1876 es una fecha que todos los americanos tienen en mente. La colosal y mundialmente famosa estatua que ilumina el mundo desde el puerto de Nueva York llegó como regalo de Francia para celebrar el centenario de la independencia estadounidense. Este regalo tan especial, realizado en París por el escultor Bartholdi en colaboración con Gustave Eiffel, une ahora a los dos países.
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Ha sido una de las inspiraciones de la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, quien nunca cesa de innovar, transmitiendo mensajes contemporáneos y llenos de sustancia, conservando al mismo tiempo la esencia de Dior y la nostalgia que la marca evoca en el mundo de la moda.
Para esta nueva colección, que se presentará formalmente en Nueva York el 15 de abril, rinde homenaje a la Gran Manzana y al vínculo que esta metrópolis ha tenido con Francia, y en particular a la estatua que hoy es su símbolo.
Esta colección otoño 2024 es "un campo de posibilidades que celebra el encuentro de culturas. Una conversación en torno a la libertad para dar forma y sustancia a lo que cada mujer decide ser", afirma la casa francesa de moda de lujo. Las elegantes siluetas, por la mayoría con inspiración masculina, nos transportan directamente a los años 40.
El viaje de Dior a Estados Unidos hace eco al capítulo de la autobiografía de Christian Dior dedicado a su excursión a Nueva York, que "abrió un diálogo entre las dos capitales de la moda, al que Maria Grazia Chiuri dio vida con dos estampados esenciales: la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, desplegados en gran formato sobre numerosos modelos".
Se trata de siluetas amplias y elegantes, en las que encontramos la identidad de Marlene Dietrich, que provocaba escándalos y afirmaba su libertad vistiendo trajes masculinos, combinados con corbata o saco sin mangas.
"El puente entre estas dos culturas es Marlene Dietrich, actriz carismática a contracorriente y vinculada a Dior, dentro y fuera de la pantalla. Maria Grazia Chiuri se ha inspirado en ella para construir una colección que combina la silueta Dior con la presencia fantasmagórica de la diva y su encanto de marimacho", explica la nota de prensa de Dior.
La directora creativa de la casa se ha acostumbrado a estudiar los archivos del fundador, así como sus relaciones profesionales, incluidas las mujeres a las que vestía, para comprender la historia vivida y encarnada de la marca.
La mujer moderna americana de la época rechazaba la formalidad y la estructura de los franceses, en este caso de Dior. Este rechazo inspiró a la diseñadora italiana, que presentó cortes generosos, pantalones chinos y vaqueros oscuros estampados con motivos de París y Nueva York.
Marlene Dietrich fue una de esas mujeres que impulsó la libertad de vestirse y de hacer suya la ropa. "Ella ha tenido la idea de jugar conscientemente con la moda, lo entendió muy pronto", confesó Maria Grazia Chiuri en una entrevista para Vogue.
La colección desvela vestidos ligeros que muestran la lencería, y piezas de terciopelo arrugado, encaje y satén. "Cada vez, el guardarropa se revitaliza con una serie de piezas cuya construcción, cortes, materiales y creatividad son únicos y saben responder a las necesidades de cada mujer", afirma la marca francesa.
"Los bordados recuerdan los broches que evocan los códigos fetiches apreciados por el modisto-fundador: la estrella, el lirio de los valles, el trébol o la abeja", símbolos clave en Dior.
"Tejidos como el satén martillado, el terciopelo arrugado y el crepé se reinterpretan con un espíritu contemporáneo. Algunos de los vestidos con enaguas incrustadas de encaje -que suelen aparecer bajo grandes abrigos forrados- están confeccionados en nailon acolchado con motivos de bastones", explica el comunicado de prensa de Dior.
Entre las inspiraciones para los elegantes vestidos se encuentran un vestido de reloj de arena con hombros descubiertos que recuerda un estilo similar que Dietrich llevó a los Óscar en 1951, y un maxi vestido de manga 3/4 con un estampado de rombos en blanco y negro, inspirado en un vestido con el que había sido fotografiada.