Dice la canción que "cuando la española besa, besa de verdad" y no es lo mismo besar de verdad que dar cualquier otro beso. La literatura sobre los besos se remonta al año 1500 a. C. y recoge diferentes tipos de besos a lo largo de la historia: desde besos de respeto en manos, pies y anillos a apasioandos besos que acabaron con imperios.
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Sheril Kirshenbaum, científica de la Universidad de Texas (Austin), en su libro 'The Science of Kissing: What Our Lips Are Telling Us' basado en una investigación previa sobre todo lo que rodea al beso, asegura que "hay algo muy instintivo en besar, pero también es un comportamiento cultural. Un equilibrio perfecto entre naturaleza y crianza".
Qué se necesita
Según Sheril Kirshenbaum para lograr el beso perfecto es necesario conocer plenamente los gustos y preferencias de la persona que queremos besar puesto que este acto es algo íntimo que solo compete a la pareja y donde solo importan los gustos de nuestra pareja.
La investigación descubrió que las mujeres obtienen más información de los besos que los hombres. Kirshenbaum determina que es más probable que las mujeres consideren que un buen beso es fundamental para que exista futuro en una relación. La experiencia trata sobre el gusto, el olfato y las reacciones químicas y besar proporciona parte de esta información.
Otra cuestión a tener en cuenta es la higiene, es decir, no se puede dejar de lado ni el sentido del gusto ni del olfato. Es importante el ambiente donde se produzca ese beso sea (o genere) un espacio íntimo y privado.
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Un buen beso tiene mucho que ver con las personas involucradas, sobre entender las necesidades y deseos de la otra persona. Pero también es básico aquello que lo rodea. Es decir, un beso que sucede cuando dos personas se sienten muy cómodas será muy diferente a un beso en un mal momento o bajo presión.
Otros tipos de factores diferentes, como el olor, pueden desempeñar un papel fundamental fuera de nuestro control, pero que le da nuestro cuerpo mucha información sobre si buscar una relación más profunda o tal vez buscar en otra parte.
De hecho, la investigación arroja que el 66% de las mujeres (frente al 59% de los hombres), terminaron una relación por un mal primer beso.
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¿Por qué sucede?
Cuando se da un buen beso, el cuerpo experimenta un aumento de sustancias químicas como la oxitocina, la dopamina, la serotonina y la adrenalina; sustancias que crean una sensación de euforia, apego y emoción.
La oxitocina, una de las principales, también conocida como la "hormona del amor" es la responsable del sentido de apego y puede mantener vivo el amor a largo plazo, asegura Kirshenbaum. Este descubrimiento podría ser un buen augurio para las parejas que pasan décadas besándose.
Por el contrario, cuando alguien está experimentando un mal beso, la cantidad de cortisol, la hormona del estrés, aumenta en el cuerpo, lo que se recibe, de manera más o menos consciente, como una mala señal para continuar con esa persona.
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