El principal motivo que puede desencadenar un metabolismo roto es realizar dietas muy restrictivas o muy bajas en calorías. Si por muchos esfuerzos y dedicación que pongas has notado que no consigues adelgazar, o todavía peor sigues engordando, es posible que sufras rigidez metabólica.
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Para solucionarlo y alcanzar ese peso ideal deberás alejarte de dietas demasiado restrictivas, programas supuestamente milagrosos o rutinas de entrenamiento excesivas… Y es que, todas estas alternativas, nada positivas para la salud, podrían conducirte al temido metabolismo roto o tumba metabólica. Te contamos de qué se trata y cómo evitarlo.
¿Qué es el metabolismo roto?
Si alguna vez has notado que por muchos esfuerzos que hagas por bajar de peso, este no cambia o incluso continúa subiendo puede que estés sufriendo las consecuencias del conocido como metabolismo roto.
Un concepto también conocido como metabolismo lento, tumba metabólica, metabolismo dañado o rigidez metabólica, entre otros; y que no quiere decir exactamente que el metabolismo se rompa, sino que está más bien relacionado con que el metabolismo cambia.
Este puede acelerarse, ralentizarse o adaptarse a la ingesta de nutrientes que le proporciones. Es precisamente cuando se emplea el término de metabolismo roto, cuando realmente lo que se quiere decir es que nuestro cuerpo ha olvidado cómo emplear la energía que le suministramos y que además ha aprendido la manera de hacer lo mismo con mucha menos energía. Esto es algo que suele ocurrir sobre todo después de dietas demasiado restrictivas o muy bajas en calorías.
Esto quiere decir que cuando a través de estas dietas sometes a tu cuerpo a la abstinencia, estás facilitando que tu organismo aprenda a hacer todos sus procesos con menos energía.
Dietas que aunque podrá parecer que te ayudan a perder peso los primeros meses, posteriormente facilitan que el organismo genere sus propias adaptaciones metabólicas, haciendo que después de un tiempo no haya cambios o incluso se produzca el efecto rebote con una subida de peso. De ahí que sea mucho más recomendable incorporar en tu día a día hábitos de vida saludables, ejercicio moderado y una dieta equilibrada y variada.
En el caso del ejercicio físico, también son muchas las personas que precisamente por esa meta de bajar peso de forma rápida, deciden someter a su cuerpo sobre todo al principio a un ejercicio físico demasiado intenso o excesivo. Algo que lejos de ayudar al organismo, lo que provoca en este es que aumente los niveles de cortisol durante mucho tiempo, provocando el denominado estrés crónico.
Algo que no solo nos generará problemas de sueño, sino también degradación muscular, inhibición de la pérdida de grasa, además de acumulación de esta grasa en la zona abdominal debido a la resistencia a la insulina que provoca el cortisol.
Síntomas de un metabolismo roto
Como te hemos adelantado al comienzo, una de las principales señales de que algo no funciona bien es precisamente que a pesar de seguir una dieta concreta o un programa de ejercicio físico determinado, no consigas perder peso. Además de esto, también existen otros síntomas habituales como:
- Sentirse habitualmente baja de energía y sobre todo por las mañanas. Tienes la sensación de tener que comer algo para incrementar esa energía.
- Experimentar mucha somnolencia después de las comidas.
- Sientes que tienes problemas para concentrarte o te sientes aturdida.
- Tienes la sensación de que te cuesta mucho perder peso y que incluso a pesar de los esfuerzos por bajarlo has ganado aún más kilos.
- Tu piel está más seca de lo normal. Algo que puede ser debido a que la piel no logra obtener los nutrientes necesarios y pierde su brillo.
- Pierdes más pelo del normal. Al igual que esa falta de nutrientes puede estar afectando a tu piel o tus uñas, esto también puede ocurrir con el cabello.
- Dolores de cabeza constantes. El metabolismo lento o roto afecta a las hormonas y esto puede provocar efectos como los dolores de cabeza punzantes o las migrañas.
¿Puede arreglarse un metabolismo roto?
Es importante tener en cuenta que el proceso para alejarse de ese metabolismo roto será diferente para cada persona, ya que variará en función de la condición física y mental, del estilo de vida que tenga, de sus propios hábitos, así como de sus necesidades nutricionales.
En cualquier caso, una de las mejores opciones, sobre todo para asegurarse un cambio real y saludable, es ponerse en contacto con un experto en nutrición que pueda darnos las pautas adaptadas y adecuadas a nuestro caso en particular.
Pautas que seguro estarán alejadas de seguir dietas excesivas en las que haya que reducir calorías o comidas o de la eliminación de grupos alimentarios y que seguro estarán más ligadas al aumento gradual de calorías, la introducción de una dieta saludable y variada, el consumo de alimentos ricos en fibra y de snacks saludables…
Todos estos hábitos alimenticios unidos a un mejor descanso, la reducción del estrés, una actividad física regular y progresiva, podrán ayudarte poco a poco a recuperar el control de tu propio metabolismo.
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