Marilyn Monroe (nacida como Norma Jeane Mortenson) nació en 1926 y falleció en 1962. Su legado todavía está muy presente en la cultura europea y americana. Cabe destacar que fue una actriz, cantante y modelo estadounidense que se convirtió en uno de los símbolos sexuales más populares de la década de 1950. Sin embargo, Marilyn fue mucho más que un icono sexual.
En una ocasión Marilyn llegó a decir: "Un sex symbol acaba transformándose en una cosa, y yo simplemente odio ser una cosa" y así lo recordábamos con el estreno de la película Blonde en Netflix.
Otras veces llegó a decir: "Algunas personas han sido desagradables. Si digo que quiero crecer como actriz, me miran el cuerpo. Si digo que quiero progresar, aprender mi oficio, se ríen. De alguna manera, no esperan que me tome seriamente mi trabajo".
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Reivindicación feminista
Cabe destacar que la vida de Marilyn se ha revisado en el siglo XXI, y de hecho, se han llegado a hacer estudios de género. A través de estos, se ha llevado a cabo un movimiento que ha permitido ver a Monroe más allá del icono sexual.
Concretamente, Gloria Steinem publicó una obra titulada The woman who died too soon (La mujer que murió demasiado pronto) dedicado a la actriz en la que mostraba facetas de Marilyn con las que se pueden identificar muchas otras mujeres. Sobre todo, se hace referencia a la vulnerabilidad de la actriz y a sus abusos de la infancia.
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Además, Marilyn tiene grandes frases célebres como la siguiente: "Soy egoísta, impaciente y un poco insegura. Cometo errores, pierdo el control y a veces soy difícil de lidiar. Pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor".
Igualmente, Lois Banner, autora del libro Marilyn The passion and the paradoz (Marilyn: la pasión y la paradoja) dijo lo siguiente: "Sin duda hizo acciones que se podrían denominar feministas. Toda su vida fue un proceso de autoformación. Fue un genio de la autocreación y ella sola se convirtió en una actriz y una estrella.
"Formó su propia productora, luchó a muerte contra los magnates y denunció públicamente el abuso sexual que sufrió cuando era pequeña: un acto feminista importante y no reconocido. Ella se negó a callar en una época en la que se creía que estos abusos no eran frecuentes y, cuando pasaban, se culpabilizaba a la víctima. Este tipo de denuncias fueron muy importantes para el movimiento feminista de los años setenta".
La belleza del cuerpo de la mujer
De la misma forma, Marilyn nos demostró que todos los cuerpos de mujer son bellos. Los cánones de belleza van cambiando y en ocasiones parece que solo son bellos los cuerpos 'skinny'.
Sin embargo, ya está Marilyn para demostrar que no. Con 1,66 cm de altura y unos 64 kilos de peso, la actriz tuvo uno de los cuerpos más deseados de la época. Y por eso, las curvas son sexys.
Saltarse el protocolo está bien
Otra de las lecciones feministas que nos deja Marilyn es la seguridad en sí mismas que deben experimentar las mujeres. Ella era muy segura de sí misma y tenía tanta confianza que fue capaz de presentarse ante la reina Isabel II de Inglaterra con un vestido escotado para el estreno de 'El príncipe y la corista'.
Evidentemente, con este acto, Marilyn recibió numerosas críticas, pero esto no la paró para seguir luciendo aquello que ella quería lucir, aunque fuese ante la mismísima reina de Inglaterra.
No al racismo
Al igual que con el feminismo, Marilyn también llevó a cabo una campaña contra el racismo a través de su vida. Esto ocurrió, sobre todo, por su sororidad con su amiga Ella Fitzgerald. Ella era una artista que ya había actuado en varios clubs de jazz, y que, sin embargo, quería actuar en el Mocambo, el lugar de moda de la época.
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Fue Marilyn la que consiguió que la cantante actuase en este lugar, ofreciendo publicidad al local. Ella prometió que siempre que su amiga actuase allí, ella estaría en primera fila. Y así, fue consiguiendo cambiar cosas que eran impensables en la época.