En más de una ocasión, habrás comprobado que un color te sienta mejor que otro. Esta percepción encuentra su respuesta en la colorimetría, el estudio basado en el color de la piel, del pelo y de los ojos, a partir del cual se determina una paleta de colores personal, destinada a favorecer los rasgos.
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En el marco de este estudio, destaca la teoría de las cuatro estaciones, que explica que cada persona se corresponde más con una que con las demás y se puede ver influenciado por ella.
En la década de 30, el artista de la Bahaus Johannes Itten defendió, en este sentido, que cada uno de nosotros posee una paleta de colores determinada por su carnación, su pelo, sus ojos.
En la década siguiente, Suzanne Caygill, estilista de famosos, afianzó esta creencia con la teoría de las estaciones, que hoy sigue en vigor. Describió hasta 64 tipos de personalidades, enmarcadas en las cuatro: primavera, verano, otoño e invierno. En 1980, publica Color: The Essence of You a modo de guía para entender su importancia.
¿Cómo saber cuál es la mía?
La primavera y el verano son temporadas de bajo contraste, el otoño de contraste moderado, el invierno de fuerte.
La primavera
Estación luminosa y poética, se define por una gama de tonos cálidos y soleados. Corresponde a las personas de piel pálida y dorada, con pecas, de pelo rubio dorado a castaño y de ojos azules, verdes o avellana con reflejos dorados.
Sus colores estelares son los cálidos como el amarillo, el melocotón, el coral, el rosa salmón, el naranja pero también los más luminosos como el verde claro o el beige.
El verano
Luminosidad y claridad. Es lo que plasma la estación de las personas de cabello castaño, rubio claro, oscuro o ceniza, con una piel rosada y ojos claros, del azul al verde, todo ello con rasgos suaves y uniformes.
Tienen que apostar por tonos frescos como los azules, los rosas, incluyendo por ejemplo el fresa, los morados y los grises pálidos.
El otoño
Mimetizándose con la naturaleza, este perfil da un gran protagonismo a los tonos cobrizos. Corresponde a las personas de tez dorada, con o sin pecas, de cabello pelirrojo o castaño, de claro a oscuro, con reflejos cobrizos y ojos verdes a marrones.
El invierno
Es la temporada de los contrastes. Es la de las personas de tez muy clara u oscura, en cada extremo, de pelo que oscila del plateado al oscuro (castaño, negro, gris o rubio platino) y de ojos de color azul, marrón oscuro o negro.