Si hay algo que podemos envidiar en España de la cultura japonesa, además de su longevidad o su piel perfecta, es esa gran dosis de felicidad y satisfacción vital que se les asocia. Una forma de ver la vida con optimismo y positividad, que tiene mucho que ver con su forma de reaccionar ante el día a día, pero también con determinados consejos, métodos y filosofías que les ayudan a ser mucho más felices.
Uno de estos métodos o filosofías que en los últimos años ha ido adquiriendo más popularidad pero aún así sigue siendo poco conocida en España, es la filosofía Shoganai. Una filosofía que para muchos japoneses es el secreto de la felicidad, pero sobre todo la clave para evitar que aquello que no podemos controlar nos siga haciendo daño o perjudicando psicológicamente. Así es cómo puedes aplicarla.
Shoganai, la filosofía japonesa que rejuvenece y cambiará tu vida
Frecuentemente, nos encontramos en situaciones de la vida que escapan a nuestro control, que incluso pueden llegar a generarnos una sensación de impotencia. Sin embargo, es esencial comprender que una parte fundamental de nuestro crecimiento y adaptación radica en aprender a aceptar aquello que no podemos alterar.
La habilidad de aceptar con serenidad lo que está dentro y fuera de nuestro alcance desempeña un papel crucial en el mantenimiento de una salud mental y emocional equilibrada. Pero ¿cómo podemos incorporar esta perspectiva en nuestra vida a través de la filosofía Shoganai?
En la cultura japonesa, la expresión shoganai encapsula una filosofía de vida que es desafiante de traducir completamente, pero se asemeja a nuestro "qué le vamos a hacer". En un sentido más amplio, podríamos compararlo con el "it is what it is" en inglés o el famoso "C'est la vie" francés. Aunque la esencia de esta filosofía es aceptar las circunstancias que escapan a nuestro control, va más allá de una simple resignación.
Shoganai está arraigado en el budismo zen, que aboga por vivir en el presente sin aferrarse al pasado o preocuparse por el futuro. Contrario a lo que podría parecer, esta filosofía no está vinculada al pesimismo o la desesperación, sino a la aceptación serena de lo que no podemos cambiar. Los japoneses no recurren a shoganai para lamentarse, sino para seguir adelante.
Y es que, la mentalidad japonesa destaca por su habilidad para respetar los ciclos de la vida, tanto buenos como malos, y aceptarla en su totalidad. Esta perspectiva, derivada del budismo zen, reconoce la existencia de aspectos controlables e incontrolables. No se trata de una mentalidad conformista, sino de una enriquecida con practicidad y sabiduría.
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Al centrarnos en lo que podemos modificar y no perder tiempo en lo inalterable, los japoneses no solo evitan la frustración y el sufrimiento, sino que prosperan y generan ideas y soluciones innovadoras.
¿Cómo aplicar la filosofía Shoganai en la vida?
Practicar el Shoganai no implica rendirse ante los desafíos, sino más bien aceptar aquellas situaciones que están más allá de nuestra influencia y dirigir nuestra energía hacia lo que podemos transformar.
- Identifica lo que escapa de tu control: El primer paso es identificar conscientemente aquellas áreas que escapan a nuestro control. Al reconocer estas circunstancias, estamos dando el primer paso hacia la aceptación.
- ¿Qué podemos cambiar?: Con la lista de lo inmodificable en mente, es el momento de concentrarnos en las áreas donde sí tenemos el poder de actuar. Al dirigir nuestra atención y esfuerzos hacia lo que podemos cambiar, creamos un espacio para el crecimiento y la mejora personal.
- Agradece: La gratitud también desempeña un papel clave en esta filosofía. Al enfocarnos en las cosas por las que estamos agradecidos, cultivamos una actitud más positiva. Esta perspectiva positiva no solo fortalece nuestra resiliencia frente a las adversidades, sino que también nos ayuda a encontrar soluciones creativas para los desafíos que podemos abordar.
- El esfuerzo tiene su recompensa: Además de estos pasos, es fundamental recordar que la práctica del Shoganai no implica pasividad, sino sabiduría y acción focalizada. Continuar esforzándonos por mejorar en áreas que podemos cambiar, mientras aceptamos con gracia lo que no podemos, nos permite avanzar con equilibrio y serenidad, a la vez que evitamos el estrés o la ansiedad en medio de la complejidad de la vida.