Paula Amoretti estudió Derecho pero nunca ejerció por su amor a la moda. Ha trabajado para Carolina Herrera, Hermés… y cuando tuvo la oportunidad, hizo las maletas y se fue a vivir a Nueva York para cumplir uno de sus sueños que no era otro que abrir la tienda de Inditex en la Quinta Avenida. Tras seis meses allí como directora de la tienda de Zara, abrió otra en el Soho, en Las Vegas y después se trasladó a vivir a China durante siete años.
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“Eso sí, antes de marcharme a Nueva York, me certifiqué como asesora de imagen. Yo era la típica amiga en la universidad que me decían: ¡Oye Pau vente conmigo que tengo una boda y no se qué ponerme... o vámonos de rebajas, que cuando compro contigo no se queda en el armario! Lo que hice en Nueva York fue profesionalizar un talento. A partir de entonces, no solamente mi familia y amigos me pedían ayuda, sino que a la gente que se cruzaba en mi camino les ayudaba con su imagen. Y esa es mi misión hoy, ayudar a las personas con su imagen”, confirma la estilista y escritora que acaba de publicar Terapia de Estilo (Alienta Editorial, 2023).
Y continúa: “Se trata de una metodología que he concebido como un manual para trabajar la imagen desde el autoconocimiento. Son siete pasos en los cuales aprendes a quererte y a reconciliarte con tu imagen”.
Naciste en Zaragoza, pero has recorrido medio mundo
Yo nací en Zaragoza, pero me crié en Galicia, y estudié Derecho en Zaragoza, y después me marché a trabajar a Madrid porque mi pasión era la moda. Tras mi paso por Nueva York, estuve siete años viviendo en China y trabajé en el sector de la moda de freelance, también en consultoría de retail. Y después di el salto a México un par de años y de vuelta vivo ahora mismo en Zaragoza. Me puse al día estudiando un programa dirección de empresas en el mundo de la moda, pero llegó la pandemia...
¿Qué te pasó durante la pandemia?
Estábamos todos en pijama en casa y veía que todo el mundo regalaba y ofrecía cosas de forma solidaria y gratuita, y yo me preguntaba a quién le podría ayudar en esas circunstancias y empecé a leer mensajes en Instagram que decían: ‘Me encuentro mal, dos semanas en pijama está muy bien, la tercera me está pesando y yo no sé ya qué ponerme y me está causando bajón emocional.
El tema de salud mental, que es el gran drama de la pandemia yo empecé a verlo desde la imagen. En un momento determinado se me ocurrió escribir un post en instagram diciendo: ‘Si has caido en el pijamismo, por opción te lo compro, pero si has caido en el pijamismo por desesperación porque no te encuentras bien, llámame’.
‘Te ayudo regalándote mi tiempo que son 30 minutos y tres herramientas’. A esa manera de ayudar durante la pandemia le llamé ‘Terapia de estilo’ y cual fue mi sorpresa que a las 48 horas tenía llena la agenda. Empecé a hacer sesiones por zoom, y estuve toda la pandemia trabajando sin parar.
Descubrí que tenía la metodología en mi cabeza, que incluía herramientas típicas de estilista como la morfología y la colorimetría como un aspecto emocional. Pero yo había ido incorporando herramientas propias de mis experiencias vitales, en los tres continentes en 15 años en los que había vivido. Entonces me di cuenta de que había un punto que unificaba a muchas de mis clientas: ‘No me quiero ver en un espejo, no me veo en un espejo, y no sé qué ponerme’. No sé que ponerme tiene una causa más profunda y esa profundidad es la que no se analiza normalmente en el mundo de la moda, porque se ve como un mundo frívolo y superficial.
Trabajas la imagen por fuera, pero también por dentro. El cuerpo, el armario, lo que tú me decías ahora y la personalidad.
Exacto. Tengo la teoría, de que cuando tú ves una persona estilosa por la calle, lo que estás viendo es conexión. En realidad va más allá de llevar una marca premium o un tipo de prenda o un color. Lo que te dice es qué rollo, qué flow... Cuando tú sabes quién eres por dentro y cómo te encuentras ahora, es más fácil que lo cuentes por fuera. Con esta metodología a través de herramientas tangibles y sencillas, aprendas a contar, a construir looks que cuenten tu historia. Cada vez que pensamos en lo que nos tenemos que poner, construimos una imagen y eso se produce con la ropa, los accesorios, los complementos, el maquillaje y demás, pero nunca se ve como un todo para contar una historia, se ve como un ir a la moda y va mucho más allá de todo esto.
¿Qué herramientas utilizas?
La primera que utilizo es detectar y reconocerte en tus talentos, que es una forma muy sencilla de ponerte en tu lugar en el momento que estás ahora. Sí te sientes fuerte, valiente, resiliente, empática, sensible. Porque muchas veces vamos en automático, y no nos paramos a pensar cómo nos encontramos. En ese sentido, detectar tu tarjeta de talentos es el primer ejercicio dentro de esa parte más emocional. Y la otra herramienta con la que comienzo en la parte más física, es con la morfología, conoce tu fisonomía, tu forma de cuerpo.
Antes de vestirnos y de comprar a lo loco ropa, deberíamos pensar más qué historia queremos contar.
Eso es, como cuando vas a supermercado con hambre. Y lo que compras son cosas que no necesita tu cuerpo, ni tu nevera y te olvidas del jabón de lavadora y de las pastillas del lavavajillas. En moda nos ocurre lo mismo, compramos por emoción o compramos con intención.
Compramos con emociones cuando fluimos de una manera puramente emocional. Cuando tenemos un evento nos preguntamos: ‘¿qué me pongo?’, y salgo corriendo a comprar algo porque no tengo nada. Yo defiendo que vayas de compras a tu armario.
Pero eso implica vestir con intención. ¿Qué quieres contar? Yo ahí tengo la regla de los tres minutos.
El primero es poner emoción y preguntarte como estás: contenta, triste, enfadada, inflamada, etc.
En segundo lugar, el escenario, dónde ‘vas a taconear’, es un evento público o privado. Me encuentro con que muchas personas actúan en función de los demás, por ejemplo: ‘Tengo reunión con mi jefe y me tengo que poner un blazer...’ Pero a ver un momento, ¿tu que quieres contar con lo que llevas?
Y eso nos lleva al tercer punto que es la intención, ¿qué quieres contar con lo que llevas? Se lo planteo a directivas, sanitarias, mujeres que están en un proceso de autoestima baja, y me dicen todas lo mismo: ‘Nunca me había planteado lo que yo quería contar con lo que llevaba’.
Tú preguntas ¿cómo te sientes? Pero si te dicen con poca energía, baja de moral...¿cuál es tu receta para mejorar esto?
La receta es aquello que hace click. Yo me encuentro mal, estoy de bajón, no me apetece ir a trabajar, no me siento bien o estoy en un momento de salud mental bajo, ¿qué es lo que hago? Cojo esa emoción y digo ¿qué quiero contar hoy? ¿Quiero contar que estoy triste y enfadada con la vida o harta de todo o no quiero contarlo porque no quiero que se enteren o porque sencillamente quiero que el día de hoy para mí es importante, porque tengo que defender un proyecto, porque quiero estar contenta por que mi hermana se casa, aunque yo no lo esté. La ropa ahí tiene lo que yo llamo poder para brillar. No todos los días queremos brillar. La ropa tiene ese poder para acurrucarte, para empoderarte.
¿Qué es el plan Mimi?
Es el plan con el que comienzo la metodología para que la gente conozca y entienda. Que es mídete y mírate en el espejo porque tengo una teoría y es que no nos miramos en el espejo. ¿Tú te ves o tú te miras? La mayoría de la gente ve que el calzado va igual, no tiene manchas de café en la camisa, o sale corriendo con un bolso que más o menos le pega. Pero mirarse es observarse y a medida que cumplimos años esto empieza a ser un reto grande. La mayoría dice: ¡Mira como no me veo bien, prefiero no mirarme. Me visto y ya está.
La verdad es que no tu puedes quererte delante de un espejo si no te miras, y ahí empieza este método. Para quererte, debes conocerte. Lo que yo ofrezco son herramientas para que te conozcas. Porque en tres años más de 450 personas que ya han hecho el método, ninguna de ellas me ha dicho: no me quiero, al revés. Ahora entiendo porque no me quería. Ahora entiendo por qué esta marca me funciona y esta otra jamás lo hará. Ahora entiendo porque esta falda no me va a funcionar. Y este vestido me gusta siempre y esa seguridad y esa certeza proporciona una autoestima brutal, que en el fondo somos pura imagen y más desde la digitalización. Es que ya no podemos no comunicar en esos siete segundos que generamos un impacto visual. Lo que llevamos cuenta muchas cosas y ahí radica la inseguridad en la mayoría de ocasiones.
¿Qué son los filtros de armario?
Es una bonita manera de llamarle a eso de que hay que ordenar el armario. Cada año llega ese momento en el que guardas los jerseys de invierno y sacas los vestidos de verano, eso no suele cambiar. Cuando yo hablo de filtros de armario, una vez más, hablo de hacerlo de una manera tangible, sencilla de llegar a algo muy fácil y es que tú tengas en tu armario lo que te representa aquí y ahora. Son tres filtros.
Compramos online y filtramos por talla, por precio, por color... Esta es una vía rápida para que tu armario esté siempre como tiene que estar. Primer filtro que todo lo que esté en tu armario, tenga tu estilo, que te represente. Previamente tenemos que conocer nuestro estilo porque es el anterior paso. Cuando tu conoces tu estilo, enseguida ves en tu armario lo que quieres, que te representa y lo que no, fuera, sin piedad.
Segundo, que sea cómodo. Ya no negociamos la comodidad, nos hemos casualizado y nos hemos bajado del tacón, y por supuesto, nos subimos cuando nos da la gana. Hemos pasado una pandemia mundial y nadie quiere ir apretado, que le tire o le apriete una prenda. La comodidad es lo primero que me dicen mis clientes.
Y tercero, que sea de tu talla y que esté en buen estado. Lo que yo propongo en Terapia de Estilo es quita de tus ojos lo que ahora mismo no sea de tu talla. Guárdalo en una caja debajo de la cama, donde tú quieras, pero no lo tengas.
Cuando aprendes a mirarte en el espejo ya te quieres de otra manera, pero no desde la exigencia: ¡Tengo que bajar tres kilos que ya llega el verano! Ya tenemos mucha exigencia en nuestra vida, que vivimos a tope y ya vamos más rápido de lo que deberíamos. Si delante del espejo solo sale la exigencia, lo que provocamos al final es que estamos frustradas continuamente y así no queremos vivir.
¿Cómo llega alguien a conocer su estilo?, ¿cuál es la clave para conocer tu estilo?
Cuando me preguntan cómo defino estilo a mi me gusta decir que el estilo es la actitud valiente de contarle al mundo quién eres, con lo que llevas puesto, con el look que eliges cada día, con lo que tu eliges ponerte. Esto es un acto de valentía. Cuando tú quieres profundizar en porque tú no estás contando lo que quieres, cuando te vistes por la mañana tienes que mirar hacia adentro y no siempre se hace. Y ahora que se habla tanto de salud mental, yo defiendo que la belleza es una cuestión de salud mental. Al final, tienes que tener salud en tu cabeza, para no ver lo que no necesitas ver.
El clik lo haces cuando te declaras la paz en el espejo. cuando quitas la exigencia, y cuando decides darte una oportunidad para quererte y cuidarte. Y desde ahí, yo trabajo con hombres, mujeres, todo tipo de tallas, todo tipo de razas, todo tipo de colores. Mi metodología no tiene género.
El método está escrito en clave femenina por qué en la pandemia el porcentaje mayor que venían a mí eran las mujeres. Ahora trabajo con hombres y con mujeres. Sí que es cierto que el 90% son mujeres, porque pienso que la presión, la exigencia de la belleza la seguimos cargando nosotras, en cuanto a aspecto emocional.
¿Quiénes son las personas que contactan contigo para encontrar su estilo?
Yo me dedico a solucionar y a gestionar conflictos en el espejo y en el armario, y ahí están mis dos tipos de clientes. Los que tienen un conflicto con el espejo lo tienen normalmente con el armario también. Cuando tú no te ves en un espejo, no te miras y no te quieres tienes un problema de autoestima. Lo que ganas con Terapia de estilo es recuperar la autoestima aprendiendo a quererte a través de conocerte con unas herramientas.
El otro tipo de cliente es el que si se quiere delante de un espejo, no tiene conflicto con el espejo, pero si ha encontrado un punto de conexión con su armario, entonces con esa persona se trabaja es de otra manera, con la misma metodología, pero aportando certeza y seguridad, que son las otras causas. Yo tengo personas que estaban por un lado haciendo terapia psicológica de cualquier tipo, por cualquier dolencia o razón. Y luego tengo por otro lado los que tienen conflictos con el armario que puede ser porque son directivas, sanitarias...
Tengo mucho perfil de mujer que trabaja en un ámbito masculino, está cansada de ir vestida como no quiere y esto me pasa a menudo. Ahora queremos ir de nosotros mismos por la vida.
¿A qué españolas admiras por su estilo?
La mujer española es estilosa por naturaleza. Y esto es algo que yo no me he dado cuenta hasta que no salí de España. Curiosamente en México decían es que vosotras las europeas todas sabéis vestir muy bien.
Pero hay muchas mujeres a las que admiro por su estilo. A mi el estilo de Marta Ortega, me gusta mucho. Creo que es una mujer que tiene un estilo muy coherente, muy sobrio y a la que me gustaría conocer para preguntarle algunas de las razones por las que viste de una manera o de otra.
Has dicho que lo alucinante del método es que no necesitas ver los armarios para saber lo que le pasa a alguien.
Es que antes tú llamabas a una estilista. Iba a tu casa y te abría el armario. Y esto ha cambiado con la pandemia, porque durante la pandemia yo me metía en los armarios de la gente con una pantalla de ordenador o con un móvil, pero en la mayoría de los casos ahora yo no veo armarios, que eso es una gestión posterior. Es decir, primero tú conectas con quién eres ahora, segundo, con qué quieres contar. Y tercero, cómo aprendo a inspirarme para encontrar esas marcas que me pasan algunos casos: 'Estoy cansada de las marcas lowcost y quiero encontrar otras marcas, pero soy ingeniera y de esto no sé...'
Ahí sí que defines un poco más y propones...
Claro, yo llego a referenciar marcas. Además presumo de moda española como buena española que soy. Y mi primera línea de marcas son aquellas que son sostenibles, marca España. Ahora queremos vestir bien, y queremos comprar menos. Pero, ¿cómo se hace eso? Pues cuando compras con intención, con conciencia y sabes lo que quieres comprar, el resultado es que tú misma vas a comprar bien. Yo quería generar una herramienta por eso el libro es un manual de consulta.
Dices que hay dos tipos de mujeres: las que se lo curran y las que no...
Todos tenemos estilo porque todos somos únicos e irrepetibles. Cada uno tiene un estilo y a ti te puede gustar el mío o no. Los referentes son muy variados y diferenciados, pero la realidad es que somos únicos y creo que lo interesante es encontrar el estilo propio.
También es cierto y hay que decir que por naturaleza hay personas que tienen un valor de belleza a su vida. Puede ser un talento musical o artístico. Si has nacido en una cuna con un talento de belleza y tu padre es arquitecto y tu madre es música pues es probable que ese talento se genera una manera más natural. Pero si tu padre es panadero y tu madre es profesora y no hay un entorno de belleza generado alrededor de una manera natural y tu no lo tienes, no tienes que renunciar a no tener estilo. Es que no solo las ricas, las famosas, las influencer tienen estilo.
Le dedicas un capítulo a la compra consciente y a la sostenibilidad.
Muy importante porque el mundo de la moda es el que más contamina vivimos en un planeta con recursos limitados. Sí que es cierto que tenemos que crear conciencia y criterio en moda. Cuando tú tienes criterio con tu estilo, compras menos y mejor. Y esa es una manera de sostenibilidad. Lo primero es comprar prendas que ya existen, que son de segunda mano que es fabuloso, pero si tienes un exceso de ropa que además no te representa un armario, vamos mal. Creando criterio en moda, consigues que la ropa te dure más porque compras mejor.