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El amor, en todas sus formas, ha sido durante siglos una fuente de fascinación para poetas, filósofos y científicos por igual. A pesar de que en toda esa época su definición era muy clara y se englobaba dentro de unos límites determinados, la realidad es que el paso del tiempo nos ha ayudado a entender que puede manifestarse de muchas maneras.

Mientras que hay quienes rechazan este sentimiento o quienes deciden emprender la aventura formando una conexión con ellos mismos, algunas personas parecen estar especialmente predispuestas a enamorarse con facilidad, dejándose llevar rápidamente por los sentimientos de atracción y apego romántico.

Esta facilidad de enamoramiento no siempre es resultado de una personalidad romántica de forma intensa, sino que en ocasiones responde al desorden de la emofilia. El término, acuñado en 2011 por Daniel Jones, profesor asociado de la Universidad de Nevada Reno, describe una inclinación a enamorarse rápida y frecuentemente.

En qué consiste la emofilia

La emofilia, entendida como la tendencia emocional a enamorarse rápida y frecuentemente, es un rasgo psicológico que se caracteriza por un patrón repetitivo de atracción romántica, intensa y, en ocasiones, impulsiva hacia otras personas. 

Este fenómeno no está catalogado como un trastorno mental, sino como una característica de personalidad o una forma específica de experimentar las emociones románticas. Las personas que manifiestan emofilia suelen ser intensamente receptivas a las señales emocionales y románticas, lo que les lleva a enamorarse con facilidad y, en algunos casos, a involucrarse rápidamente en relaciones afectivas.

Según explica el Dr. Patrice Le Goy al medio Very Well"los signos de que puede estar padeciendo emofilia son que se enamora rápidamente y se apega emocionalmente de inmediato a sus relaciones antes de que la otra persona haya demostrado ser digna de su afecto".

Este comportamiento está profundamente influido por factores psicológicos, emocionales y sociales. Las personas con emofilia suelen tener una sensibilidad emocional elevada, lo que las predispone a interpretar las interacciones con los demás desde una perspectiva romántica y acelerada.

Aunque todos nosotros hayamos sentido ese flechazo que nos obliga a ir un poquito más rápido, las personas que sufren emofilia viven en un estado acelerado de idealización, en el que las cualidades de la otra persona se magnifican, y se minimizan o ignoran posibles incompatibilidades o defectos.

La emoción del enamoramiento, con sus componentes como la dopamina y la oxitocina, generan una especie de "euforia" que refuerza el ciclo de atracción rápida y prolongada. De hecho, los expertos indican que quienes sufren esta condición no necesitan una relación, sino un deseo siempre presente.

Pareja. iStock.

Esta rapidez por enamorarse y por conseguir la persona perfecta en sus vidas las obliga a vivir en un estado de atención constante, pero también, a ser impulsivas y apresuradas, volviéndose vulnerables a las relaciones tóxicas.

Un estudio de 2021 publicado en el Journal of Personality and Individual Differences descubrió que la emofilia puede hacer que las personas sean propensas a sentirse atraídas por parejas con rasgos oscuros de personalidad de maquiavelismo, psicopatía y narcisismo debido a que los pasan por alto.

"Los síntomas de la emofilia pueden incluir ignorar las señales o señales de alerta que indican que tu pareja es tóxica o no es la adecuada para ti", explica Le Goy al medio citado. Además, puede generar relaciones vacías, así como desilusiones, rupturas frecuentes o sensaciones de inestabilidad emocional.