Mercedes Wullich
Publicada

Queridas líderes,

Toca en esta doceava edición de 'Las Top 100 Mujeres Líderes en España', que os escriba una vez más para alentaros y que llevéis como un estandarte el haber sido elegidas y convertiros en referentes para una sociedad que necesita otras voces y nuevos modelos.

Vuelvo a hablaros desde la profunda admiración y respeto por el talento, el compromiso y la valentía que habéis demostrado al destacaros en tantos ámbitos entre tantísimos perfiles valiosos. Y por eso os pido que asumáis el papel de pioneras, desafiando las reglas y abriendo puertas y ventanas a las próximas generaciones.

Desde mi experiencia, y gracias a la iniciativa que fundé y hoy lidera Cruz Sánchez de Lara, me gustaría compartir algunas reflexiones sobre lo que considero esencial para el avance de las mujeres a las que hoy representáis.

Soy periodista y escritora y, como tal, mis argumentos -con relación al lugar que las mujeres deben ocupar en la sociedad- son recurrentes. Y esto me hace pensar en cómo es todavía necesario consolidar algunos de estos temas que, mirando hacia atrás en la historia, creíamos ya ganados. Reconociendo el escaso tiempo en que nuestra atención es captada en un mundo lleno de distracciones, me centraré solo en algunos puntos que considero claves.

Desafiar los roles tradicionales impuestos. Como líderes tenemos la oportunidad de desafiar y cambiar aquello que ya no tiene lugar en la sociedad en la que vivimos. Es vital que cuestionemos y rechacemos aquello que limita nuestro desarrollo personal y profesional. Que nos quitemos el peso de las expectativas arcaicas y elijamos con libertad de acuerdo con nuestros valores y prioridades.

Poner nuestros sueños objetivos y necesidades, en primera línea. De la oportunidad para convertirlos en realidad, dependerá que nuestros tiempos y espacios sean equilibrados y justos. Dicho de otra manera, evitar que las necesidades de los demás estén -como suele suceder- por encima de las nuestras.

Defender nuestra identidad. Que quienes somos no se defina en relación con los demás. Que detrás de cualquier elección que hagamos, indaguemos antes para poder defender nuestra identidad. No ceñirnos a ninguna expectativa que nos acorrale con sentencias que no nos definen íntegramente -madres, hijas, esposas, cuidadoras… por mencionar solo algunas-. Saber quiénes somos y qué queremos es la puerta de entrada a la libertad de elección.

Espacio y autonomía económica. Ni más ni menos que la habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf. Descarto que estamos educadas y formadas, pero deberíamos entonces centrarnos en aprender habilidades que nos faltan, porque son resortes para abordar los desafíos con confianza y determinación.

Volviendo a Virginia, es llamativo que aún encuentre vigente el reafirmar que sin independencia económica -y esa habitación propia o espacio para pensar y tomar decisiones- estaremos expuestas a la presión y al control ajeno.

La unidad es nuestra mayor fortaleza. La colaboración y solidaridad son más importantes que nunca. Si juntas somos capaces de alcanzar metas que parecían inalcanzables, es nuestra responsabilidad apoyarnos, compartir nuestras experiencias y aprender de ellas. Escucharnos, entendernos y que cada una de nuestras historias y experiencias, sean un puente que nos conecta y nos une.

Salud física y mental. Este es un tema del que se habla poco, que no priorizamos en la agenda y que por lo tanto descuidamos, cuando es fundamental. Algo a menudo olvidado o pospuesto y que pasa factura, es la presión por cumplir con múltiples roles y expectativas que solo pueden sumirnos en el agotamiento y poner en peligro nuestro bienestar emocional. ¿Hasta dónde podríamos llegar si la salud física y mental no nos

acompañaran? Estad atentas, buscad ayuda, hablad y romped cualquier estigma. Poneros a salvo.

Os animo finalmente, a seguir adelante con audacia y pasión, recordando siempre que cada una de vosotras tiene el poder de marcar la diferencia, aprovechando cada oportunidad para inspirar, influir y transformar.

Asumid el poder que os da ser parte de una pequeña élite de mujeres que lideran en todos los ámbitos de la sociedad, y que por ello, tienen la oportunidad de dar ejemplo, de cuestionar las normas y de generar cambios.

Si no fuera a vosotras, ¿a quién podría pedírselo?



Mercedes Wullich 

Presidenta 'Las Top 100 Mujeres Líderes'

Mentora y Aceleradora de Mujeres