La decoración del hogar es algo que nos incita. Podemos plasmar todo lo que llevamos meses teniendo en mente y crear la armonía en la que pretendemos vivir los próximos años. Porque el decorado, además de otorgar una estética, en ocasiones también convierte cuatro paredes en un lugar de paz.

Por este motivo, resulta fundamental cuidar toda la decoración que elegimos, ya no solo para prolongar su vida útil, sino para que no rompa el equilibrio que hemos construido. Además del decorado de la parte interior de casa, aquel que está en la zona de fuera, como la terraza, también necesita una serie de mimos. 

Ahora que comienza la temporada de terraza, con la llegada de la primavera y el verano a la vuelta de la esquina, lo ideal es prepararla para disfrutar de ella al máximo, solas o acompañadas. En especial, la madera, que necesita el doble de cuidados: limpiar, lijar y pintar. 

Cómo restaurar tu terraza de madera

Una terraza de madera restaurada no solo prolonga la vida útil de la madera, sino que también puede ayudar a mejorar el valor inmobiliario de nuestra casa y hacerla más atractiva. El proceso perfecto incluye la reparación, limpieza, lijado y tinte.

No siempre se necesitan todos estos pasos para que nuestra terraza de madera esté impecable, por ejemplo, no siempre es necesario lijar las superficies de la terraza. En cualquiera de los casos, no es un proceso difícil ni tedioso, ya que en solo uno o dos fines de semana (incluyendo el secado) podemos conseguir nuestra terraza de madera como nueva.

[Adiós agujeros en la pared: el novedoso invento que organiza tu baño y que se instala en segundos por menos de 10 €]

El primer paso debería ser una inspección, en busca de tablas de superficie sueltas o problemas con los componentes estructurales, incluida la madera podrida o muy partida. Si necesitamos reemplazar alguno de estos aspectos, es mejor realizar las reparaciones antes de comenzar.

Ahora sí, podemos ponernos con la madera. Si contamos con una plataforma barnizada o pintada, y deseamos una teñida, debemos quitar primero el color o barniz de la superficie con un decapante químico, un producto que al entrar en reacción con la pintura, crea una capa que nos permite retirar con mayor facilidad la pintura. 

Si nuestra terraza está terminada con un sellador transparente o un tinte para madera, con un limpiador para este material nos serviría. Se recomienda aquel que esté formulado a base de oxígeno diseñado para eliminar las manchas de moho y el color grisáceo causado por la posible exposición al sol.

Todo este proceso contribuye con la limpieza, ya que a la vez que usamos estos productos o incluso, lijamos, estamos retirando las manchas de suciedad. De manera opcional y si lo tenemos, podemos lavar a presión la cubierta, una de las formas más eficaces para limpiar en profundidad la terraza.

Terraza de madera. IKEA.

A este paso debería seguirle el lijado. Es opcional; sin embargo, es ideal si queremos que el tinte que pongamos después se adhiera mejor o quede mucho más bonito estéticamente. En este punto, podemos optar por lijar los pasamanos, muy importantes para evitar las astillas, y tal vez las áreas dañadas o toda la superficie.

Una vez hecho, debemos aspirar bien todas las superficies después de lijar. No tenemos que volver a lavar la plataforma, ya que esto levantará la veta de la madera y dejará ásperas las superficies. Si por cualquier motivo, como la lluvia, se moja, simplemente tenemos que dejar que se seque. 

El tinte de la terraza

Ahora podemos pasar a seleccionar un tinte para madera. Antiguamente, había que seleccionar un tinte y después, un sellado; sin embargo, actualmente existen productos penetrantes que colorean la madera y se absorben para protegerla. 

Existen variedades a base de agua y de aceite. Los primeros de ellos ofrecen una facilidad muy atractiva, pero es cierto que diferentes expertos coinciden en que esta formulación no es tan duradera como aquella a base de aceite. De hecho, no penetran tan completamente en las fibras de la madera.

[La importancia de un hogar luminoso: ocho trucos para ganar luz si tu casa es interior]

Así como elegir bien el tinte, también debemos elegir el pincel adecuado. Por lo general, la mejor opción es emplear un aplicador de almohadilla para la superficie principal. Los cepillos de cerdas naturales son mejores si vamos a usar un tinte a base de aceite y un cepillo de cerdas sintéticas con tintes a base de agua.

Si vamos a teñir el suelo, para no mancharnos, tenemos que terminar en un punto de salida, como una puerta o escaleras, para no mancharnos en un rincón. Normalmente, lo que hacemos es empezar en casa y trabajar hacia afuera; sin embargo, es mejor modificar ese plan para poder terminar en las escaleras y salir de la terraza cuando hayas terminado de teñir.

Tenemos que aplicar el tinte generosamente, dejarlo en remojo por un corto periodo de tiempo (según lo recomendado por el fabricante) y luego limpiar el exceso con un trapo o una mopa. Lo fundamental es no dejar charcos de tinte y dejar que seque por, al menos, 24 horas.