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Las discusiones de pareja son completamente normales. Según Robert Allan, PhD, psicólogo clínico autorizado y profesor asociado de la Universidad de Colorado en Denver, discutir es una señal de que estás profundamente involucrado en la otra persona. En el momento en el que esa implicación desaparece, lo más probable es que las discusiones lo hagan también: porque no nos importa la otra persona.

Los desacuerdos forman parte de la base para construir una relación sana; sin embargo, los límites también. A pesar de que las discusiones formen una parte natural de todas las relaciones que mantenemos a lo largo de nuestra vida, hay ocasiones en las que no sabemos manejarlas, de dónde vienen, por qué son tan habituales o, simplemente, cómo podemos evitarlas cuando sea posible.

Encontrar la receta definitiva para conseguirlo es algo que llevan estudiando los expertos durante décadas, especialmente en todas sus consultas. De todos los comportamientos que tienden a repetirse hay uno que ha llamado especial atención: el 90% de las discusiones suceden por juicio.

Por qué discutimos cuando estamos en pareja

En el amor, hay muchos factores que influyen de cara a su éxito. Ya no solo la comunicación es la clave, sino que cada vez más expertos inciden en la empatía como parte fundamental. Para la psicóloga María Nicolau, esta falta de empatía, que nos obliga indirectamente a juzgar sentimientos ajenos, es uno de los grandes problemas.

"En el 90% de las discusiones de pareja te enfadas porque me enfado", confiesa la experta. "A mí me ha molestado algo, te lo expreso, y te enfadas porque sientes que no me puede molestar", finaliza.

La empatía se refiere a la capacidad que tienen las personas para colocarse en el lugar del otro y sentir su sufrimiento de una manera real. En el momento en el que carecemos de ella, aunque sea durante unos segundos, hacemos creer a la otra persona que sus emociones —claramente diferentes a las nuestras— no son 'para tanto', por lo que se convierten en inválidas.

"Os vais a ahorrar muchas discusiones como pareja en el momento en el que entendamos que somos personas diferentes, sentimos cosas diferentes y reaccionamos de manera diferente", explica la psicóloga. 

Entender qué le ocurre a nuestra pareja y validar su emoción, no solo nos permitirá evitar una discusión que posiblemente se vuelva más agresiva, sino que, nos ayudará a establecer una conexión real, en la que ambas emociones y sentimientos están en una misma línea. 

En una relación de pareja, el validar las emociones implica la habilidad de comprender y entender a la otra persona y, por tanto, facilitar una comunicación clave. A pesar de la importancia de la empatía, es cierto que a medida que pasa el tiempo tendemos a olvidarnos de ella.

Cuando existe una carencia de empatía significativa dentro del vínculo amoroso, la relación se torna disfuncional, resultando negativa para ambas personas. Los sentimientos pasan a ser incomprendidos y, por tanto, las discusiones se vuelven habituales.

En este punto donde la empatía se pierde, tendemos a invalidar el enfado de la otra persona, justificando que nosotros no nos enfadaríamos por ello. Esto provoca un bucle interminable, en el que juzgamos el motivo por el que la otra persona está discutiendo.

 "Deja de esperar que tu pareja sienta, piense y haga lo mismo que harías tú, porque nunca va a pasar", explica Nicolau. "El problema no es que tu pareja se enfade si tú no lo harías, es lo que supone para vosotros eso en la relación", por lo que de nosotros depende si queremos que eso se convierta en una discusión eterna o en una reunión para fomentar la empatía.

Así podemos evitar las discusiones en pareja

En este punto es posible que nos preguntemos, ¿qué es lo que tenemos que hacer?: "No te focalices en juzgar el enfado de tu pareja, sino en tratar de entender de dónde ha surgido para solucionarlo juntos como equipo", confiesa María Nicolau.

Muy posiblemente más de un 50% de los enfados que se den en pareja sea por cosas insignificantes que nos cuesta entender; sin embargo, en ese entendimiento está la clave. Por mucho que nos gustaría poner sobre la mesa el motivo por el que nosotros no nos enfadaríamos, no es un argumento válido.

Es fundamental empezar a comprender las discusiones desde otra perspectiva. Cuando buscamos la comprensión y el entendimiento en la pareja no solo validamos su punto de vista, sino que estamos fomentando el bienestar y la tranquilidad en el ambiente.