El diseñador Juan Duyos: "Mis clientas me dicen que las ilusiono con mi trabajo y eso me hincha"
El diseñador cumple 25 años en la moda y lo celebrará por todo lo alto. De momento, acaba de presentar en el Museo Cerralbo sus últimas creaciones: Piezas atemporales, artesanas, realizadas despacio y con cariño.
7 abril, 2022 02:52Noticias relacionadas
A Juan Duyos siempre le ha interesado el Arte. Asegura que cuando el trabajo se lo permite, se escapa para ver las últimas exposiciones por los museos de Madrid. De ahí que sus creaciones las haya presentado, a modo de exposición, en uno de los museos más singulares de la capital, el Museo Cerralbo.
“Siempre estoy maquinando para hacer presentaciones diferentes, y en esta ocasión, hicimos una cosa un poco peculiar, que salió muy bien”, asegura.
“Cada vez que pasaba por delante del Museo Cerralbo, pensaba en lo bonito que sería hacer una presentación allí, porque es un espacio único. El Marqués de Cerralbo era un gran coleccionista y está repleto de cosas. Pensé que incluir allí mis diseños podría funcionar y ha sido una experiencia muy positiva”, confirma.
PREGUNTA: ¿Cómo te has sentido en este primer desfile después del parón de la pandemia?
RESPUESTA: Para nosotros ha sido un parón relativo, porque hemos seguido haciendo proyectos como el desfile que hicimos en Madeira que fue muy emocionante, y luego hemos estado preparando la presentación en el Museo de Madrid.
A grandes rasgos, cuéntanos qué se ha podido ver en La Colección.
El Marqués de Cerralbo era coleccionista y pensé que mi colección podría encajar dentro de las suyas, en este espacio singular.
Por eso la he llamado La Colección. Introdujimos los modelos en formato exposición, conviviendo con las obras de arte que el marqués tenía, acompañada además, por la presentación de un video. Así teníamos una parte expositiva física, y luego otra en digital que ha sido bastante viral.
Para hacer el vídeo has contado con modelos de la talla de Judit Mascó, Verónica Blume y Laura Sánchez….
Sí, son mis amigas desde hace mucho tiempo. Desde que comenzamos en los 90, me han apoyado y hemos trabajado siempre de una forma bonita. Primero, como modelos profesionales y luego, cuando ellas, que no han dejado de trabajar nunca, ya no se subían a la pasarela de una manera cotidiana, he contado con ellas siempre que ha surgido algo especial.
En nuestro 20 aniversario en la moda, hicimos una puesta en escena con 10 supermodelos para celebrarlo. Y ahora, preparé un video para presentarlo en el Museo Cerralbo, pero no quería que fuera nada cursi, y decidí que las modelos perreasen al ritmo de la música.
Es una colección atemporal…
Como están cambiando tanto las cosas, incluso en la forma en la que trabajamos nosotros los diseñadores, quería que fuese como la artesanía, hecha despacito, con cariño, a la medida…Y esa temporalidad quiero seguir poniéndola de relieve en mis trabajos.
También incluyes una colección cápsula más económica
Estoy contento, porque en ese momento de la pandemia en el que todo el mundo te decía: ¡Hay que reinventarse! Y cuando me estaba preguntando cómo hacerlo, surgió la oportunidad, gracias a Valentina Suárez-Zuloaga y a su madre Margarita Ruyra, que son unas emprendedoras maravillosas.
Han creado una tienda de moda española, para reforzar todos esos valores que tenemos los diseñadores españoles como son hacer las piezas a la medida, lo artesano, etc. Y para estar ahí, hice un ejercicio bastante nuevo para mí de hacer tallas, buscar tejidos, etc. El objetivo es que toda esa gente que no puede o no quiere hacerse un vestido a la medida, lo pueda comprar en la web de Es-Fascinante.
¿Dónde tienes ahora el atelier?
Nos hemos mudado. Estábamos en la calle Barquillo, pero hemos cruzado la plaza y nos hemos instalado en la calle Marqués de Valdeiglesias. Aquí hacemos vestidos de novia y para ocasiones especiales. La gran diferencia es que mis clientas pueden esperar meses en tener el vestido, porque es otra forma de hacer moda, es moda de autor.
Es algo parecido a cuando vas a un restaurante que te apetece mucho, y te dan cita para dentro de dos meses. Te lo apuntas en la agenda, y sabes que ese día vas a comer a ese sitio.
¿Quién te enseñó a coser?
Todavía sigo aprendiendo a coser. Esto es un aprendizaje constante. Yo tengo maravillosas costureras que trabajan conmigo, y mi parte es más creativa, aunque tienes que tener nociones de costura, para decir cómo lo quieres. Yo ahora mismo no me pongo a las máquinas, ya me gustaría tener esa paciencia...
Para que funcione la ecuación, tiene que haber una buena parte creativa, una buena confección, un buen patronaje, una buena puesta en escena y para que ligue la salsa, todos estos ingredientes tienen que funcionar.
¿Cómo comenzaste en el mundo de la moda?
Soy de la época del ¿estudias o diseñas? de principios de los 90. Quise hacer Bellas Artes, pero me desencantó y me aconsejaron que me metiera en moda. No era un niño que vistiera a sus muñecas, ni nada por el estilo… Nunca tuve la moda en la cabeza.
Lo típico que te metes, curioseas, estudias con gente que también estudia lo mismo, y todo te lleva hacia ese camino. Empecé a trabajar con Manuel Piña y con él aprendí todo lo que me gusta de la moda.
Después pasé por muchas etapas, como poner en marcha la marca, los desfiles de la antigua Cibeles. Me fichó Pepe Barroso para hacer Don Algodón... Tengo un montón de buenos recuerdos, y luego yo supe seleccionar lo que me gusta de la moda y desechar lo que no me gusta.
Abriste tu propio taller.
Sí, puse mi taller en marcha enseguida, pero de forma inocente, porque no sabes dónde te metes. Con la ilusión de la juventud lo hice, y aprendí trabajando y “a tortas”. Pasé por productores que me dejaron tirado, tejidos que no llegaban y no sabía cómo gestionarlo, temas con licenciatarios, que no sabes en qué idioman hablan. Al final somos creativos metidos a empresarios y ésta es una fórmula muy extraña.
Defensor de un determinado fondo de armario...
Tengo la idea de fondo de armario que todos tenemos en el imaginario colectivo: Vestido negro, vaquero básico, camisa blanca… Un armario que está muy bien. Pero para mí, lo de heredar las prendas, de las que no te quieres desprender: de tu madre, de tu tía, de tu abuela... Esas prendas, son el fondo de armario que hay que cuidar y mimar, y son el fondo de armario por el que apuesto.
Esa es la verdadera sostenibilidad. A mí me tuvieron que explicar qué era esto de la sostenibilidad y yo dije: ¡Pues yo lo soy!
Trabajo en cercanía, utilizo los productos españoles, coso con gente de aquí, y para mí esto no es una tendencia. Yo he sido sostenible desde los inicios.
A favor del slow fashion, es decir, hacer pocas piezas de forma lenta y pausada.
Siempre lo he hecho. Lo que pasa es que ahora ponemos nombre a todo. Me hicieron bullying durante mucho tiempo, y yo no sabía que eso era acoso escolar...
¿A quién te gustaría hacerle un vestido?
Disfruto mucho con mi cotidianidad y con las clientas que vienen. Soy poco mitómano. Aunque si me hubiera gustado vestir a las grandes como Bette Davis, que tenía mucha personalidad.
Ahora, disfruto mucho también con todas las celebrities que vienen al taller, y las ponemos guapísimas. Lo hago con gusto, y además porque tiene mucho retorno gracias a las redes sociales. Pero también me gustan mucho las clientas que vienen con toda la ilusión. Me dicen que nosotros ilusionamos con nuestro trabajo, y eso es precioso y me hincha.
¿Qué te pasó durante la pandemia?
Con el parón de la pandemia me quedé con muchos vestidos de novia y fue un desastre cósmico.
Como soy muy positivo, pensaba que esto se pasaría y que volvemos a trabajar en quince días, pero no fue así. Fue un desastre, y aguantamos como pudimos. Con la suerte de que hemos podido salir hacia adelante. Pero bueno, que afectó a todo el planeta, todo el mundo estaba parado.
Me cuesta un poco lo de las redes porque no soy nada presumido y tengo interés cero por qué desayunas o si tienes una magdalena entre las manos...
En septiembre, ¿volverás a presentar en la Pasarela Mercedes Benz?
Mi formato natural, y el de cualquier diseñador, es hacer desfile. No sé si dentro de la Mercedes o no, pero siempre tenemos que hacer desfile porque éste es el formato ganador. Se han inventado otras maneras, pero el desfile sigue siendo mágico y único.
No tienes redes sociales...
A mí me va bien sin redes. Soy el bicho raro. Pienso que no todo el mundo tiene que tener la misma herramienta. Lo único que veo de la gente cercana en redes, es que presumen de vida. Me cuesta un poco porque no soy nada presumido y tengo interés cero por qué desayunas o si tienes una magdalena entre las manos... Me da igual esa información.
¿Cómo es tu armario?
Mi armario es bastante básico e intento tener cosas buenas, de calidad. Pero caigo también en la compra de algo de moda de la temporada, con alguna zapatilla fashion o lo que sea. Creo que sigue produciendo un subidón total, comprar moda de temporada. Si te compras el vestido o el zapato que te gusta, esa sensación y esa energía, se consiguen con muy pocas cosas.
¿Cómo ha cambiado la mujer y su gusto por la moda en estos 25 años que llevas en la pasarela?
Cada vez hay más información y cada vez las mujeres saben más en este sentido. El mundo nupcial ha cambiado muchísimo desde hace 10 años, porque ahora las novias están al tanto de todos los detalles de la boda. Ahora se busca el DJ ideal, el mantel, la vajilla, todo está muy medido, y hay un gran nivel de exigencia. Por un lado, es muy bueno, pero creo que en una boda hay que pasárselo bien y que al final, es una fiesta.
¿Las novias te piden más de un vestido para la boda?
Sí, me siguen pidiendo dos o tres vestidos para el día de la boda, que a mí me viene fenomenal y es una manera de disfrutar muchísimo de ese día. Uno para la iglesia, otro para la fiesta, y otro para la pedida. Es maravilloso, disfrutas de cada cambio y de cada historia.
Celebras este año tu 25 aniversario sobre la pasarela
Efectivamente, estamos preparando el 25 aniversario y creo que la vamos a liar. Será en septiembre, pero ya estoy maquinando, ya estoy soñando. Tengo mucha ilusión después de estos 25 años. Es bueno que siga teniendo esos nervios en el estómago y que al final, salgan las cosas como a mí me gusta que salgan.