Las relaciones han cambiado mucho a lo largo de los años. O eso es lo que se cree. Mientras que las nuevas generaciones apuestan por relaciones poliamorosas —en la que existen una o varias parejas al mismo tiempo—, la práctica de la poligamia sigue siendo algo habitual en muchos países alrededor del mundo. Sin embargo, es el nuevo concepto el que confunde.
Cuando, por ejemplo, hablamos de la hipergamia —una predisposición que implica al acto o práctica de cortejar o casarse con una persona de una clase socioeconómica o social superior a la propia— entendemos que hace unos años era un comportamiento normal, debido a la situación de la mujer. No obstante, en la actualidad, se contempla como un tema tabú.
Plataformas de citas de lujo, como Seeking, le han dado un giro diferente a este tipo de relaciones. Según datos facilitados por la compañía, el 45% de los solteros españoles que utilizan la plataforma buscan una relación hipergámica 'moderna', lo cual demuestra que la constante evolución de la sociedad ha hecho que se normalice dicho concepto y se vean este tipo de relaciones con otros ojos.
En qué consiste la 'hipergamia moderna'
A lo largo de la historia, los roles y expectativas en torno al matrimonio y la elección de pareja ha estado profundamente influenciados por factores económicos, sociales y culturales, especialmente a lo que el género femenino se refiere.
Tradicionalmente, las mujeres solían buscar parejas que pudieran proporcionar una mayor estabilidad financiera y seguridad, dado que la estructura social las colocaba en una posición de dependencia económica y limitaba sus oportunidades laborales y educativas.
En contraste, los hombres a menudo buscaban parejas que fueran capaces de ofrecer cuidados, atención en el hogar y la crianza de los hijos, ya que estas tareas se consideraban inherentes al rol femenino. En los matrimonios de las élites, por ejemplo, las uniones estratégicas eran fundamentales para consolidar o ampliar la influencia política y económica.
Con la llegada de los movimientos sociales modernos y el auge del feminismo, esta concepción ha experimentado una transformación significativa. En la actualidad, el concepto de hipergamia ha evolucionado, adaptándose a un mundo donde las mujeres ya no dependen de una relación hipergámica tradicional para poder subsistir.
Ya no se trata únicamente de buscar una pareja con un mayor estatus económico o social, sino de encontrar a alguien que esté alineado con los valores, metas, aspiraciones personales y profesionales de la persona.
"La hipergamia moderna es un movimiento que busca fomentar relaciones más equilibradas y empoderadas, donde ambos miembros se sientan cuidados y valorados y compartan valores y objetivos. Al final, la clave está en encontrar ese equilibrio, donde tanto el amor genuino como la aspiración a tener un estilo de vida compartido puedan coexistir sin que uno anule al otro", comenta Emma Hathorn, experta en citas de Seeking.
Esta nueva tendencia en las relaciones hace una reflexión sobre la idea de "no conformarse" en las relaciones. Se centra menos en la supervivencia económica y más en la búsqueda de una relación que aporte satisfacción emocional, intelectual y personal.
Las mujeres, al ser cada vez más independientes, tienen la posibilidad de priorizar cualidades como igualdad en la carga de responsabilidades o poder construir un futuro con una persona con los mismos ideales y objetivos.
Lo contrario a la 'hipergamia': la 'hipogamia'
Este cambio en la posición social de la mujer ha influenciado tanto que ya no solo hablamos de que priorizan compartir valores sociales antes que estatus económico, sino que en la actualidad, los expertos sugieren que está desarrollándose una nueva tendencia: la hipogamia.
La hipogamia es el matrimonio con alguien considerado de una clase social o económica inferior. El sociólogo estadounidense Robert K. Merton lo describe como un fenómeno que experimentan principalmente las mujeres; sin embargo, puede darse en ambos géneros.
En el caso de las mujeres, las investigaciones actuales muestran que cada vez eligen más parejas con un nivel socioeconómico inferior por un motivo: el aumento de la educación para el género femenino, que ha actuado como catalizador del cambio de la hipergamia a la hipogamia.