Se puede decir que Diodati se mueve es una ‘agencia de viajes’ como ninguna otra que hayas conocido. Sus fundadores Rosa Masip y el escritor Fernando Marías (fallecido en 2022), querían unir la naturaleza y descubrir lugares auténticos como los viajeros románticos.
[Fernando Marías, la luz prodigiosa de nuestras letras]
Desde 2016 (con el parón postpandemia), han organizado 20 viajes y de momento ofrecen solo cuatro al año. Quienes ya los han probado dicen de ellos que son "viajes transformadores".
Los viajeros diodatianos quieren vivir experiencias originales, diseñadas para sorprender, en los que pueden tener cabida desde el Frankestein de Mary Shelley "resuturado" hasta la Milana bonita de Los Santos inocentes de Delibes, pasando por un wéstern en Santo Domingo de Silos.
Cuando se ha cumplido un año de la muerte del escritor, productor, guionista e "inventor de conceptos culturales", hablamos con Rosa Masip de su legado.
Para el próximo 23 de marzo ofrecen Licencia para espiar en Canfranc, donde se ha restaurado el edificio de la antigua estación internacional para convertirlo en un hotel de lujo. Como anfitriones, las escritoras Carmen Posadas y Rosario Raro, y Ramón J. Campo, periodista que conoce todos los secretos de la historia de Canfranc.
Toda la programación, propia de la mejor película de James Bond, podría ser un juego de espías, con visita a un laboratorio subterráneo de partículas, paseo en raquetas de nieve y alta cocina aragonesa, para el que aún hay plazas.
Pero en la web de Diodati se mueve, se pueden ver otros viajes como Machado y la luz de Colliure, "repleto de poesía y color, con la gran poeta Raquel Lanseros y Manuel Vilas, ganador del Premio Nadal de este año", explica Rosa.
Y Hotel Kubrick, con Vicente Molina Foix (que trabajó con el director estadounidense), que incluye ver la película El Resplandor y bañarse en un lago termal bajo la luna llena... Ahora, Rosa anda preparando una experiencia nueva para ir a Orihuela, alrededor de Miguel Hernández, pero "todas son originales, diseñadas para sorprender".
Diodati se mueve, ¿de dónde viene el nombre?
Fernando Marías escribió una novela titulada El silencio se mueve. En parte es un guiño a esa obra, pero sobre todo Diodati se mueve rememora una historia real que aconteció en la primera mitad del S XIX.
Villa Diodati es el nombre de una mansión situada junto al lago Lemán, en Ginebra. Allí convivieron durante unos días del verano de 1816 —que fue extremadamente frío debido a la erupción del volcán Tambora—, los poetas románticos ingleses Lord Byron, Mary Shelley, Percy Shelley y Polidori.
Los amigos, en lugar de bañarse y disfrutar del lago, permanecieron resguardados dentro de la villa, contando y escribiendo historias… Allí se gestó la novela Frankenstein de Mary Shelley y El Vampiro de Polidori.
Cada hospedaje, cada pueblo de España que acoge el proyecto, se convierte por unos días en una especie de Villa Diodati. Un lugar donde compartir esa mirada romántica del mundo, la naturaleza y la cultura.
¿Cómo os conocisteis Fernando y tú?
La historia de los poetas ingleses y la casualidad de aquel volcán le apasionaban. En 2010 creó, junto a Ramón Pernas y Silvia Pérez Trejo, Hijos de Mary Shelley, una plataforma para escritores inspirada en aquel fructífero encuentro de 1816 que reivindica la figura de la creadora Mary Shelley.
Editaron seis libros muy cuidados de relatos góticos escritos por numerosos artistas del panorama actual. En los libros se añadió música y es entonces cuando Fernando contacta conmigo, el 13 de junio del año 2012, para añadir canciones de mi grupo de rock a los libros y participar en los espectáculos.
¿Qué es y cómo surge la idea de Diodati se mueve?
Aunque había estudiado Historia del Arte y soy… polifacética, trabajaba en un sector que no tenía nada que ver con lo que deseaba hacer. Fernando cada vez me daba más trabajo que sí me apasionaba.
En el año 2014 mi vida dio un giro al ver morir a mi hijo Francesc. La proximidad de la cultura, leer poesía y sentir su amistad fueron terapéuticos para mi. En un viaje que hice a Iruelas (Ávila), ante el embalse del Burguillo y para combatir la locura de perder a un hijo y querer hacer algo bueno para ganarme su cielo, ideé y escribí el proyecto Diodati se mueve.
Una agencia de viajes que aproxima la cultura a través de la gastronomía, la música, y las actividades con artistas de diferentes disciplinas que participan como anfitriones, aprendiendo de ellos y conociéndolos de cerca.
Algunos de los espectáculos se abrirían al público, los viajeros diodatianos, se convertirían así en una especie de mecenas de la cultura sobre todo en los pueblos de la España vacía.
La naturaleza y descubrir lugares auténticos son aspectos fundamentales en nuestras experiencias. Como lo era para los viajeros románticos. Le presenté la idea a Fernando y apostó por sacarla adelante juntos. Era un mago hacedor de sueños.
¿Esas serían las ideas básicas del proyecto?
Sí, y nos pusimos manos a la obra. En 2016, conseguí la licencia como agente de viajes, registramos la marca y empezamos a ofrecer nuestras experiencias temáticas en El País Viajes, que entonces dirigía Fernando Moreno.
La primera, como debía ser, en el verano de 2016, el bicentenario de aquel encuentro en Villa Diodati: y en lugar de ante el lago Lemán, lo hicimos ante el lago de Iruelas, que llamamos el Lago de las Lágrimas. El viaje fue un inicio festivo del proyecto, que disfrutamos con algunos de los artistas Hijos de Mary Shelley.
Todo estaba muy pensado. Dibujamos incluso un mapa con las indicaciones de los diferentes lugares donde se desarrollarían los actos, cambiamos los nombres de los lugares… Hay gente en el pueblo que aún llama Corazón de Byron a una gran piedra donde Espido Freire interpretó su monólogo.
¿Qué es lo que convierte tu agencia en algo tan especial?
Cuidamos cada detalle, en especial que los huéspedes se sientan acompañados y vivan experiencias que les resulten inolvidables.
"La naturaleza y descubrir lugares auténticos son fundamentales en nuestras propuestas. Le presenté la idea a Fernando y apostó por ella. Era un mago hacedor de sueños"
¿Qué relación te unía a Fernando Marías?
Le ayudaba en todo lo que me pedía en el ámbito profesional. La relación era de una amistad sólida y en sintonía. Él era el mejor amigo de sus amigos. Teníamos contacto prácticamente a diario, compartíamos viajes, confidencias, trabajábamos también por vía telemática, él desde Madrid y yo en Barcelona.
Incluso en la época de la pandemia, quisimos seguir viajando a través de la imaginación y me propuso escribir un libro inspirado en Diodati se mueve que titulamos Al otro lado de la brújula (2021, Anaya). Es un libro juvenil, repleto de mensajes y descripciones de lugares. En parte autobiográfico.
A pesar de la grave situación que nos tocó vivir, fue un lujo y una alegría poder escribir y seguir ideando junto a Fernando Marías. En la novela, contamos cuatro de nuestras rutas literarias. El libro se ilustra con dibujos de Raquel Aparicio.
Y también hay códigos QR que enlazan con canciones de artistas que existen de verdad: Josete Ordóñez, Silberius de Ura, y acaba con una interpretación del Cant dels Ocells que tuve el placer de cantar acompañada por la guitarra de Carlos Beceiro.
¿Cuántos viajes o destinos hay dedicados/relacionados con Fernando?
Tras su pérdida, en febrero del año pasado, organizamos un viaje homenaje a él, Milana bonita. Fernando Marías hizo el guion adaptado a teatro de la novela de Miguel Delibes Los Santos inocentes, junto a Javier Hernández-Simón.
Quiso vincular a Diodati se mueve como parte productora de la obra. Por eso también creía que debía estar con la compañía en el estreno. La experiencia Milana bonita se desarrolló en Valladolid y Urueña, giraba alrededor del teatro, los pájaros, el alma… hubo mucha música. Urueña se volcó y fue un viaje emotivo para todos los viajeros diodatianos que nos han seguido desde el principio y han conocido a Fernando.
Otro viaje que ya teníamos prácticamente programado, incluso hicimos el viaje de prospección, era en Lekeitio, alrededor de su novela La isla del padre. Me gustaría retomarlo y crear una ruta dedicada a él.
¿Aún sigue presentándose la obra Los Santos inocentes?
Sí, recomiendo fervientemente ir a verla, es asombrosa: la interpretación de los actores, la escenografía... Han quedado finalistas para cuatro premios Max y están nominados a tres premios Talía de la Academia de Artes Escénicas.
Me emociona recibir la lista de bolos, no paran, se lo merecen. En marzo andarán por Ponferrada, Laguna de Duero, Palencia, Cádiz, Mallorca, León, La Bañeza… Está dando muchas alegrías
¿Qué otros viajes o destinos se ofrecen?
En estos momentos para el 23 de marzo se ofrece la nueva experiencia de viaje Licencia para espiar en Canfranc. Contamos con la participación de las escritoras Carmen Posadas y Rosario Raro; el periodista de Heraldo de Aragón experto en la historia de Canfranc Ramón J. Campo y el músico Josete Ordóñez.
Toda la programación podría ser un juego de espías. En Canfranc se ha restaurado el edificio de la antigua estación internacional. Ahora es un hotel increíble. Visitaremos el laboratorio subterráneo de partículas, iremos en raquetas de nieve, degustaremos alta cocina aragonesa. ¡Aún os podéis apuntar!
Además, se pueden repetir algunos de los que están en la web y en nuestras redes sociales: Instagram @viajesdiodati y Facebook @diodatisemueve
En su web, hay muchas experiencias "viajeroliterarias", ¿cuál es su favorita?
Mi favorita es la que vivimos en la casa-novela de Rosa Regàs, es una mujer increíble, nos contó tantas anécdotas, chistes, nos enseñó su biblioteca, tan organizada, exploramos los rincones con historia de su casa...
Luego cenamos en medio de los olivos, escuchamos un concierto de arpa… Nos acompañó también Cristina Fallarás, magnífica escritora. Fue un viaje que llamamos El mar de Penélope. Pero todos los viajes son especiales.
Por ejemplo, el que hicimos con Vicente Molina Foix, Hotel Kubrick, también me gustó mucho. Vicente trabajó muchos años con Kubrick, nos contó anécdotas muy interesantes sobre el director, vimos la película El Resplandor, nos bañamos en un lago termal bajo la luna llena, etc.
El viaje favorito de Fernando por ser muy fan del género wéstern era Caravana a Sad Hill, en Santo Domingo de Silos. Allí se recuperó el escenario donde rodaron el duelo final de la película El bueno, el feo y el malo de Sergio Leone. Fuimos con Carlos Aguilar y Anita Hass, expertos en el género.
En el centro del círculo ofrecimos el espectáculo de Neonymus, y por la noche un cáterin con productos de la zona bajo las estrellas…
Fernando fue productor e intérprete del dueto de monólogos Esta noche moriremos, junto a la escritora Espido Freire. Si también tenía dotes de actor, ¿podría decirse que era un hombre renacentista como Leonardo da Vinci?
También deseaba cantar rock pero eso sí que mejor no, ja, ja, ja... Eso me recuerda que era elocuentemente divertido y gracioso. Es una especie de uomo universale, sí, él se definía también como inventor de conceptos culturales.
Aparte de ser un gran escritor, ganador de premios como el Nadal por El niño de los coroneles o el Biblioteca Breve por La isla del padre, era un creativo inquieto, editor, experto en cine y miembro de la Academia, se adaptaba y buscaba fórmulas nuevas para seguir adelante en este mundo tan difícil de la cultura.
Como actor atrapaba al público, como cuando daba conferencias y charlas, creó junto a Vanessa Montfort Hijos de Mary Shelley, la primera compañía de teatro en España especializada en género fantástico.
En el mundo del cine Miguel Hermoso convirtió en película la novela de Fernando La luz prodigiosa, recibió varias nominaciones a los Goya. Hoy día cuesta encontrarla, es una pena que no se le dé más importancia en la historia del cine español. La banda sonora la compuso ¡Ennio Morricone!
En el ámbito pictórico Fernando inventó tres exposiciones colectivas con las ilustraciones originales que acompañaban a los relatos para las antologías que dirigió H negra (Ed. Alrevés), Como tú (Ed. Anaya), Frankenstein resuturado (Ed. Al revés).
Con Diodati se mueve produjimos la exposición Frankenstein resuturado, conseguí un patrocinador que fabricaba marcos, y cada cuadro tiene un marco distinto, escogido e inspirado en cada ilustración, la exposición aún circula por las bibliotecas de Granada.
Colaboró en muchísimos proyectos más… Y no digamos lo buen anfitrión que era en nuestros viajes. Lo que está claro —y los que lo hemos conocido lo sabemos—, es que era un ser excepcional. Tenía el poder de la comunicación, la seducción, la capacidad de la palabra y el entendimiento, era muy generoso y buen consejero y amigo, se le echa mucho de menos.
¿Qué se prepara para recordarle?
He preguntado a su familia y, por lo que me han dicho, de momento no está programado ningún homenaje más a Fernando. Ya se han hecho varios, en festivales como el Celsius, Granada Noir, Getafe negro... Las escritoras Marta Robles, María Zaragoza, Elisa Victoria —y seguro que muchos más artistas y amigos—, le han dedicado sus últimas obras literarias.
Siempre seguirá vivo en el recuerdo, en sus enseñanzas, sus libros, sus proyectos. Por eso también quiero seguir con todo mi corazón Diodati se mueve. Es mi homenaje.