Entendemos "mediana edad" como aquel periodo de tiempo comprendido entre los 40 y los 65 años. Sin duda, una etapa crucial en la vida de cualquier persona, especialmente para las mujeres.
A menudo, se asocia este periodo con la reflexión sobre lo logrado y lo que falta por alcanzar. Sin embargo, para muchas, esta etapa puede suponer sentimientos de estancamiento o insatisfacción.
Robert Waldinger, psiquiatra y experto en felicidad de la universidad de Harvard, ofrece una perspectiva reveladora sobre cómo las mujeres pueden encontrar una poderosa fuente de satisfacción en esta etapa de sus vidas, transformando este período en un momento repleto de alicientes y muy enriquecedor.
Ser feliz en la mediana edad según Harvard
La mediana edad puede parecer un punto de inflexión en la vida, pero, como señala Waldinger, es esencial ver este momento no como un cierre, sino como una oportunidad de crecimiento.
Es frecuente que las mujeres entre los 40 y los 65 años experimentan una mezcla de emociones: desde la reflexión sobre lo alcanzado hasta el cuestionamiento de lo que aún pueden lograr. Una fase que puede despertar la sensación de que la vida pasa rápidamente y que ya se han alcanzado los límites de las habilidades y las experiencias personales.
Sin embargo, el gurú de la felicidad de Harvard señala que este sentimiento de haber alcanzado el final de un ciclo vital puede cambiar radicalmente si se adopta una mentalidad más amplia y generativa. La clave está en cómo las mujeres pueden transformar su enfoque de la vida para encontrar un nuevo propósito.
La generatividad: el secreto de la felicidad
Una de las ideas centrales que Waldinger destaca es el concepto de "generatividad". Este término, propuesto por el psicólogo Erik Erikson, describe la capacidad de las personas para contribuir a las generaciones futuras, ya sea a través de la crianza de los hijos, la enseñanza, el voluntariado o la creación de algo duradero.
Alcanzados los 40, la generatividad se convierte en una fuente poderosa de bienestar emocional, ya que permite a las mujeres sentir que su vida tiene un propósito que va más allá de sus propias necesidades o deseos.
Waldinger subraya que, a medida que las mujeres atraviesan esta etapa de la vida, el enfoque cambia de un "yo" centrado en las metas personales hacia un "nosotros", donde el bienestar de los demás y la transmisión de conocimientos y experiencias se convierten en motores fundamentales de satisfacción.
Este cambio de perspectiva no solo impulsa la felicidad, sino que también revitaliza el sentido de la vida, ofreciendo nuevas oportunidades para encontrar alegría y significado.
El ejemplo del compositor Bach
Un ejemplo claro de cómo la generatividad puede transformar la vida en la madurez es el caso del compositor Johann Sebastian Bach, citado por Arthur Brooks, otro experto de Harvard.
A pesar de que su estilo musical fue desplazado por el auge de la música clásica, Bach no sucumbió a la desesperación ni a la frustración. En lugar de ello, se reinventó, dedicando los últimos años de su vida a enseñar y a compartir su sabiduría a través de nuevas composiciones.
Según Brooks, Bach encontró en la generatividad un modo de seguir siendo relevante y feliz, algo que Waldinger sugiere que todas las mujeres pueden aplicar en su vida.
Para Waldinger, esta actitud de "servir" a los demás con lo aprendido a lo largo de la vida es una de las claves para ser verdaderamente feliz en la mediana edad. Al igual que Bach, las mujeres pueden encontrar una nueva razón para sentirse plenas, enfocándose no solo en lo que tienen, sino también en lo que pueden dar al mundo que las rodea.
¿Cómo implementar la generatividad en la rutina?
El reto de incorporar la generatividad en la vida diaria no es sencillo, pero Waldinger ofrece algunos consejos prácticos para lograrlo. A continuación, se presentan algunas formas en las que las mujeres pueden empezar a aplicar esta filosofía para alcanzar una mayor satisfacción:
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Contribuir a la sociedad. Participar en actividades voluntarias o formar parte de iniciativas que beneficien a otros es una excelente manera de empezar. Ya sea ayudar en una causa social o enseñar a alguien más joven, este tipo de contribuciones pueden brindar un sentido profundo de satisfacción.
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Compartir conocimientos. La experiencia adquirida durante los años puede ser invaluable para quienes vienen detrás. Ya sea enseñando, escribiendo, o simplemente compartiendo historias, las mujeres pueden sentir que su vida tiene un impacto positivo en las generaciones futuras.
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Redefinir el propósito personal. Este es un buen momento para reevaluar qué es lo que realmente importa. ¿Qué objetivos personales pueden ser alcanzados a través de la generatividad? Redefinir el propósito puede ser tan simple como cambiar la forma en que nos relacionamos con el mundo.
- Cuidar la salud física y mental. Para poder dar lo mejor de una misma, es esencial estar bien tanto emocional como físicamente. Practicar el autocuidado, mantener una vida activa y rodearse de relaciones positivas contribuye a estar en equilibrio y ser capaces de aportar al bienestar de los demás.
Por tanto, las mujeres que aprenden a adoptar una mentalidad generativa y a compartir su sabiduría y experiencia con los demás pueden alcanzar una satisfacción profunda y duradera, según el experto en felicidad de Harvard.