Desde que Anna Wintour escogió el camp como temática de la Met Gala en 2019, un evento benéfico que da inicio a la exposición de moda anual del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano del Arte (MET) en Nueva York, este término empezó a adquirir popularidad.
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"¿Qué es camp?" preguntó la cantante canadiense Celine Dion cuando asistió al evento con un diseño de Óscar de la Renta que imitaba una cortina de cuentas y un tocado con plumas de pavo real. Estaba confundida sobre cómo debía haber ido vestida, y no fue la única.
Muchos no habían oído hablar nunca del camp como tendencia de moda, puede que porque en el fondo no lo sea. Se trata más bien de un sentimiento que "recrea con desenfado formas pasadas de moda", como explicó el New York Times en su crónica del evento.
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¿Qué es el camp?
Este estilo se podría definir como una sensibilidad por lo antiestético: el gusto dentro del mal gusto. Vestidos inspirados en arte surrealista, maquillaje propio de las drag queens y tops extravagantes, todo esto entra dentro del camp.
En febrero de 2019 tuvo lugar una rueda de prensa en Milán, en la que la redactora jefa de VOGUE explicó en que consiste el camp a modo de guía para el evento que tendría lugar poco después.
Según lo que comentó esta corriente aborda desde lo sofisticado, cómo puede ser Caravaggio; hasta lo mundano, como los superhéroes; y lo estrafalario, como la cultura drag.
La escritora y directora de cine Susan Sostag publicó un artículo en 1964 titulado "Notes on Camp" en el que profundizó sobre el tema. Según ella, el camp no es una forma natural de sensibilidad, si es que existe algo así, es más bien "el amor por lo antinatural y el artificio de la exageración".
Según ella, los ejemplos más puros del camp son accidentales. Se trata de un movimiento que funciona como elogia de lo desastroso.
En una industria de la moda en la que todo parece tener un sentido y pretende transmitir un mensaje trascendental, el camp es todo lo contrario, es para aquellos que no pretenden hacer alegatos con sus looks.
El camp puesto en práctica
Si el camp es el amor por lo desastroso, por lo antiestético, por lo que solemos mirar y preguntarnos "¿qué es eso?" (lo que sorprende), entonces podríamos decir que el vestido de plumas blancas y tela radzimir que diseñó Valentino para Joan Collins es camp.
Como hemos mencionado, el camp es la reivindicación por lo rimbombante, por la artificialidad y por la teatralidad. Los vestidos de plumas que llevaron Kylie y Kendall Jenner a la Met Gala en 2019 son ejemplos de todo esto.
Pero el camp no se reduce a la vestimenta, es mucho más que eso. Los maquillajes atrevidos con sombras de colores intensos son una apuesta segura si queremos adoptar este estilo.
Las pestañas llamativas como las XXL en color blanco que lució Gigi Hadid en la Met Gala de 2019 representan la esencia del maquillaje camp. Las pelucas, los tocados y los accesorios extravagantes también personifican este estilo.
Grandes referentes
El camp ha existido desde siempre. El gusto por lo que se sale de lo común, por lo antiestético, ha estado siempre ahí. Quizá en otros tiempos esta estética era la gran marginada, pero hoy en día la sociedad transformadora y globalizada en la que vivimos se mueve a una gran velocidad y reclama diseños diferentes y con personalidad.
Sin embargo, la estética camp ya la seguían importantes celebridades mucho antes de popularizarse. La cantante Cher, por ejemplo, fue una de ellas. Llevó estilismos al más puro estilo antiestético en muchos de sus conciertos durante los años 80. Hoy, sigue empleando looks muy llamativos en sus espectáculos.
Lady Gaga es otra de ellas, con sus famosos vestidos estrafalarios hechos de comida. Donatella Versace también es muy camp, aunque digamos que es un camp recatado, no tan llamativo, algo que en ocasiones ha reflejado en sus diseños.
En resumen, como diría Sostag, "el camp que sabe que es camp no tiene tanto valor". No hace falta una intenicionalidad clara, sino salir de lo establecido: mostrar gusto por lo antiestético.