio sobre derechos y deberes matrimoniales.
Por ejemplo, hay un trastorno de la afectividad cuando lo emocional pesa más que lo racional. O cuando, aun siendo la persona madura, hay algo que le impide asumir las obligaciones matrimoniales. Puedes tener mucho éxito en la vida profesional, pero no ser capaz de entregarte en el ámbito matrimonial.
¿Qué pasa cuando los cónyuges dejan de amarse porque cada uno ha evolucionado de manera distinta?
Por la pérdida de amor no se puede declarar nulo un matrimonio. La nulidad proviene de aquellas patologías que ya están antes del consentimiento, es decir, de un vicio oculto.
El amor evoluciona con la convivencia. Tras el amor apasionado se tiende hacia la amistad, la complicidad, a compartir las obligaciones con los hijos. Es un amor distinto. Solo alguien inmaduro no es capaz de valorar ese amor.
Todos hemos conocido matrimonios mal avenidos. No merece la pena vivir así.
Hay personas que son muy fieles a su proyecto de vida y luchan incansablemente hasta el final. Es un trabajo en equipo.
Si uno de los dos no quiere…
Ahí es cuando hay un problema. Tengo amigas que han luchado muchísimo por el matrimonio, pero ellos no. Entonces, hay muchos divorcios y también anulaciones.
¿Cuáles son los motivos más comunes de nulidad matrimonial?
El más común es la incapacidad psicológica consensual que está prescrita en el Canon 1095 de Derecho canónico. Hay otras causas. Por ejemplo, el error en la apreciación de las cualidades del otro da lugar a la nulidad del matrimonio cuando se trata de una cualidad determinante.
También está el error doloso, que es cuando una persona, por acción u omisión, genera un engaño en el otro sobre una cualidad que presume tener y no tiene, y esto perjudica gravemente la convivencia.
Por ejemplo, cuando el marido o la mujer resulta ser un narcisista patológico…
Podría ser. El maltrato no es una causa en sí de nulidad, sí de separación. Hay que averiguar la causa por la que existe un maltratador. En este caso, la nulidad iría por vía de la incapacidad -un problema de carácter psíquico- o de la simulación. Por ejemplo, una persona fría que excluye el bien del otro. Esa tendencia a la dominación a través del maltrato psicológico o físico se le ha ocultado al otro antes del vínculo (el matrimonio). Hay abogados que lo tratan como error doloso.
La esterilidad y no querer tener hijos también son motivo de nulidad.
La esterilidad ni prohíbe ni dirime el matrimonio. Solo puede ser causa de nulidad si está dentro de ese error doloso, es decir, haberlo ocultado antes del consentimiento. El no querer tener hijos, sí.
¿Cuál es el caso más extravagante que ha visto?
Más que extravagantes, he tenido casos deshonestos. Una pareja de un pueblo que llevaba 8 años de noviazgo. Ella encuentra trabajo en Madrid y se enamora de un compañero de trabajo con el que tiene relaciones sexuales. Como la boda estaba ya preparada y pagada, y ella no quería perderse el viaje de novios, se casa. Pero continuó su relación, e incluso su amante iba a buscarla al domicilio para ir juntos al trabajo.
Hay casos por impotencia. Muchas veces no son motivo de nulidad, sino de disolución porque no han tenido relaciones sexuales después del consentimiento, aunque las hayan tenido antes. En esos supuestos, hay casos extravagantes. Un esposo se casa, pero no tiene relaciones sexuales con su mujer porque no quiere “abaratarla”. Solo las tiene con prostitutas.
También para la nulidad se contempla la causa por inmadurez o dependencia psicológica de los padres o amigos…
La inmadurez se suele centrar en dos grupos. El primero, cuando la parte emocional pesa más que la racional. La parte racional pasa por la voluntad. Es cuando uno discierne los derechos y deberes que va a contraer para su proyecto de vida. Pero, cuando uno antepone constantemente lo que siente, hay algo que no va bien.
Luego está la dependencia afectiva, ya sea del padre o de la madre, más frecuente de esta. Y eso le impide al cónyuge tener su propio proyecto de vida. Puede haber dependencia de terceros, pero es más raro.
Las adicciones a las drogas, los videojuegos, al sexo, son también motivo de anulación si son anteriores al matrimonio. ¿Y si son posteriores?
Tienen que estar presentes antes del consentimiento. Lo que pase durante la convivencia es la consecuencia de una evolución nefasta que da lugar a un fracaso, a una ruptura del matrimonio, pero no tiene nada que ver con la invalidez del consentimiento. En el ámbito canónico se iría a una separación, pero la mayoría se divorcia.
La pornografía hace mucho daño. Ha habido casos de nulidad, sobre todo en hombres, por impotencia o inconsumación, porque no son capaces de tener una relación sexual con su pareja. Solo pueden tener un orgasmo con pornografía y masturbación. O viven el sexo con esa idea de pornografía violenta y no son capaces de hacer feliz a su pareja.
Hay un caso de una mujer que se enamoró con una pasión tremenda a pesar de que a él le gustaba tener orgías. Ella lo aceptaba por dependencia y se casaron. Él pasó de la orgía con amigas a las prostitutas, obligándole a ella a contratarlas. Llegó un momento en que empezó a sentir asco, se sentía mal consigo misma y no se sentía querida. Planteó una nulidad. Lógicamente, a ella también le iba a afectar, pues también le pasaba algo. En torno al sexo, cuando no es sano, hay muchísimos problemas en las parejas. Así somos.
Hago la misma pregunta con la infidelidad. ¿Si esta se da después del matrimonio es un motivo para declarar el matrimonio nulo?
Con la infidelidad pasa lo mismo. Sería nulo cuando el cónyuge tiene un amante antes y lo sigue conservando, o no lo tiene, pero en su consentimiento no excluye la infidelidad. Cuando uno contrae matrimonio se está comprometiendo a entregarse de modo único y exclusivo.
¿Ya no es necesario el mutuo acuerdo o consentimiento para pedir la nulidad?
No. Cualquiera de las partes puede solicitarla. Incluso de oficio.
¿Cómo se decide la custodia de los hijos, las pensiones...?
La Iglesia no tiene competencia en esos temas. Por eso se hace una remisión al derecho civil. La mayoría de las personas soluciona estos temas por la vía civil con la separación o el divorcio. Y luego intentan, por su conciencia, anular el matrimonio de forma canónica.
Cuando la Iglesia no concede la nulidad, muchos creyentes comienzan una nueva relación -o la continúan- a sabiendas de que se considera adulterio. ¿Es posible que la reforma de Francisco I en 2015 también busque no perder a estos fieles?
Claro. El Papa ha dado un gran abrazo a los divorciados. Como la mayoría de las personas solicitan el divorcio de inmediato, el Papa ha querido facilitar los trámites y abaratar el proceso de la nulidad. Ha marcado un límite de 2.500 euros a los abogados y permite que se pueda solicitar a través de un abogado de oficio.
La divulgación de esta reforma a través de los medios de comunicación ha dado lugar a que las personas no teman pedir la nulidad.
Ante la pérdida de fieles, ¿es la Iglesia más permisiva?
No se trata de ser más permisiva, es que realmente hay más matrimonios nulos. La cultura está secularizada y desacralizada. Hay quienes se casan de forma canónica por tradición, pero no quieren la esencia del matrimonio canónico.
Realmente, hoy en día casi siempre existe una causa de nulidad. Siempre se encuentra que hubo un vicio o una enfermedad en el consentimiento o una disolución de matrimonio rato y no consumado.