La felicidad parece ser la búsqueda eterna de los seres humanos. De hecho, la vida tiene cierto sentido porque en diferentes momentos somos felices, reímos, disfrutamos y nos sentimos satisfechos. Por mucho que sin tristeza no sepamos lo que significa estar bien, lo cierto es que las emociones que suponen el bienestar pleno nos obligan a pensar en ello constantemente.

En este proceso, uno de los factores más importantes está en la conexión cuerpo mente. Por mucho que la felicidad sea subjetiva, la gran mayoría de las veces no nos sentimos así porque nos saboteamos a nosotros mismos a través de mentalidades y pensamientos negativos.

El país que conoce de primera mano esta conexión es Japón, ya que si hay algo que caracteriza a su cultura son todas esas píldoras de saber ancestral que les ha permitido acercarse a la felicidad durante siglos. Uno de esos conceptos es el hansei, en el que la autorreflexión es la clave para acercarnos al bienestar.

Qué es el 'hansei'

El hansei es uno de los conceptos de la cultura japonesa que más cuesta aprender si no formas parte de ella. De hecho, su dificultad hace que se enseñe desde la infancia, con el fin de que tan pronto como lo comprendan, comiencen a aplicarlo a su día a día para ser felices y evitar el estrés.

La traducción en español ya ofrece la idea de lo que quiere decir. Mientras que Han significa "cambio", "darle la vuelta a algo" o "ver algo de forma diferente", Sei quiere decir "revisar" o "autoexaminarse". Todo ello daría lugar a un término completo, la introspección.

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Todos nosotros practicamos el hansei a lo largo de nuestra vida; sin embargo, lo hacemos mal. Mientras que la gran mayoría de la población lo interpreta como algo negativo, como reflexionar de algo negativo y asegurarnos de no volver a cometer el mismo error, los japoneses hacen hincapié en el progreso.

Reflexionar sobre lo negativo no es algo que hagamos de forma inconsciente, sino que lo aprendemos a medida que crecemos. Todos nos equivocamos, pero según nuestra personalidad y la cultura en la que nos hemos educado, la reacción es diferente.

De manera habitual, crecemos aprendiendo que cuando hacemos algo mal tenemos que enfadarnos y culparnos sin parar. La gran diferencia es que los japoneses priorizan otra emoción, la vergüenza, un sentimiento que se puede corregir con la autorreflexión. 

Los japoneses reflexionan sobre lo ocurrido, siendo plenamente conscientes de que se han equivocado. En lugar de culpabilizarse, buscan cuál debe ser el siguiente paso, con el fin de mejorar y crear positividad a partir de experiencias pasadas.

Mujeres abrazadas. Istock.

La mejor forma de entender el hansei cosiste en asumir la definición de un error o acierto como una oportunidad de mejorar. Es muy importante que la evolución sea objetiva, con la cual podamos asumir todo ello que hacemos mal, valorarlo y aprender.

De esta manera, podemos identificar las áreas en las que necesitamos mejorar y aprender de los errores para hacer cambios en nuestro comportamiento. No solo se aplica a situaciones negativas, sino también a los éxitos y logros. Reflexionar sobre lo que hemos hecho bien para permitirnos replicarlo en el futuro y mejorar aún más.

Cómo aplicar el 'hansei'

Aunque tenga cierta dificultad, existen algunas pautas para aplicar el hansei en nuestra vida. Cuando entendamos su significado y sepamos añadirlo a nuestra día a día, es posible que entendamos mejor todo, seamos más felices y dejemos de sobrepensar.

Lo primero que tenemos que hacer es aprender a reflexionar sobre nuestras acciones diarias. Pensar en lo que hemos hecho y las acciones que hemos realizado durante el día, con el fin de saber si hay algo que podríamos haber hecho de forma diferente para lograr mejores resultados.

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También podemos hacer una lista de nuestros errores y fracasos. Por mucho que nos inquiete, identificar las áreas en las que fallamos y anotar todo lo que hemos hecho mal nos ayuda de cara a saber qué tenemos que cambiar. 

Como ya hemos comentado, el hansei no se basa solo en lo que hacemos mal, sino que también debemos celebrar nuestros éxitos. Si lo hacemos, conoceremos cuál es la personalidad que nos ha hecho llegar hasta ellos, así como los pasos que hemos seguido.

Todos estos pasos deben ser honestos. No tenemos que tener miedo de reconocer qué hemos hecho mal o donde hemos fallado, de hecho, hacerlo es una de las pautas fundamentales del hansei.