“Me llamo Simon Porte Jacquemus. Amo el azul y el blanco, las rayas, el sol, la fruta, la vida, la poesía, Marsella y los años 80”. Esta es la carta de presentación (su biografía de Instagram) de la firma francesa más sorprendente del momento.
[El diseñador Jacquemus convierte a su abuela en modelo de excepción].
Y es que su fundador no ha podido resumir mejor la esencia de la marca. Simon aporta la frescura de una mente joven que no para de innovar y que tiene a toda la industria de la moda a la espera de su próxima jugada.
Como no podía ser de otra forma, el nuevo pop up titulado "Jacquemus Obsessions" no ha dejado indiferente a nadie. La firma se ha apropiado de uno de los espacios más icónicos de la moda: las Galeries Lafayette.
Toda una experiencia inmersiva que transporta a los visitantes a la Costa Azul del sur de Francia a pesar de estar en pleno París. Empezando por el primer espacio: una cafetería donde además puedes comprar los ramos de tulipanes blancos tan característicos de la marca.
Los escaparates se llenan de 'obsesiones' que inspiran a su director y que te adentran en el evocador mundo Jacquemus: tenderetes, una enorme galleta mojada en café o un fotomatón.
Dispone de una sección dedicada a la moda masculina llamado “Le Lavomatique”. Una enorme lavadora blanca y una alta torre de toallas apiladas decoran la sala que alberga la oferta para hombres. Torna una utópica lavandería en una tienda de ropa.
El recorrido continúa y los visitantes se concentran alrededor de una enorme escultura de uno de los modelos de bolso más míticos de la marca “Le Bambino”. Con un toque de humor (ya que la firma es principalmente reconocida por sus microbolsos) da paso a la sección femenina.
Su colección primavera-verano 2023 estará a la venta en este pop-up de manera exclusiva y partir de abril se distribuirá en tiendas. Una jugada perfecta, pues las redes sociales se han llenado de instantáneas de la nueva colección gracias al fotografiable espacio.
Su madre, musa por excelencia
Sus diseños nos cuentan su historia. La firma francesa esconde un pretexto que emociona a todo el que lo conoce y la biografía de su fundador marca todo su trabajo, que versa en torno a su gran inspiración: su madre.
Simon Porte Jacquemus nació en 1990 en Provenza, Francia. El punto de partida de su carrera fue, ni más ni menos, a los 7 años. A esa edad confeccionó una falda para su madre con retales de cortinas.
Con 18 años emprendió la aventura de mudarse a París para comenzar sus estudios de moda. Al poco tiempo fundó su propia marca y la llamó Jacquemus (nombre que hace referencia al apellido de soltera de su madre).
Comenzó este proyecto con una idea clara: rendir homenaje a su mayor musa. Su madre falleció en un accidente de coche poco antes de que él créase la firma, y esta pérdida le hizo plantearse cuál sería el mejor homenaje.
Y entonces Simón vio claro el próximo paso: cumplir su sueño fundando una marca alrededor de la idea de la sofisticada y moderna mujer del sur de Francia, a imagen y semejanza de su madre.
Utilizó los medios que tenía en su mano y, por ello, convenció a sus amigos para que llevaran sus creaciones en las tiendas en la Vogue 's Fashion Night Out de 2010 en París. Dos años después le propusieron presentar sus diseños en la París Fashion Week.
El amor hizo que en 2018 lanzara su primera colección masculina. El propio diseñador cuenta que, al enamorarse de su actual marido, comenzó a interesarse por la moda para hombres.
Y el resto es historia. Jacquemus cuenta con 5,3 millones de seguidores en Instagram, deja boquiabiertos a todos con sus originales desfiles en campos de trigos y sus bolsos son objeto de deseo para cualquier persona.
Hermès ya hizo la colada
No obstante, la idea de relacionar la lavandería y la moda no es nueva. La firma francesa Hermès ya creó un pop up con una escenografía que reproducía una lavandería. El 14 de junio de 2017 creó en Nueva York un espacio lleno de lavadoras del característico color naranja de la marca.
Bajo el nombre de “Hermèsmastic” presentó al público una innovadora idea en la que este electrodoméstico sería la clave. Si tenías un pañuelo de seda de la firma y querías darle una nueva vida, esta era la oportunidad perfecta.
El pop-up te ofrecía cambiar por completo la pieza mediante la técnica de tinte inmersivo. Además, podías también comprar pañuelos ya tintados o vintage para someterlos al proceso. Las lavadoras viajaron por todo Estados Unidos en los meses posteriores, causando furor con esta original idea.
Una iniciativa de comunicación y marketing que, al mismo tiempo, servía a la marca para poner de manifiesto la importancia de "reciclar" los fabulosos pañuelos de seda y que, de esta forma, puedan ser reutilizados por las generaciones más jóvenes.