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Las playas y las montañas son dos de los motivos por los que millones de turistas se ven atraídos por nuestro país. Con más de 8.000 kilómetros de costa y un paisaje montañoso que ofrece paisajes únicos, es lógico buscar algunos de los rincones naturales más impresionantes. Aunque muchos lo desconozcan, España también alberga una notable riqueza volcánica que ha dado forma a algunas de las panorámicas más impresionantes.

Dentro de la Península Ibérica podemos encontrar un abanico muy importante y extenso de zonas volcánicas, incluyendo las más famosas, como el Parque Nacional del Teide en Tenerife, Cumbre Vieja en La Palma o el Timanfaya en Lanzarote. Zonas que han construido parte de la historia del país y que también reciben al año millones de turistas.

Sin embargo, lejos de las islas y dentro de la península, también contamos con zonas volcánicas. Una de las más impresionantes es Santa Pauuna pequeña villa medieval situada en la comarca de La Garrotxa, un enclave único donde se han contabilizado casi 40 conos volcánicos que no están completamente dormidos.

Santa Pau, Girona

Santa Pau es un encantador pueblo medieval situado en la comarca de La Garrotxa, en la provincia de Girona, Cataluña. Este pintoresco rincón es único en España, ya que se encuentra rodeado por un espectacular paisaje de origen volcánico, dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. 

El pueblo se encuentra en el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa, de hecho, de los 40 antiguos volcanes que hay en esa región, por lo menos 13 se encuentran en su término municipal, explican desde National Geographic, donde también confiesan que "no hay que preocuparse por ellos, ya que están todos extinguidos".

Los más de cuarenta conos que alberga el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa forman un entorno de gran valor ecológico y geológico. Entre los volcanes más conocidos que rodean el municipio se encuentran el volcán de Santa Margarida, con su cráter en cuyo interior se alza una pequeña ermita románica, y el volcán Croscat, que es el más joven de la península y destaca por su perfil erosionado en forma de media luna.

Además, Santa Pau cuenta con una gran riqueza natural más allá de sus volcanes que se refleja en sus bosques de hayas y robles, como la famosa Fageda d'en Jordà, un bosque de hayas que crece sobre una colada de lava y que ha inspirado a poetas y artistas. Los senderos que atraviesan esta zona ofrecen rutas de senderismo y excursiones para explorar el paisaje volcánico y descubrir sus caprichosas formas geológicas, así como su flora y fauna autóctonas.

El casco antiguo de Santa Pau mantiene intacto su aire medieval, con calles adoquinadas y edificios de piedra que parecen transportar a otra época. En el corazón del pueblo se alza su imponente castillo, construido entre los siglos XIII y XIV y situado sobre una cima a los pies de la Sierra de Finestres. El año 1971 Sant Pau fue declarada conjunto histórico-artístico Nacional.

Otro de los grandes atractivos es la plaza Mayor, conocida como Firal dels Bous. Esta plaza, con sus arcos de piedra y su disposición armónica, ha sido testigo del bullicioso comercio que ha marcado la historia de Santa Pau desde la Edad Media. Las casas señoriales que la rodean reflejan la importancia que tuvo el municipio en tiempos pasados.

Pueblo de Santa Pau en Girona.

En el centro del casco antiguo destaca la iglesia de Santa María, con un imponente campanario, construida en estilo gótico en el siglo XV. En la parte más antigua del pueblo también se pueden ver varias puertas, ventanas y otros detalles arquitectónicos de los siglos XIV y XV, como el portal de Sant Antoni o el del Mar.

Santa Pau no solo cautiva con su historia y su paisaje, sino también con su tranquilidad y su atmósfera acogedora. A pesar de su tamaño, el pueblo mantiene vivas sus tradiciones y acoge a los visitantes con un carácter hospitalario. Durante todo el año se celebran fiestas y eventos que refuerzan su identidad cultural, como la Feria de la Judía de Santa Pau o las festividades medievales que rememoran su pasado.

La gastronomía de Santa Pau es otro de sus grandes atractivos. Sus famosas mongetes de Santa Pau, una variedad de judía blanca con denominación de origen protegida, son un producto emblemático de la zona y se utilizan en numerosos platos de la cocina tradicional catalana. Además, la localidad ofrece una excelente selección de embutidos, quesos y otros productos elaborados de manera artesanal, que pueden degustarse en los restaurantes del pueblo o adquirirse en sus tiendas locales.

Para disfrutar al máximo de Santa Pau también existen multitud de experiencias, como una estancia entre volcanes o vuelos en globo