Las plantas son mucho más que un elemento decorativo. El protagonismo que asumen en nuestros hogares y el poder anímico que surte en nosotros frecuentemente es pasada por alto. Elegir la planta correcta puede suponer un cambio drástico allá donde la coloques.
Existe una muy concreta, que además de dar un punto alegre y elegante a tu casa, aportará ese toque distintivo tan buscado por todos gracias a su fragancia. Las fresias son plantas bulbosas cuya floración es toda una explosión de color y aroma. No indagues más, es lo que estabas buscando.
El fácil cultivo de esta planta la hace perfecta, ya seas más o menos hábil en el cuidado de estas. Además, podrás plantarlas bien en tu jardín o balcón, pero también en el interior del hogar, especialmente si las temperaturas fuera son demasiado bajas.
Cortar sus flores, de vez en cuando, para elaborar un ramo es una excelente idea. No solo su belleza aportará un plus de elegancia a tu rincón, sino que conseguirás que toda la estancia quede impregnada de su elegante aroma.
Ahora que sabes qué son las fresias, las flores que más olor aportan a tu hogar y que son muy asequibles de conseguir en cualquier vivero o tienda especializada, tan solo te queda saber cómo cuidar la nueva adquisición.
La planta que aromatiza el hogar
Las fresias crecen a partir de bulbos que deberás plantar en otoño para obtener la ansiada floración en primavera o verano, dependiendo de la variedad escogida. Para elegir los mejores, guíate por el tacto: los bulbos o cormos deben estar duros, ya que si están blandos indicará que pueden estar dañados.
Puedes plantar tus fresias para que adornen el interior o el exterior de tu casa, pero debes saber primero ese detalle para actuar de una manera u otra a la hora de sembrarla.
En caso de que decidas cultivar la fresia en maceta, es mejor plantarlas después del verano, en otoño, mientras que las temperaturas no alcancen mínimas muy extremas.
Es una planta que no aguanta las heladas. Sitúala en un rincón que del sol, pero que esté cubierta. Si durante el invierno la tienes dentro de casa, crecerá y florecerá muy sana siempre que esté en un lugar con luz natural, pero con fresco (no frío ni con corrientes), como por ejemplo, cerca de una ventana, lejos de radiadores o similares.
Variedades de fresia
Dentro de la variedad de las Freesias, perteneciente a la familia de la Iridaceae, existen unas 15 especies, todas ellas nativas de África. Algunas de las más conocidas son las siguientes:
- La Freesia glandiflora. Una de las de mayor tamaño de toda la especie. Además de florecer en verano, también lo harán en otoño.
- La Freesia x hybrida. En este caso nos podremos encontrar una gran variedad de fresias de esta especie y en multitud de colores diferentes. Florecen en primavera y verano.
- La Freesia laxa. Llama la atención el intenso rojo rosado de sus flores. Su época de floración es la primavera.
- La Freesia refracta. Sus flores son color amarillo y su fragancia es de los más intensos de la especie. Florecen también en primavera.
Cómo cuidar las fresias
Cuando comiencen los meses más cálidos, tus fresias comenzarán a florecer. Es importante que las riegues abundantemente durante su crecimiento para que la tierra esté constantemente húmeda.
Es una planta que necesita abundante agua, pero cuidado con no encharcar el terreno, ya que lo único que conseguirás es pudrir los bulbos.
Si las hojas de tu planta de fresias comienzan a adquirir un tono amarillento, será un indicativo de que la estás regando demasiado.
Decántate por un sustrato que esté bien drenado y aireado. No te costará demasiado encontrar uno, como te comentamos, no se trata de una planta muy exigente. Siempre que no esté el terreno encharcado, todo irá bien. Si bien es cierto que las fresias prefieren una tierra algo ácida, mezclando con el sustrato universal con mantillo y arena será suficiente.
Plagas que afectan a las fresias
Presta atención a las plagas de insectos que pueden arruinar tu fresia. Aunque no se trate de una planta demasiado delicada, sí pueden aparecer babosas, caracoles, pulgones o ácaros que arruinen su salud. Cuidado si el ambiente es muy seco, deberás regarla más para evitar que aparezcan arañas rojas.
Una de las enfermedades que pueden sufrir las fresias es el fusarium, un mal que ataca especialmente a las hojas y raíces provocando que se sequen, caso en el cual, es mejor eliminar los bulbos.
Otra enfermedad que se puede dar en esta planta es la botritis, donde aparecerán unas manchas de color gris en sus hojas y flores. En este caso, con cortar las partes afectadas, bastará.