Mudarse es una aventura, en especial si eres menor de 30 años y quieres hacerlo en solitario, y en la capital. El 84,4% de los jóvenes no pueden hacer frente a esto, según datos del Observatorio de Emancipación publicado por el Consejo de la Juventud de España, y la principal limitación es económica. No solo por una falta de estabilidad en el puesto de trabajo, o por la precariedad de los contratos emitidos, también por el desmedido incremento de los precios del alquiler (porque lo de comprar su propia vivienda, ya es otro sueño aún más inalcanzable del cual mejor, ni hablar).
En esto, las mujeres somos las más perjudicadas. Una brecha de género más que se abre en nuestra contra. Aun con todas las dificultades para salir del hogar familiar por un sistema que no pone de su parte, no nos rendimos y nos aventuramos a hacerlo de igual manera, bien sea con amigas o en pareja. Solo un 13,8% cuenta con los medios necesarios para hacer frente a un alquiler en solitario pero, ¿a qué precio?
"Valoran mucho tener servicios y facilidades cerca, les permite ahorrar tiempo y dinero en desplazamientos. Supermercado, transporte público y tener un gimnasio cerca son aspectos por los que están dispuestas a ajustar su presupuesto", comenta Alejandro Viano, de Synergym. Así como habitar "un espacio polivalente, en el que se pueda vivir, trabajar y, a su vez, también se convierta en un lugar de ocio" como bien saben desde Be Casa. Encontrar el piso de alquiler perfecto es cuestión de preparación, y por qué no decirlo, un poco de suerte, algo que he aprendido a base de mudanzas de punta a punta de la capital. Las claves para dar con él, te las detallo a continuación.
Lista de prioridades
Si bien es cierto que vendrán muchas mudanzas después de tu primer piso de alquiler, a la hora de escoger dónde vas a vivir la próxima temporada es clave que te conozcas un poco. Y para ello, responder a algunas preguntas es fundamental.
- ¿Qué es importante para ti?
- ¿A qué estás dispuesta a renunciar?
- ¿Cuáles son las necesidades que te gustaría tener cubiertas?
- ¿Te importa pasar tiempo extra en el transporte público?
- ¿Buscas tranquilidad o bullicio?
- ¿Interior o exterior?
- ¿Ascensor? ¿Portero? ¿Trastero?
Y así hasta el infinito o hasta que tengas definida con claridad esa lista de prioridades y requisitos que te faciliten filtrar en tu búsqueda.
Conoce el barrio
Una vez conoces a pies juntillas todos tus requisitos, es hora de escoger en qué barrio vivir, pues este será uno de los innegociables de tu piso de alquiler. ¿Te gusta el centro de la ciudad o prefieres las afueras? ¿Quieres pasar desapercibida o te gusta interactuar con los vecinos? Solo tú tienes la respuesta, y la manera de saber si harás match con el vecindario es viviéndolo antes de mudarte.
Pasea por sus calles y acércate a los comercios de la zona. Transítalo diferentes días de la semana, puedes aprovechar para visitar pisos que te atraigan y, de esta manera, comenzar a sumergirte en él. Cada barrio tiene su encanto, guíate por esto más que por opiniones de terceros.
Ajusta el precio
Hasta aquí, todo es muy bonito, pero es momento de pisar la tierra y ser consciente de la realidad: el alquiler está por las nubes y tú no deberías destinar más del 30% de tus ingresos a pagar la vivienda, según expertos.
Si bien es casi imposible ajustar el alquiler en la capital, así como en otras grandes ciudades como Barcelona o Sevilla, a ese porcentaje fijado por los economistas, y la mayor parte de los inquilinos destinan alrededor del 43% de su salario a pagar la renta mensual, ajustar el precio y negociarlo con los caseros es un ejercicio necesario.
Consulta el precio medio que se maneja en el barrio, así como el valor del metro cuadrado de la zona y baraja las prestaciones que ofrece el residencial. ¿Nueva construcción? ¿Reformado? ¿Piscina? ¿Gimnasio? Todo suma, y todo resta también, a la hora de conseguir un precio accesible para tu bolsillo.
Explora nuevos horizontes
¡Y que tenga 'gym'!
El creciente interés de las nuevas generaciones por mantener un estilo de vida saludable y priorizar su bienestar físico y mental es un condicionante a la hora de mudarse a un piso de alquiler. Sin embargo, al poner en una balanza la urgencia entre pagar tu vivienda y mantener la cuota del gimnasio, está claro qué ganará.
La vivienda es una necesidad básica y esto lleva a muchos jóvenes a sacrificar ciertos hábitos saludables. "La realidad económica muchas veces limita su acceso a gimnasios" observan con preocupación desde Synergym.
En un mercado donde los precios siguen una tendencia al alta irrefrenable, algunas novedosas iniciativas suponen un alivio. "Queremos que la cuota de gimnasio no sea una limitación" sentencia Alejandro Viano, de Synergym, cadena de los centros de entrenamiento responsables de 'Pisos con gym'.
Gracias a dicha iniciativa, los jóvenes menores de 35 años con un contrato de alquiler de larga estancia y que no sean socios previamente de estos centros, podrán ver incluida en su mensualidad de la vivienda la cuota del gimnasio, sin que esto suponga un incremento del precio final. "Es una forma de hacer que la propiedad sea más atractiva en un mercado competitivo. Aumenta el valor del inmueble y mejora la capacidad de atraer y retener inquilinos" comenta Viano, quien ve en esta iniciativa un atractivo para aquellos propietarios que quieran sumarse a la medida.
La manera de funcionar es sencilla, y en parte altruista por parte de los centros deportivos: "Desde Synergym financiamos el 50% del coste de esta cuota de gimnasio que se incluye gratis en los alquileres. Los propietarios solo tienen que pagar el 50% y así la puedan disfrutar más personas jóvenes" explican.
Otra alternativa es que el gimnasio forme parte de tu casa, no de una manera literal, más bien me refiero a que este esté incluido en las instalaciones de tu residencial. "Contar con un gimnasio en su propia casa cada vez es un mayor aliciente y más con la política de teletrabajo. Buscar un hueco para ir al gimnasio es mucho más fácil, lo mismo los fines de semana" dan fe desde Be Casa sobre esta necesidad y prioridad para los jóvenes. "Es una de las instalaciones que más valoran nuestros residentes, no solo por la facilidad que es tenerlo bajando las escaleras, también por el ahorro que les supone al tenerlo incluido en el precio".
Así, de una u otra manera, los edificios residenciales de las grandes ciudades están cambiando para ofrecer una mejor calidad de vida a quienes viven en ellos y llegar a cubrir las necesidades que las nuevas generaciones presentan.