La palabra exequias (que se debe utilizar siempre en plural), viene del latín 'exsequiae' (cortejo fúnebre) aunque después se generalizó su uso como sinónimo de honras fúnebres y de funeral, así como de cualquier ceremonia religiosa celebrada por un difunto.
Cuando fallece un jefe del Estado o del Gobierno de un país, o bien una figura de gran relevancia nacional, se suele celebrar un funeral de Estado. Esta ceremonia funeraria pública se realiza en honor de dichas figuras políticas y de otras personas de importancia nacional, como un 'último homenaje'.
Organizar un funeral de estado requiere un seguir un protocolo muy complejo, que puede variar en función del país y de la persona fallecida. En estos casos, se requiere una invitación que suele marcar el código de vestimenta requerido.
Funerales de estado, desde el de Winston Churchill al de JFK, pasando por los de Grace Kelly, Balduino de Bélgica, lady Di, Juan Pablo II o, más recientemente, los de Felipe de Edimburgo y la reina Isabel II de Inglaterra.
En este último, uno de los más seguidos informativamente de la historia, cada detalle había sido supervisado al milímetro por la propia soberana. Entre los invitados, cientos de jefes de estado y gobierno de los cinco continentes.
Ellos debían llevar chaqué o traje oscuro (excepto para algunos países árabes u orientales, a cuyo representantes se les permite llevar su vestimenta tradicional para esas ocasiones). Ellas debían vestir un traje de cóctel negro y sombrero o tocado.
Hemos seleccionado aquellas fotos que muestran cómo, dentro de la obligatoriedad de un color, el negro, y de la sobriedad que un evento así requiere, son muchas las formas de cumplir con el protocolo.