Sara Vega es una periodista apasionada, de esas que hacen que las cosas pasen. Estudió Periodismo con el sueño de ser corresponsal de guerra, pero sus experiencias hicieron que diera un cambio 180 y se enfocara en comunicación estratégica y marketing. Actualmente, es la directora de marketing y comunicación de Fnac España.

[Estas son las diez mujeres elegidas 'Top 100' en la categoría Directivas]

Gracias a su personal visión del marketing y la comunicación, que son dos áreas claves para el negocio, se ha convertido en una auténtica experta. Además, nos confiesa que el secreto de sus triunfos es disfrutar aprendiendo. Cada año se forma en una materia nueva para perfeccionar sus técnicas.

Con su empeño, ha conseguido formarse en Programme for Management Development (Esade), Proyecto Promociona (Esade), Máster en Dirección Comercial y Marketing (ESIC), y Global Civil Society Seminar y Workshop in Global Leadership (Harvard University), entre otras formaciones.

A lo largo de su carrera, ha pasado por diversas compañías y diferentes sectores. Su capacidad resolutiva y su facilidad para desenvolverse en cualquier espacio son algunos de sus muchos puntos fuertes.

En Fnac, además de ofrecer una perspectiva global del negocio y de conseguir interrelacionar todos los departamentos con una excelente gestión, Sara disfruta trabajando en equipo y colaborando con sus compañeros para sacar lo mejor de todos ellos. 

Actitudes y aptitudes que siempre merecen ser reconocidas, y por ello, la directora de Marketing y Comunicación de Fnac ha sido elegida para formar parte del ranking 'Top 100 Mujeres Líderes en España' en la categoría de Directivas.

Ahora, Sara Vega muestra su lado más personal a todas las lectoras de magasIn.

Un pensamiento estrella que siempre tiene presente es…

Atrévete, ¿qué es lo peor que puede pasar?

¿Una anécdota que contenga una enseñanza útil para las futuras 'Top 100'?

Durante la carrera, trabajé en unos grandes almacenes por temporadas para ganar algo de dinero. En general, se exigía no llevar piercings y que no se vieran tatuajes. En definitiva, que se tuviera una imagen “formal”.

Fui la única persona, de las veinte que comenzamos juntas, a la que no le pidieron que se quitara los piercings. Esto generó cierta antipatía de mis compañeros conmigo que luego tuve que contrarrestar con grandes dosis de encanto.

Esta experiencia me enseñó que se puede encajar en cualquier sitio siendo tú mismo. Si eres capaz de mezclar estar cómoda en tus zapatos con la capacidad de ser flexible con el entorno, no es necesario disimular o aparentar lo que no eres.

Nombre a tres mujeres referentes para usted… ¿Por qué lo son?

Petra Gil Madrigal, mi madre. Porque siempre se comportó como una mujer empoderada y poderosa y porque tuvo una capacidad de superación y adaptación extraordinarias. Sin pretenderlo, fue ejemplo de muchas cosas.

Lina Morgan. Cuando era niña, con ocho o nueve años, mis padres me llevaron a ver Celeste no es un color y me pareció impresionante que aquella señora menuda, fuera la dueña de un teatro, la jefa de tantas personas y la protagonista de un espectáculo. En aquel momento sencillamente pensé que yo también quería mandar. Hoy logro ver que en realidad fue un gran referente, una mujer pionera y con poder en un mundo dominado por figuras masculinas.

Adriana Domínguez. Tuve oportunidad de conocerla hace unos meses y confirmé lo que ya pensaba: es una mujer brillante, con una gran sensibilidad artística y una magnífica capacidad para tratar con personas. Ha sido capaz de liderar el cambio de Adolfo Domínguez con una trayectoria poco convencional en un puesto como el que ocupa, poniendo foco en sus fortalezas y sabiendo rodearse de personas que complementan su visión.

Recomiéndenos una película, un libro y una canción.

Una película: Talentos ocultos (2016).

Un libro: Una Educación de Tara Westover (Lumen, 2018).

Y por último, una canción: A mi manera (2001) de Siempre Así.

¿Una característica presente en la mayoría de las mujeres?

La empatía, esa capacidad de conectar emocionalmente con el otro.

La conciliación es…

La gran asignatura pendiente de la sociedad actual. Una sociedad en la que no se trabaja para vivir, sino que se vive para trabajar. Cada vez más personas rechazan ese modelo en el que la vida personal, que en definitiva, es LA VIDA, pasa a un segundo plano.

La conciliación es un problema familiar y emocional para la mayoría de las mujeres, también para algunos hombres, pero además es un problema social y económico que si no resolvemos tendrá graves consecuencias en las generaciones del futuro y en la sostenibilidad de nuestro modelo social y económico.

¿Un consejo para una entrevista de trabajo?

Sé tú misma, siéntete cómoda con quien eres y no finjas.

Las tres cosas en las que primero se fija cuando conoce a alguien y por qué.

La autenticidad diría que es la primera. Esa sensación de que se muestre tal y como es la persona, sin pretender ser perfecta, sin esconder la vulnerabilidad o el desconocimiento. Eso es algo que verdaderamente aprecio de la gente.

También observo la amabilidad que muestre la persona y, lo reconozco, nunca puedo dejar de fijarme en los zapatos.

¿Con qué pequeñas cosas identifica la desconexión?

Con un buen arroz, con una copa de vino blanco, en una mesa con amigos, al sol, mirando al mar y sin reloj ni teléfono. Aunque, con una ducha caliente en silencio, sin mis hijas llamando a la puerta o un rato corriendo mientras escucho música, me conformo también.



Un defecto ajeno que no soporta.

La falta de honestidad y la falta de consideración.

Dormir es…

El segundo placer de la vida. El primero es comer.

Una manía que la defina.

Tengo obsesión por hacer listas de todo: de tareas pendientes, de amigos a los que quiero llamar, de sueños por cumplir, de lugares que visitar en un viaje, de los libros que quiero leer, de restaurantes, incluso de las compras para rebajas.

Un color que jamás se colaría en su armario es…

El naranja.



Alguna pregunta con la que crea que se puede aprender mucho sobre otros.

Cualquier pregunta sirve para que aprendamos del otro, siempre que se haga con la verdadera intención de escuchar.