Actriz, productora de cine, teatro y televisión, diseñadora... Sarah Jessica Parker (Nelsonville, 1965) es tan polifacética como sorprendente. Sin embargo, y pese al paso del tiempo, sigue siendo para muchos amantes del mundo de la moda la inolvidable Carrie de Sexo en Nueva York.
[¿Y si Sexo en Nueva York se hubiese estrenado hoy? Así nos imaginamos que vestiría Carrie Bradshaw]
Su personaje, protagonista de la serie de éxito que no solo cambió la historia de la moda sino la propia visión del empoderamiento femenino, es una escritora de Nueva York, amante de la fiesta y sobre todo adicta a las tendencias. Su impecable armario se convirtió en un escaparate de moda con identidad propia.
Las seis temporadas de la serie destilaron, en este sentido, looks inolvidables, empezando por la falda de tul con volantes blanca que lucía la actriz en la cabecera. Encontrada por la diseñadora del vestuario Patricia Field en una tienda de segunda mano del Garment District de Nueva York, fue la primera prenda de una larga lista de éxitos. El bolso Baguette de Fendi (la frase "No es un bolso, es una Baguette" hizo historia), los zapatos Manolo Blahnik o la camiseta J'adore Dior 8, de Dior, son solo algunos de ellos.
El sentido del estilo del personaje no se quedó, sin embargo, en la ficción. La propia Sarah Jessica Parker se mimetizó con Carrie en más de una ocasión, luciendo estilismos dignos de su personaje. Recordamos algunos de ellos.