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Qué es el 'boomerasking': el fenómeno cada vez más común en España que preocupa a los psicólogos

Un concepto sobre el que han investigado desde Harvard y que puede ocasionar malestar entre las personas.

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Las relaciones sociales nos construyen como personas. Más allá de nuestros familiares, prácticamente todas las personas que pasan por nuestra vida añaden una piedra a lo que seremos en un futuro o, incluso, a lo que somos en un presente. Aprendemos, desde que somos pequeños, a manejar la comunicación y, por ende, las conversaciones: la herramienta fundamental para construir todo lo que tenemos.

Conversar es una de las habilidades sociales más poderosas de todas. Una conversación nos permite entender las diferencias del otro y verlas como una oportunidad para aprender; sin embargo, no todas las interacciones son igual de efectivas, de hecho, según expertos, hay algunas que pueden ser lo contrario.

Existen hábitos conversacionales que pueden hacer que la persona con la que estamos se sienta ignorada o menospreciada. En ocasiones, estos comportamientos son inconscientes; sin embargo, aprender sobre ellos es una forma increíble de averiguar si se hacen de forma completamente voluntaria. Uno de ellos es el boomerasking.

En qué consiste el 'boomerasking'

El boomerasking se refiere a una estrategia conversacional en la que una persona formula una pregunta no porque realmente quiera saber la respuesta, sino porque está buscando una oportunidad para hablar sobre ese mismo tema. Es decir, la pregunta es solo un pretexto para introducir su propia opinión, experiencia o conocimiento al respecto.

Esta táctica suele pasar desapercibida al principio, ya que parece una pregunta genuina, pero rápidamente se revela cuando la persona redirige la conversación hacia sí misma. Como un boomerang, la pregunta vuelve rápidamente a su origen, y la persona comienza a hablar de aquello que ansiaba en un primer momento.

Este comportamiento puede observarse en situaciones cotidianas, tanto en reuniones con amigos como familiares. Preguntas como, por ejemplo, "¿qué vas a hacer este fin de semana?", pasan de ser expresiones genuinas de interés a oportunidades para que la otra persona alardee, se queje o simplemente hable de sí misma.

Según Alison Wood Brooks de la Harvard Business School y Michael Yeomans del Imperial College de Londres, responsables del estudio que explica el término, existen tres tipos de estos llamados "boomerasks".

En primer lugar, está la "pregunta y presume", que es cuando alguien hace una pregunta y luego revela algo positivo. Un ejemplo de esto podría ser cuando alguien nos pregunta qué nos regalaron en Navidad y responde con una lista de todos los regalos caros que recibió.

El segundo tipo es "pregunta y queja", que se da cuando alguien hace una pregunta seguida de hablar de algo negativo, como preguntar cómo fueron las vacaciones solo para quejarse de que las suyas se cancelaron por la lluvia, se puso malo y, además, rompió sus zapatillas nuevas.

Imagen de archivo.

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Por último, está la opción de "preguntar y compartir". Se trata de una pregunta seguida de una revelación neutral (los autores del estudio dan el ejemplo de alguien que quiere compartir un sueño que tuvo), pero aun así se realiza con la intención de que quien formula la pregunta se responda a sí mismo.

Psicológicamente, este comportamiento puede estar motivado por varias razones. Algunas personas utilizan el boomerasking como una estrategia para parecer más empáticas o interesadas en los demás, camuflando su necesidad de atención. Otras, en cambio, lo hacen de manera casi inconsciente, simplemente porque están muy entusiasmadas o apasionadas por el tema y no saben cómo introducirlo de manera más directa.

En cualquiera de los casos, el boomerasking está profundamente ligado a la necesidad de ser escuchado o de recibir validación social. Al iniciar la conversación con una pregunta, la persona crea un contexto en el que parece estar interesada en el otro, pero en realidad busca una oportunidad para hablar de sí misma. Es una forma sutil de controlar la dirección de la conversación y de asegurarse de que el tema que le interesa sea el protagonista.

Aunque muchas personas lo hagan con buenas intenciones, según indican los responsables del estudio, "el boomerasking suele dejar un sabor amargo en la boca de quien lo recibe. Su decisión de compartir su propia respuesta —en lugar de hacer un seguimiento de la de su pareja— parece egocéntrica y desinteresada en la perspectiva de la otra persona". 

Desde una perspectiva comunicativa, el boomerasking puede generar ciertas tensiones o incomodidades, especialmente si el patrón se repite con frecuencia. Las personas que lo detectan pueden sentirse manipuladas o utilizadas, ya que se dan cuenta de que la pregunta inicial no era genuina. Esto puede llevar a la frustración o a la percepción de que el interlocutor es egocéntrico o incapaz de mantener una conversación equilibrada y recíproca.