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El orden en casa es una de las preocupaciones principales para muchos. Al final, es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y aquel que sufre todas sus consecuencias. Con el ajetreo diario, es muy habitual dejar para otro día todas esas tareas que consigan armonizar la zona; sin embargo, los objetos van acumulándose sin cesar.

Uno de estos objetos que, por algún casual, siempre están en el medio son los zapatos. Llegamos cansados de la calle, y una de las acciones involuntarias más habituales es dejarlos tirados: en el salón, en la habitación, en el pasillo o, incluso, el baño.

Los zapateros han sido tradicionalmente una de las soluciones más comunes para organizar el calzado en casa. Sin embargo, a medida que los hogares se han ido haciendo más pequeños, sobre todo en las grandes ciudades, las soluciones de almacenamiento también han tenido que evolucionar. O hemos buscado otras alternativas, como usar cajas o estantes de vino.

El trucazo para guardar tus zapatos en casas pequeñas

A pesar de que los zapateros son el mueble más útil para guardar todo nuestro calzado, muchas veces no ofrecen la flexibilidad ni el espacio necesario en apartamentos reducidos o en hogares donde cada centímetro cuenta.

Especialmente en las viviendas pequeñas, las soluciones ingeniosas se vuelven prioritarias con el fin de ocupar y optimizar cada pequeño espacio. Utilizar un estante de vino como zapatero es una solución no solo accesible, sino creativa y funcional para aquellos que buscan una alternativa decorativa para almacenar su calzado.

Sin necesidad de ocupar espacio innecesario con muebles como los zapateros tradicionales, este tipo de estante, diseñado originalmente para sostener botellas de vino, suele tener compartimentos horizontales o inclinados que pueden ajustarse al tamaño de los zapatos, convirtiéndolos en un sistema versátil para mantenerlos organizados sin ocupar demasiado espacio.

A diferencia de los zapateros tradicionales, que suelen ser más voluminosos o de acceso limitado, los estantes de vino permiten una organización visualmente ordenada, ya que los zapatos se pueden colocar en cada hueco, similar a cómo se colocan las botellas, quedando a la vista y fácilmente accesibles.

Esta disposición es ideal para aprovechar espacios estrechos o zonas que suelen ser difíciles de utilizar, como detrás de las puertas, bajo escaleras o en armarios pequeños. Tener la zona despejada no solo mejora la estética y funcionalidad de los hogares pequeños, sino que también tiene un impacto positivo en el bienestar emocional.

Los estantes de vino están disponibles en diferentes tamaños y formas, por lo que es posible encontrar uno que se adapte a las necesidades específicas de almacenamiento de calzado. Incluso, podemos elegir el color que más se armonice con el resto del hogar.

Algunos pueden sostener varios pares de zapatos, mientras que otros más pequeños se pueden utilizar para una colección más reducida o para organizar calzado específico, como zapatillas o sandalias. En muchos casos, pueden apilarse o montarse en la pared para maximizar el uso del espacio vertical.

Al ser un objeto diseñado originalmente para exhibir botellas, estos estantes suelen tener un acabado atractivo, muchas veces en madera o metal, que puede integrarse bien en diferentes estilos de interiores y le otorga la ventaja de ser mucho más resistente. 

Aunque parezca un factor irrelevante, es fundamental tener zonas despejadas para lograr una sensación de amplitud y orden en espacios pequeños. Con este tipo de accesorios no solo conseguimos organizar y aprovechar cada espacio de nuestra casa, sino una paz mental al poder organizar todo de forma sencilla.

El desorden visual, sobre todo en la entrada o en los lugares de paso, puede aumentar la sensación de claustrofobia o falta de espacio, lo que impacta en la comodidad del hogar. Dejar los zapatos tirados por la casa no solo dificulta el tránsito, sino que genera una acumulación de polvo y suciedad.

El orden y la organización del entorno influyen en el estado de ánimo, y un espacio bien organizado puede reducir el estrés y fomentar una sensación de control sobre el entorno. En hogares pequeños, donde las personas suelen pasar más tiempo en espacios limitados, esto cobra aún más relevancia.