La industria de la moda empieza a poner el foco en las firmas sostenibles. Una de ellas es Ecoalf, que nace en el 2009 con el objetivo de crear una marca de moda “realmente sostenible”. Su presidente y fundador, Javier Goyeneche, lanza la firma con el objetivo de dejar de utilizar los recursos naturales de manera indiscriminada.
Su misión era crear una generación de productos reciclados con la misma calidad y diseño que los mejores no reciclados del mercado.
“Nuestro planeta se está revolviendo y mandando señales inequívocas de la necesidad de actuar”. La moda es una de las industrias más grandes del mundo y la segunda que más contamina.
En este sentido, cada vez oímos más hablar de sostenibilidad vinculada a distintos sectores, entre ellos la industria textil y cada vez más marcas se suman a este ‘camino’. ¿Pero la necesidad aparece como una necesidad o una moda?
¿Necesidad o moda?
Carolina Álvarez-Ossorio, jefa de marketing y comunicación de Ecoalf, quien recientemente participo en una mesa redonda sobre precisamente la industria de la moda y sostenibilidad en las jornadas sostenibles organizadas por el Teatro Real, responde a MagasIN. “Es una necesidad absoluta. Somos la industria más contaminante y tenemos la responsabilidad de buscar un modelo de negocio que tenga un equilibrio entre nuestras necesidades y las del planeta”.
Explica que el modelo actual de negocio no funciona. “Está diseñado para tener micro colecciones y descuentos continuamente (Black Friday, semana de oro, días especiales…) todo esto fomenta la compra impulsiva que termina en vertedero. Generando un residuo innecesario y consumiendo recursos del planeta de manera irreversible…”
Ahora bien, cuando hablamos de conceptos que aún a muchos les pueden sonar desconocidos como es la moda sostenible es muy habitual que se nos vengan a la mente dos preguntas. ¿Es para mí? Y ¿me lo podré permitir?
El reto de entender que la calidad es durabilidad
Álvarez-Ossorio asegura que, desde luego, eso intentan. “Desde el 2009 la visión ha sido crear una nueva generación de productos reciclados con la misma calidad y propiedad técnica que los mejores no reciclados. De esta manera, tienes un diseño bonito y atemporal, con una calidad muy buena que al final hace que la prenda dure mucho más en tu armario”.
Desde el punto de vista económico lo principal que debe entender el consumidor es que la calidad es durabilidad. “Nuestras zapatillas cuestan 70 euros, una sudadera 60 euros, un chaleco 150… No son precios caros. Estamos rodeados de marcas mucho más caras no sostenibles. Creo que el consumidor tiene que entender de dónde viene y cómo está hecho el producto, qué impacto hay detrás… Y entender que esa calidad es durabilidad”.
En Ecoalf la trazabilidad juega un papel muy importante y defienden que es su responsabilidad como marca educar y explicar todo lo que hay detrás.
Preguntamos entonces a Álvarez-Ossorio si algún día nuestros armarios estarán llenos de moda sostenible y responde esperanzada: “Ojalá que no se hable de moda sostenible y sea un estándar en la industria. Deberíamos tener un armario lleno de prendas que usemos y poder darle un uso o una vida a lo que no usemos”.
No hay un planeta B
Cada decisión que tomamos tiene un impacto y por ello en Ecoalf consideran que es más importante que nunca que sea positivo para el planeta.
El movimiento ECOALF une a los individuos que apuestan por mejorar sus hábitos diarios para incentivar el cambio e inspirar a los demás a cuidar nuestro planeta, que es el único que tenemos.
En este sentido, Ecoalf ha decidido que por cada producto que lleva la marca BECAUSE THERE IS NO PLANET B, el 10% de la recaudación será donado a la Fundación Ecoalf.
Este dinero sirve para apoyar la expansión de su proyecto Upcycling the Oceans, que ha unido a más de 3.500 pescadores alrededor del Mediterráneo y ha recogido más de mil toneladas de basura del fondo del mar.