La digitalización ha conquistado un mundo en el que la sociedad es cada vez más dependiente de la tecnología, habiendo transformado esta el modo en el que vivimos y las relaciones que tenemos con nuestro entorno. En este escenario ha nacido una nueva tendencia que promete reconectar a las personas con la naturaleza y, al mismo tiempo, potenciar la salud mental.
Conocida como la 'rutina del explorador', se trata de una actividad que, según recientes investigaciones de la Universidad de Harvard, podría ser clave para mantener un cerebro saludable y prevenir el deterioro cognitivo.
Este método no solo mejora la capacidad de toma de decisiones y resolución de problemas, sino que también fomenta la creatividad y fortalece el bienestar emocional. La clave de esta rutina radica en dejar de lado los dispositivos tecnológicos modernos, como los GPS y smartphones, y confiar en las habilidades tradicionales a la hora de desenvolvernos en un enclave natural.
En esto precisamente consiste la 'rutina del explorador', en una actividad física y mental en el que te tienes que adentrar en entornos naturales como montañas, bosques o campos, utilizando únicamente un mapa y una brújula para orientarse.
Una práctica que no solo desafía a las personas a encontrar rutas y puntos específicos sin la ayuda de la tecnología, sino que también les permite reconectar con la naturaleza y potenciar sus capacidades cognitivas.
Beneficios de la 'rutina del explorador'
Según el artículo publicado en la Harvard Health Letter, esta forma de ejercicio no solo es una manera divertida de disfrutar del aire libre, sino que también tiene beneficios significativos para el cerebro.
Heidi Godman, editora ejecutiva de la publicación, destaca que la 'rutina del explorador' ayuda a combatir el deterioro cognitivo al activar áreas del cerebro que han quedado en desuso debido a la dependencia tecnológica.
La autora principal del estudio, Emma Waddington, sugiere que esta práctica podría ser beneficiosa para prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. La combinación del ejercicio físico con la necesidad de orientarse en un entorno natural activa regiones del cerebro que están poco estimuladas en la vida diaria moderna.
Además, la 'rutina del explorador' mejora la atención y la concentración, ya que la necesidad de seguir mapas y estar atentos a las señales naturales requiere un alto nivel de enfoque. Esta actividad fortalece la capacidad de mantener la atención en tareas de mayor duración, lo que puede traducirse en una mejora en la capacidad de concentración en otros aspectos de la vida.
Otro aspecto clave es la mejora en la toma de decisiones y la resolución de problemas. Enfrentarse a desafíos como la elección de la mejor ruta o la adaptación a cambios en el entorno, fortalece las habilidades de toma de decisiones. Este tipo de ejercicio mental no solo es beneficioso para el cerebro, sino que también puede tener un impacto positivo en la vida diaria, al mejorar la capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes y tomar decisiones más acertadas.
Impacto en el bienestar emocional
Más allá de los beneficios cognitivos, la 'rutina del explorador' tiene un gran impacto en el bienestar emocional. Practicar una actividad física en la naturaleza incrementa la liberación de endorfinas y serotonina, dos neurotransmisores clave para mejorar el estado de ánimo. Una liberación química no solo reduce el estrés, sino que también crea un entorno mental más propicio para el aprendizaje y el desarrollo personal.
Además, la exposición a nuevos estímulos y la necesidad de resolver problemas creativos durante la orientación promueve la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse y adaptarse a nuevas situaciones. Esto es especialmente beneficioso para la creatividad, ya que el cerebro se ve obligado a encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que se presentan durante la actividad.
En España, esta práctica se está volviendo cada vez más popular, y ya se están organizando eventos y rutas diseñadas para todos los niveles de habilidad. Incluso una sesión de orientación de tan solo 15 minutos puede aportar beneficios cognitivos y emocionales, según indican los expertos.