El apellido Castañer está irremediablemente ligado a las alpargatas made in Spain que han hecho historia, desde hace 100 años.
["Las hombreras de pico estilizan la figura" asegura la experta en moda Inés Martín Alcalde]
La firma familiar nació en 1927 en Bañolas, donde se alzó la fábrica que creaba el calzado, que en un principio utilizaron los payeses. Después, las alpargatas las utilizaron iconos de la moda como Audrey Hepburn y pintores como Salvador Dalí. En los 70, la colaboración con el diseñador Yves Saint Laurent, las catapultó a la fama mundial.
Hoy Cristina Castañer, una de las herederas de la saga, lanza su proyecto más personal, MyBestys, una colección de bolsos sostenibles y artesanos, que nació casi por casualidad. Ella misma nos lo cuenta.
“Todo fue casual. En la misma manzana donde vivo en Barcelona, hay un edificio enorme que se dedicaba a la venta de telas. Una buena amiga me dijo: '¡Oye, aquí hay un almacén en el que venden telas al kilo, lo están cerrando y son maravillosas!'
El espacio era una antigua fábrica de telas para colchones. Y cuando entré me quedé maravillada, del colorido de las lonas y de la calidad de los algodones, increíbles y únicos de los años 50, algodones que son un tesoro difícil de encontrar hoy en día. Y comencé a comprar lonas como una enferma de las telas. ¿Qué podía hacer con todas estas telas? Y pensé: ¡Voy a hacer bolsos! Y así empezó todo”, asegura la diseñadora.
Y continúa: “Me quedé con el producto y empecé a buscar a artesanos que me hicieran los bolsos. A raíz de ahí, he hecho colección de verano y también de invierno.
Reutilizando todo esto que estaba como en el olvido, y con lo que se hacen unos productos fantásticos. También tengo unos amigos aquí en Barcelona que tiene un género para tapicería fantástico…”, concluye.
¿Es un viraje creativo?
Es un viraje creativo y si me permites, aunque suene pretencioso, un viraje comprometido. Y ese es mi foco. Saber si soy capaz de hacer una pequeña marca sostenible económicamente y sostenible con el medio ambiente, porque la industria de la moda, en la que todos participamos de alguna manera, impera un capitalismo muy bestia, muy contaminante.
Y luego está esa mentalidad de usar y tirar, y tener que cambiar de ropa constantemente, ese ritmo frenético, las rebajas, etc., que me parece todo ello muy absurdo. Entonces, yo desde mi modestísima posición, soy fiel a lo que pienso. Yo no hago rebajas, yo reutilizo stocks que están ahí, que ya nadie los va a usar, y con ello procuro hacer algo que a mí me gusta y lo encuentro bonito.
Pero sigues vinculada con alpargatas Castañer...
Después de la pandemia, hice como un receso, muy corto, pero continúo con la empresa Castañer que comparto con mis hermanos. Decidí que quería ver si era capaz de emprender otro camino, abrir otra vía personal, que no es fácil, porque tengo 61 años, y a esa edad empezar de cero, no es fácil.
No lo plantee como un reto económico, sino para ver si era capaz de hacer algo sostenible, con muy pocos recursos y hacer un buen negocio, un tema más comprometido e ilusionante para mí. Como conozco un poco el negocio de la moda, sé que no es cuestión de ponerle dinero, porque si lo haces así es un pozo sin fondo...
Cerraste la tienda de Barcelona…
Eso es. La primera tienda que abrimos era la de Barcelona, que se llamaba Cristina Castañer y siempre ha sido un espacio un poco diferenciado, porque aparte de vender las alpargatas de la familia, vendía mis accesorios. Por eso, tenía un sello muy especial. La tienda me daba mucho trabajo, pero también era muy mía. La gente no para de decirme lo que la echa de menos.
Yo tenía allí muchas cosas de amigos con los que comparto la misma filosofía, empresas pequeñas que cuidan de todo mucho. Maravillosos sombreros de Florencia y otros franceses... Detrás de cada pieza había alguien a quien yo quería o que yo elegí porque me gustaba su calidad y su creatividad, pero tenía tal cantidad de proveedores que era increíble. Era como un Corte inglés en pequeñito. Pero la tienda no soportó la pandemia.
La tienda de Madrid, en la calle Claudio Coello, nos funciona muy bien. Aparte de que Madrid está ahora que se sale... Es una tienda más estándar con producto Castañer y es más fácil de gestionar. La de Barcelona era muy personal.
La visita de Jill Biden fue toda una sorpresa...
En Madrid, en la pasada primavera tuvimos un subidón con la aparición de la primera dama de EE UU, Jill Biden. Fue totalmente casual. Ella es clienta de Castañer desde siempre. Yo la saqué en mi Instagram personal hace tiempo. Cuando vino a España, pidió visitar una tienda española en el barrio de Salamanca, y quiso ir a Castañer.
La persona que estaba allí en la tienda no sabía quien era. De repente vio entrar a una señora que iba con sus nietas y unos cuantos guardaespaldas. Y una americana que estaba dentro de la tienda probándose zapatos le dice: '¿Pero usted sabe quién acaba de entrar?'
También la reina Letizia es fan de Castañer...
Sí, la reina, las infantas, y ya antes, la reina Sofía. Las infantas Elena y Cristina, Alexia de Grecia... También hemos sido los primeros, y tenemos una tradición importante de haber inventado la alpargata con cuña. Ahora hay mucha industria española que hace alpargatas con cuña, pero los originales somos nosotros.
En cuanto a los bolsos, uno de los modelos más destacados y aplaudidos, y además las influencers lo destacan en redes, es la bombonera tricolor, ¿cómo se te ocurrió el diseño?
En moda siempre hay tendencias de bolsos grandes, medianos y pequeños. Y el pequeño estaba muy en boga. Entonces en un viaje a Japón vi que había modelos parecidos, con caras cuadradas, pero me sirvió para definir como sería el mío.
Yo tenía un bolso muy parecido, así como redondito con un asa y lo fui perfeccionando. Es un bolso pequeño, pero muy gracioso, porque cabe lo fundamental. Da mucho juego porque lo puedes hacer de diferentes materiales, tiene un bolsillo externo que también puedes poner ahí algo, sin necesidad de abrir. Es el bolso que tiene mi sello personal.
¿Y el nombre de dónde viene?
A mi empresa, le puse MyBestys. Siempre es difícil poner un nuevo nombre a una nueva marca. Para mi el bolso es algo muy personal de cada una de nosotras, en él llevas tus cosas más íntimas. En inglés la gente joven dice My besty, es como mi mejor amiga, mi íntimo... , y pensé que sería un buen nombre para definir a un bolso que es como un buen amigo que te acompaña.
¿Y en qué modelos estás inmersa ahora?
Estoy preparando la colección del próximo invierno. Este sector va así de adelantado para poder fabricar.
Y adelántanos un poco qué veremos el próximo invierno.
Me gusta mucho mezclar colores y materiales, entonces voy a mezclar unas lanas que tengo muy bonitas, incluso con unos accesorios que encontré en nuestra fábrica de Castañer, y me los he quedado todos y son preciosos. Les voy a poner algún accesorio a las bomboneras, así que bueno, estoy todavía en 'chup chup'.
¿Podemos decir que todo es made in Spain?
Por supuesto. Las marcas made in Spain reciben muy pocas ayudas, como la industria de la moda es tan potente... Lo mío es 100% de aquí. Todo con gente que tiene mucho oficio. Artesanos y oficio de bolsero. Esto significa que estoy dando trabajo aquí.
¿Qué es la sostenibilidad para tí?
Es básica para mí. Todo, todo lo reutilizo. Con alguna pequeña pieza que mi bolsero la encarga. Lo mío son ediciones limitadas. A lo mejor tengo lana roja, y si tengo metros pues hago diez bomboneras de lana roja, muy manual. La máquina de coser,y todo lo demás a mano.
Háblame del futuro, porque estás llegando a Estados Unidos ya con alguna de tus creaciones
Tuve la gran suerte de que en la primera temporada me compraron mis bolsos los almacenes Neiman Marcus, lo que pasa es que Estados Unidos es un mercado muy infiel. Pero claro, nada más empezar ya me pusieron al lado de marcas como Chanel, y aunque mi producto es fantástico, una no tiene estos precios, ni ese lujo ni lo pretendo. Mi mercado está en Europa, y en España, y vendo mucho online.
Los bolsos se pueden comprar en la página web
Hay algunos en la tienda de Claudio Coello, y en alguna otra tienda Castañer, pero se adquieren básicamente online.
¿Cómo es tu armario?
Mi armario está lleno de piezas buenas, incluso alguna heredada de mi madre, que esas las guardo con mucho mimo. Y a veces, también lo mezclo con piezas más económicas. Lo que me gusta es que lo que entre en mi armario tenga un mínimo de calidad. El fast fashion va en contra de mi estilo, y también últimamente procuro comprar cosas de aquí, hechas en España.
¿También miras así tu cesta de la compra?
Yo he crecido en Bañolas, en la casa de mi madre había un huerto, hemos comido siempre cosas naturales, todo tiene otro sabor, pero esto no siempre te lo puedes permitir. La mayor parte del tiempo vivo en Barcelona y no es fácil encontrar productos naturales, sin contar que todo es mucho más caro y no todo el mundo lo puede pagar. Pero procuro no tomar comida basura.
¿Dónde no te veremos Cristina?
En las rebajas no me veréis. Pienso que las cosas tienen su precio y tu misma las estás denigrando. Como concepto, si tienes una marca, no me parece razonable.