En su constante y brillante intento de reinvención, la directora creativa de la maison Dior, Maria Grazia Chiuri, presentó una colección Crucero homenaje a la cultura española, el pasado mes de junio. Celebrado en Sevilla, en su emblemática Plaza de España, el desfile recordó la pasión de Dior por la tradición y el regreso a las raíces.
[Así ha sido el impresionante desfile de Dior en la Plaza de España de Sevilla]
Para marcar este hito, el 5 de enero, la maison desveló un documental inmersivo dirigido por Alba Sotorra: "Fuerza, Cuerpo, Embrujo: The Making of a Dior Cruise collection".
Disponible en la plataforma You Tube, ahonda en la elaboración de la colección, desde su concepción hasta su presentación formal. Este "recorrido entre bastidores" sale a la luz con el objetivo de dar visibilidad al trabajo de los artistas que formaron parte del proyecto.
En poco más de una hora, descubrimos el magnífico trabajo de los artesanos, el montaje de la coreografía así como la elección del decorado, entre otros muchos aspectos.
Una colección única
La colección Crucero 2023 de Dior supuso un antes y un después, tanto en la historia de la casa como de la moda. Planteada como una auténtica celebración de la cultura andaluza, fue respaldada por un decorado que reprodujo la feria de abril, con sus casetas y baile flamenco.
Su icono y mejor inspiración fue Carmen Amaya, La Capitana. "La artista representaba la esencia del flamenco con una forma de bailar totalmente libre que no se sometía a norma alguna.
La bailaora de movimientos singulares y revolucionarios fue la primera en vestirse con ropa de hombre, y transmitía poder y fragilidad a través de su arte. Hoy en día, su imagen sigue expresando el alma de España y representando una feminidad plural y consciente" explicaba entonces Dior.
Para la ocasión, la maison exhibió carteles de la bailaora, realizados por Ángeles Vila Tortosa, por toda la ciudad, con un pie de foto inequívoco "embrujo, fuerza, empoderamiento", en consonancia con la dirección artística de Maria Grazia Chiuri.
Esta esencia se plasmó en una colección repleta de símbolos: el mantón de manila, cuyos bordados fueron obra de María José Sánchez Espinar, los trajes de raya diplomática de los hombres, los pantalones con tirantes, los chalecos con forro de seda, las camisas blancas, los pantalones de los jinetes andaluces, las chaquetas cortas adornadas con cierre brandeburgo, los boleros recortados y las mangas acampanadas... todos partícipes de un audaz juego de códigos femeninos y masculinos.
Brilló asimismo el tafetán, artífice de exuberantes faldas que simbolizan la esencia de Dior y de España, el encaje y la chaqueta Bar, que se reinterpretó en terciopelo negro bordado con hilos dorados.
Los bolsos repujados en piel, cinceladas a mano, fueron obra de Javier Menacho. Utilizó para ello técnicas y herramientas idénticas a las de hace 200 años. La casa sevillana Fernández y Roche se encargó de la confección de los sombreros. Paula Carbonell, perteneciente a una familia centenaria de abanicos, diseñó a su vez los de la colección.
Dior y España
Esta colección afianzó la relación de Dior con España. En los años 50, Monsieur Christian Dior ideó dos vestidos que nombró a modo de homenaje "Noche de España" y "Baile en Sevilla".
Yves Saint Laurent presentó, con el apoyo de la duquesa de Alba, una colección icónica en el Palacio de Liria. Con motivo del 60 aniversario de la casa, John Galliano desarrolló una colección inspirada en el arte flamenco.