Qué es el síndrome de la tiara: así es el fenómeno que es tendencia y que cada vez afecta a más españoles

En la vida diaria tenemos muchas cosas por las que preocuparnos, especialmente cuando somos adultos. Tenemos obligaciones económicas a las que enfrentarnos, como pagar la casa, el coche y todos los seguros que están asociados; tenemos que cuidar nuestras relaciones interpersonales, lo que también implica tener vida social y saber organizar nuestro tiempo para aceptar todo tipo de planes y que nuestros amigos o pareja no piensen que somos unos aburridos.

Todo ello sin contar con el trabajo. Uno de los lugares donde posiblemente todos los factores de los que tenemos que preocuparnos se reúnen. De hecho, de él depende nuestra estabilidad económica para poder disfrutar todo lo anterior nombrado, por lo que, de forma general, damos lo mejor de nosotros mismos. Para que eso no acabe o, incluso, vaya a más.

Sin embargo, no siempre es así. Y así lo refleja el síndrome de la tiara. Un término que ha cobrado especial relevancia en la actualidad, que se utiliza para describir una actitud o mentalidad donde una persona cree que merece un trato especial, reconocimiento o recompensas sin haber hecho nada significativo para ganárselo.

Qué es el síndrome de la tiara

El síndrome de la tiara es un fenómeno psicológico que ha ganado notoriedad en el ámbito laboral, afectando principalmente a mujeres. Fue acuñado por Carol Frohlinger y Deborah Kolb y popularizado por Sheryl Sandberg en su libro Lean In, en el que describe una actitud pasiva en el trabajo, donde la persona espera recibir "una tiara" por sus logros, sin necesidad de pedirlo.

Se trata de una manera de describir a alguien que cree que merece ser reconocido o recompensado, pero que no hace nada para que esos mismos logros sean reconocidos. A pesar de que se dé principalmente en mujeres, puede afectar a cualquier género, pero de manera habitual se da en el trabajo. 

Aunque parezca un término nuevo, lo cierto es que tiene profundas raíces en los factores sociales y culturales que han moldeado las expectativas y comportamientos de las mujeres en el entorno laboral. Históricamente, las mujeres han sido educadas para ser reservadas y modestas, esperando el reconocimiento externo en lugar de buscarlo activamente.

Añadido a ello, las narrativas en cuentos y películas también han parecido reforzar esta actitud pasiva, mostrando a las mujeres como figuras que esperan ser reconocidas por otros, en lugar de tomar la iniciativa. Ejemplos claros son cuentos clásicos como La Cenicienta o La Bella Durmiente, donde las protagonistas esperan ser rescatadas por un príncipe. 

Mujer con una corona. Istock.

Estas narrativas han influido en la forma en que muchas mujeres perciben su rol en el ámbito profesional, llevándolas a esperar en silencio el reconocimiento en lugar de destacarse proactivamente. Actitudes que pueden limitar significativamente las oportunidades de crecimiento profesional y los ascensos laborales.

El síndrome de la tiara está estrechamente relacionado con el síndrome del impostor, donde la persona no se siente merecedora de sus logros y teme ser descubierta como un fraude. En el caso del síndrome de la tiara, la persona desea el reconocimiento, pero no lo expresa, esperando en silencio que su trabajo sea valorado.

Sheryl Sanberg, la gerente de Operaciones de Facebook ejemplificó el enfermedad de la tiara con la siguiente situación: la mayoría de las mujeres solo se presentaría de candidata a un puesto si considera que cumple con un 100% de los criterios requeridos, mientras que los hombres lo hacen cumpliendo solo un 60% de los requisitos.

Cómo detectar el enfermedad de la tiara

El síndrome de la tiara puede tener serias repercusiones en la salud mental de quienes lo padecen. La constante autoexigencia y la falta de reconocimiento pueden llevar a altos niveles de ansiedad, estrés y, en algunos casos, depresión. Quienes lo experimentan, a menudo se sienten atrapados en un ciclo de insatisfacción y frustración constante, independientemente de sus logros.

Las personas con este síndrome tienden a fijarse estándares muy altos y sienten que nunca cumplen con sus propias expectativas, sin importar cuántos logros consigan. Además, esto provoca una gran falta de confianza, lo que también repercute negativamente tanto en la vida laboral como personal.

Este síndrome implica que quienes lo padecen esperen en silencio que su trabajo sea reconocido sin hacer alardes ni destacar sus logros. De hecho, sienten una gran dificultad de pedir reconocimiento, ya que eso "implicaría ser arrogante o presuntuoso", llegando a dudar si son realmente válidos. 

Esperar en silencio puede tener consecuencias significativas en la carrera profesional. Sin destacar sus logros, estas personas corren el riesgo de ser pasadas por alto para oportunidades de crecimiento. Esta actitud pasiva no solo afecta el desarrollo profesional, sino que también hace que el ciclo de insatisfacción y frustración nunca termine.

Cómo superar el síndrome de la tiara

Para superar el síndrome de la tiara, es fundamental que quienes lo padecen trabajen en su autoestima y confianza. El primer paso consiste en reconocer y valorar los propios logros, lo cual puede ser un desafío para quienes están acostumbrados a esperar el reconocimiento externo.

Este proceso comienza con una especie de autoevaluación. En ciertos trabajos, es útil llevar un registro de los éxitos y las contribuciones realizadas. Celebrar pequeños y grandes éxitos es crucial para cambiar la perspectiva y fomentar una autoestima saludable.

Tal y como pasa con todos los síndromes y circunstancias que nos hacen sentir estrés y ansiedad, el apoyo psicológico siempre es la clave. La terapia puede ayudar a abordar problemas de autoestima y confianza, y proporcionar estrategias para manejar las circunstancias.