El grupo de Flamenco Chill que hace florecer la música española desde hace más de 20 años le da al botón de play para hacer realidad su vuelta anunciada este 2023, tras una pausa de 8 años en los que María del Mar Rodríguez Carnero (Málaga, 1975), más conocida como La Mari de Chambao, ha hecho dos trabajos aislados: la canción Corazón valiente, dedicada a Pablo Ráez, y La vida viene y va para la película La lista de los deseos. Chambao se abre así a una nueva etapa en la que el flamenco será más flamenco y piensa explotar al máximo todas las posibilidades de la música electrónica.
Este es un retorno que, reconoce La Mari, le hace pensar en la rueda de la vida, así como en el cariño y el tesón que ha puesto a sus pasiones durante estos años para después volcarlas en una nueva fuente de ilusión, En la cresta del ahora: "Venimos a dar todo el amor". Además, se trata de un camino que tiene su pistoletazo de salida en la gala de 'Las Top 100', el evento del año capitaneado por magasIN y centrado en el liderazgo femenino: "Mis flores será la pieza con la que Chambao haga retumbar el Teatro Real en la décima edición de 'Las Top 100', este 22 de febrero".
2023 es un año muy especial para La Mari. No sólo porque arranca esta anhelada gira de festivales y conciertos de todas las tallas junto a Miguel Hiroshi, Ricardo Moreno y Mantecla para dar a conocer las nuevas canciones de Chambao. No sólo porque acaba de terminar un documental sobre sus 20 años de carrera musical o porque en septiembre sacan su nuevo disco, En la cresta del ahora. También porque, bajo el mismo título, La Mari publica en octubre su segundo libro para compartir técnicas y herramientas de inteligencia emocional con las que poder practicar la atención plena. Son técnicas que le han permitido crecer hacia adentro, conocerse mejor y lanzarse a estudiar varias materias, entre ellas, el flamenco: "Me gusta estudiar los palos del flamenco y llevarlos estribillo, estrofa y puente. Al principio y el final, para crear la estructura de mis canciones".
La Mari que desde niña sentía curiosidad por el comportamiento del ser humano y la manera en que nos comunicamos, la misma que querría haber hecho la carrera de Filosofía en la Universidad, se lanzó a la música para crear letras y componer canciones de impronta espiritual, más que capaces de emocionar, como ocurre con Mis flores: "Yo la escribo, la canto, la produzco, la compongo, pero va más allá. La canción sigue moviéndose y vuelve a ser compuesta con cada persona que la escucha, con cada persona que aporta su oído y luego habla de esa canción". Por lo tanto, el arte no es de nadie, ni siquiera de quien lo firma: el arte es de quien lo interpreta y lo reinterpreta.
Quizás también por eso, a lo largo de todos estos años, Chambao se ha convertido en un referente de la música española a nivel nacional e internacional. "Hay canciones a palo de flamenco en las que me mojado un poco más", admite la artista malagueña, mientras advierte de que le queda un largo recorrido de estudio del flamenco. Su plan es ir sumergiéndose en el género como en una especie de vuelta a los orígenes.
¿Cómo te hace sentir el hecho de estrenar en la gala de 'Las Top 100' la canción principal de tu nuevo disco, Mis flores?
Me parece una ocasión preciosa para estrenar disco, tengo puesta ahí toda la ilusión del mundo. Creo que una vez que se hace una canción lo mejor que puede pasar es que se la lleve la gente, que ande y que viva, que uno la escuche cuando la tenga que escuchar. La canción va dedicada enteramente a la música, al oficio que al que me dedico hace ya 22 años en todo su esplendor.
¿Cuándo podremos escuchar el disco completo?
Pues mira, iba a salir en mayo, pero visto lo poquito que duran los discos, lo voy a sacar en septiembre. Aprendiendo de la estrategia de compañeros míos de oficio, voy a hacer cinco singles y cinco vídeos para alargar el disco hasta septiembre.
O sea, que a la gira llevaremos canciones del disco sin que el disco esté en la calle ni en las plataformas [se ríe]. Haremos repertorios para festivales también combinando las canciones y los singles de Chambao de toda la vida... Pero no va a ser igual.
Estamos mirando de nuevo la electrónica, por ejemplo, distinguiendo Ahí estás tú. O sea, que le vamos a meter caña de la buena, incluyendo los 12 temas del disco que sale en septiembre. ¡A la aventura!
Es como estrenar tu disco en diferido, ¿no?
Sí, porque voy a hacer el disco en la gira. Así a quien compra la entrada del concierto le estoy dando esos 12 temas antes de que llegue septiembre.
Esta estrofa de si me ves llorar déjame que llore; si me ves callar déjame que calle; si me ves gritar o si me ves y no quiero ser vista, déjame invisible… Habla de una manera determinada de tomarse la vida: de dejar que las cosas sean como son, de no forzarlas, de dejarlas fluir. ¿Es así como te sientes?
Efectivamente. Hay momentos en mi vida en los que me he visto con tantas responsabilidades por ser la jefa que he pasado mucho estrés creyendo que todo tenía que ser perfecto. Y es que eso ni existe. Me he dado cuenta de que no todo tiene que ser como tú quieres que sea, ni las cosas tienen que ocurrir cuando tú quieras.
Hay que dejar que las cosas sean como son y cuando son. Y eso, precisamente, es lo maravilloso, es la perfección. Por ejemplo, grabé un vídeo oficial de Mis flores y por las cosas de la vida no ha salido y no lo voy a sacar. He tenido que sacar un vídeo lyric y no estoy triste. Por algo es así, ¿sabes?
Las prisas no son buenas consejeras. Y para el arte... menos.
Justamente lo hablaba con Violeta Galera, que es una artista y está haciendo el diseño del disco. Hemos decidido bajar una marcha en vez de meternos tanta presión y tanta prisa. Nos dedicamos al arte. Todo está bien. Así es como tiene que ser.
Tienes tiempo, tranquilidad y mucha gira por delante. Imagino que estáis preparando ese calendario de encuentros y fusión entre el flamenco y la electrónica en España, América Latina, Europa...
Vamos a empezar en España, en Granada, el 5 de mayo. El 19 seguimos en Valencia, el 26 en Madrid... Quiero actuar en salas también porque creo que ayuda a mantener los pies sobre la tierra, y eso lo podemos compaginar con conciertos y festivales. Y me preguntan con ahínco si voy a ir a Málaga. ¡Pues claro que sí! A finales de año estaremos en Málaga.
Y en América Latina... A ver si sale, porque hay algo de los países latinoamericanos que siento muy mío. Argentina, México, Colombia, Uruguay... Uruguay es un país increíble.
¿Qué es la música para ti? ¿Un camino evolutivo?
Es lo que me ha ayudado a encontrarme a mí misma como persona, a seguir avanzando en mi mejoría: no por la perfección, sino por conocerme más y mejor y comunicarme mejor conmigo.
Mis flores es una metáfora sobre mis canciones: las dejo caer para que salga el fruto de colores. Esto quiere decir que lo aprendido, aprendido está y hay que seguir p'alante, no creerte que sabes algo porque, en realidad, no sabes más que lo que estás viviendo.
También con ello hago un guiño al momento en que uno atraviesa su propia luz y sombra, que son exactamente lo mismo. Es un canto de esperanza hacia mí misma y de agradecimiento a la vida: ¡Qué bien que estoy viva para seguir haciendo esto que me gusta, que es la música!
Estas canciones las has compuesto, las has escrito, las has cantado tú y también las has producido. Pero te han acompañado muchos artistas, en la guitarra, en la percusión, en las palmas, en los sintetizadores, sin los cuales no habría sido posible.
Me han acompañado muchos amigos y compañeros a los que aprecio y admiro y soy seguidora de su maestría. Entre ellos, Rosario La Tremendita, o Juan Medina, antiguamente Juanito Makandé. Ellos dos han sido los productores de la canción Mis flores.
En principio elegí a Rosario La Tremendita para que metiera el bajo y me ayudó al darle un giro un poco más flamenco a la letra. Y me encanta la generosidad de Rosario a la hora de trabajar una canción. Hay artistas que no se cierran y que vuelcan todo como si no hubiera un mañana. Va más allá de una colaboración y es algo muy, muy especial que Rosario tiene. Yo creo que ella es una de 'Las Top 100'.
Por otro lado, Juan se entrega al 100%, pone toda su atención, guarda las formas dándote su opinión, aportando, enriqueciendo y sumando todo el rato. Es precioso trabajar con alguien tan de la mano, codo con codo. Le pedí a Juan Medina que se uniera a una vuelta de Chambao, pero con la electrónica de hoy, porque cuando Chambao empezó hace más de 20 años, las mezclas de hacían de una manera completamente diferente.
Flamenco y electrónica: sigue antojándose como una fusión audaz. ¿Así es como vuelve Chambao, con ese poderío?
La electrónica ahora es una maravilla porque puedes ir creando en el directo. Me vuelve a divertir un montón el lanzarme a esos sonidos. Para esto conté con Álvaro, que se hace llamar Mantecla, que viene de Cádiz, de La Línea, igual que Juan. Además, son amigos desde chiquititos, pero viene de estar en Londres muchos años, de hacer trabajos de producción y de buscar texturas y buscar sonidos con la electrónica.
Cuando fui a decirle a Juan que quería que el disco fuera moderno, por la electrónica, pero añejo, sin perder la parte flamenca que yo estudio porque me inspira y me apasiona, pero que llevo al principio y el final, como una estructura de una canción. Haber encontrado a Mantecla ha sido todo un descubrimiento y además encontramos un nexo entre los tres. Es algo muy bonito que ha ocurrido para la vuelta de Chambao.
Otro descubrimiento ha sido Josep Pou, de 23 años, quien ha hecho toda esta parte de sintetizadores y teclas, pero creo que va mucho más allá, me parece muy elegante. Que tiene una solera que te deja pasmado. Donde está él hay buen gusto.
También Miguel Hiroshi, que tiene la percusión, y con Ricardo Moreno, que lleva todo el peso de la guitarra flamenca, me hacen pensar que esto es un regalazo de la vida. La batería de Manuel Reina, que es otro crack con el que tenía muchísimas ganas de trabajar, y ha hecho toda la batería del disco, la estamos procesando para encontrar ese sonido más electrónico en directo. Por un lado me da penilla no poder llevarlo en la gira, porque trabajar con él es una gozada, y de eso dan cuenta Pablo Alborán o Miguel Poveda.
¿A quiénes veremos en los próximos conciertos?
Seremos cuatro: Miguel Hiroshi, Ricardo Moreno, Mantecla y yo. Son las tres partes que más me gustan de la música, que son la electrónica, el flamenco y la parte técnica. Estoy muy ilusionada con este cuarteto que nos hemos juntado para el directo y para el disco. Realmente me parece que estoy con tres artistas porque no los puedo catalogar sólo como músicos.
¿Qué representa para ti este proyecto? ¿Tiene que ver con ciertas dudas existenciales que te han podido acompañar en los últimos años?
Desde antes de la pandemia me involucré muchísimo en estudiar. He vuelto a rodearme de libros, que siempre me ha gustado, pero dejé esa parte de mí un poco aparcada hace tiempo. Quizás me creí mucho el personaje de ser cantante, o por lo menos eso veo a toro pasado... Una cree que sólo puede ser una cosa y en realidad puedes ser todo lo que tú quieras.
Entonces fue cuando cayeron por su fuerza esas creencias limitantes y de manera natural volví a tener curiosidad por estudiar. Y es la lectura la que te retroalimenta a seguir curioseando.
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Me puse a estudiar un posgrado de inteligencia emocional, de coaching, y ahora estoy más con la PNL, con la Programación Neurolingüística, que me apasiona. Incluso me puse a estudiar canto. Nunca lo había hecho en mi vida. Pensaba: "¿Para qué?". Ahora creo que lo más bonito que puedo hacer con mi vida es ocuparme de mis estudios. Ojalá lo hubiera hecho cuando empecé en Chambao. Estudiar me complementa, me nutre, me hace más feliz. Me hace más consciente del aquí y el ahora.
¿Cómo trasladaste todo eso a En la cresta del ahora?
Jugando con las palabras. Hay una canción que se llama Tengo la piel en flor, por ejemplo, y todo esto me viene también a través de estudiar. Me gusta mucho desgranar las frases y buscarles un nuevo sentido. Estar en la cresta del ahora para mí es la punta del iceberg.
De hecho, antes de escribir las canciones me puse a escribir mi segundo libro. El primero lo dediqué al cáncer de mama, y el segundo, La cresta del ahora, lo he dedicado a la atención plena: estar aquí y ahora. Porque una gran parte de nuestras conversaciones internas que tenemos van sobre nosotros mismos, o sea, que tenemos una gran capacidad de estar rumiando.
Esto nos lleva a una situación de estrés, de no disfrutar con quién estás o lo que estás haciendo. Cuando escribí mi segundo libro, que publicaré en octubre y que contiene una metodología de inteligencia emocional y de PNL para practicar la atención plena, todavía no existía el disco. Después empezaron a venir las canciones... También en este libro cuento algo bastante íntimo que no voy a desvelar de momento.
¿Te has mojado más con el flamenco que en otras ocasiones?
Sí, pero aún me queda margen para mojarme más con el flamenco. En La cresta del ahora hay canciones a palo de flamenco, hay una alegría, hay una soleá, hay unos tanguillos, una bulería... Y sí, me he mojado más. Conforme avanza más la vida voy pensando que algún día me tocará lanzarme y hacer un disco más flamenco.
Pero para ello, primero, he pensado que voy a estudiar más. Así que estoy empezando a estudiar más flamenco y canto para involucrarme más.