Este es uno de los senderos más bonitos del mundo: una ruta mágica y única por el norte de España
- La costa cantábrica es una de las piezas especiales del país que no tiene nada que envidiar a otros lugares del mundo.
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España es un país lleno de lugares sorprendentes que muchas veces pasan desapercibidos. Aunque solemos pensar en destinos exóticos para explorar paisajes únicos, dentro de nuestras propias fronteras hay rincones que no tienen nada que envidiar a otros puntos del planeta.
La costa cantábrica es uno de estos parajes. Con sus playas salvajes, sus acantilados y una naturaleza que parece intacta, esta región del norte de España ofrece paisajes impresionantes que a menudo no reciben la atención que merecen. Es una zona ideal para quienes buscan tranquilidad, aventura y vistas espectaculares en un entorno único.
Uno de los puntos más destacados de esta costa es el Fuciño do porco, o Punta Socastro, en el municipio gallego de O Vicedo. Este sendero, que originalmente era una vía de servicio para el mantenimiento de señales marítimas, se ha convertido en uno de los lugares más bonitos de todo el país, que complementa con un ambiente entre nubes, la brisa del mar, una pasarela peatonal de madera y un paisaje único,
Fuciño do porco
El nombre oficial de Fuciño do porco (hocico de cerdo, en castellano) es Punta Socastro. Su adaptación al actual se da cuando se contempló, desde el mar, el parecido del cabo con esta parte del animal.
Con una longitud de tres kilómetros, en sentido ida y vuelta, el camino es una experiencia obligatoria para vivir una vez en la vida, según todos los que acuden. Se recorre a través de un sinuoso camino en zigzag sobre pasarelas de madera desde donde se contempla un paisaje que abarca desde Xove hasta Bares.
El camino llama la atención en solitario, pero el Mar Cantábrico y el océano Atlántico se encargan de mejorar la panorámica, extendiéndose hacia una inmensidad ante los ojos de quienes tienen el placer de observar.
Para llegar hasta la ruta, tenemos que dirigirnos hasta el municipio de O Vicedo, en la comarca de La Mariña Occidental, en Lugo. Una vez allí, se recomienda aparcar cerca de la playa de Abrela, para allí tomar la senda azul que lleva directamente a O Fuciño do porco.
El camino es ascendente hasta llegar a la altura máxima. A medida que caminas, las vistas son dignas de un norte mágico: un agua cristalina que se mezcla con el azul del cielo, a lo que se une la naturaleza del lugar.
La naturaleza y su conservación
Como pasa con muchos lugares alrededor del mundo, en un pasado no estuvieron construidos para convertirse en complejos turísticos. Fuciño do porco, no era una ruta de senderismo, sino una vía de servicio ideada para que los técnicos de mantenimiento de señales marítimas pudieran desarrollar su trabajo.
El camino lo tenían que transitar de forma habitual para encontrar radiobalizas que detectaban embarcaciones en peligro, por lo que debían pasar por el rocoso paisaje de la costa gallega, enfrentándose a unos riesgos normales en la propia naturaleza.
En la actualidad, a pesar de ser un complejo turístico en la costa gallega, también tienen en cuenta los posibles peligros y la cantidad de personas que visitan el lugar. Debido a su aumento de visitantes, el Concello de O Vicedo decidió aplicar un sistema de reservas para los períodos de más afluencia.
Las medidas incorporadas se dieron con el fin de conservar la naturaleza y el paisaje frente a posibles masificaciones dañinas. Por ese motivo, para visitar el cabo escarpado es necesario la obtención de una reserva gratuita.