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Estilo de vida

Ni café ni cáscaras de huevo: el abono casero considerado como 'oro blanco' para revivir y hacer crecer tus plantas

Tener plantas en casa requiere de una serie de cuidados específicos no solo para que se vean bien, sino para que se conserven, crezcan y florezcan.

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Hace mucho tiempo que las plantas dejaron de ser simples elementos decorativos. Purifican el aire, sirven como remedios naturales, reducen el insomnio, el estrés y provocan cambios en el sistema nervioso para reducir la tensión y hacer sentir mejor a la persona que está con ellas. Así lo certifican los miles de estudios que hay hoy en día. 

Vivir rodeado de plantas mejora tu calidad de vida, tu estado de ánimo y tu bienestar en general. Sin embargo, tienen fecha de caducidad. Muchas de ellas comienzan a deteriorarse pronto y presentan unas raíces dañadas que se van marchitando poco a poco. Con el paso del tiempo, cada flor va perdiendo su tallo y las hojas se van cayendo. En este sentido, puede ser difícil encontrar una solución para revivir la planta.

Aunque muchos fertilizantes sean eficaces, no todas las plantas soportan igual los ingredientes químicos y cada vez más personas optan por soluciones naturales, como el agua de arroz. Regar las plantas con este 'deshecho' es una forma excelente de fertilizarlas y darles un aporte extra de nutrientes, aprovechando un producto que, seguramente, íbamos a tirar.

Los beneficios del agua de arroz en las plantas

El agua de arroz es un recurso natural rico en nutrientes que puede beneficiar significativamente el crecimiento y la salud de las plantas. Este líquido, que se obtiene tras el remojo o la cocción del arroz, contiene una combinación de almidones, vitaminas y minerales que actúan como fertilizantes naturales, mejorando la calidad del suelo y promoviendo el desarrollo de las plantas.

Uno de los principales beneficios del agua de arroz es su contenido de almidón, que sirve como fuente de energía para los microorganismos beneficiosos del suelo. Estos microorganismos desempeñan un papel crucial en la descomposición de la materia orgánica, facilitando la absorción de nutrientes por parte de las raíces.

A medida que estos microorganismos prosperan, ayudan a mejorar la estructura del suelo, aumentando su capacidad de retención de agua y aireación, lo que favorece un entorno radicular más saludable y resistente. Además del almidón, el agua de arroz contiene minerales esenciales como el fósforo, el potasio y pequeñas cantidades de nitrógeno, elementos fundamentales para el crecimiento vegetal.

El fósforo es clave en el desarrollo de raíces fuertes y en la formación de flores y frutos, mientras que el potasio ayuda a mejorar la resistencia de las plantas contra enfermedades y condiciones climáticas adversas. Aunque el contenido de nitrógeno en el agua de arroz es menor en comparación con fertilizantes comerciales, sigue siendo un aporte valioso para el desarrollo del follaje.

Las vitaminas presentes en el agua de arroz, como algunas del complejo B, también pueden estimular el crecimiento de las plantas al fortalecer sus tejidos y mejorar su metabolismo. Estas vitaminas favorecen la producción de enzimas y hormonas esenciales, optimizando la capacidad de la planta para absorber y utilizar los nutrientes disponibles en el suelo. A su vez, esto puede traducirse en un crecimiento más vigoroso y una mayor resistencia a factores de estrés como la sequía o las plagas.

Otro aspecto importante es el papel del agua de arroz en la prevención y control de plagas. Al contener compuestos antioxidantes y ciertos metabolitos derivados del arroz, puede actuar como un repelente natural contra insectos dañinos.

Además, el fortalecimiento general de la planta gracias a los nutrientes proporcionados reduce su vulnerabilidad a enfermedades y ataques de plagas, lo que disminuye la necesidad de recurrir a pesticidas químicos.

Cómo usar el agua de arroz

El uso del agua de arroz en la jardinería y la agricultura es una alternativa eficiente para reducir el desperdicio de recursos y promover prácticas más amigables con el medio ambiente. Además, es una opción económica y accesible, la cual podemos conseguir sin apenas esfuerzo.

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Para obtener los mejores resultados, se recomienda utilizar agua de arroz sin sal ni otros aditivos, ya que estos pueden afectar negativamente el equilibrio del suelo y la salud de las plantas. La sal es un elemento muy perjudicial para la mayoría de cultivos, puesto que puede anular las propiedades beneficiosas del agua de arroz y, por tanto, perjudicar la salud de las plantas y de la tierra.

Lo importante es conseguir un agua de arroz muy bien filtrada y libre de impurezas. Podemos colarla con un colador o tamizador una vez hervido el alimento, pero es fundamental dejar que se enfríe a temperatura ambiente antes de usarlo.

Una vez frío podemos o bien pulverizar la mezcla sobre nuestras plantas o usar el agua de arroz por método del riego por inmersión, que evita que las plantas que no toleran la humedad en su parte aérea sufran.