Claude Montana: muere el diseñador icono de los 80, creador de las hombreras XL y que dijo “no” a Dior

Ha muerto Claude Montana. Y con su desaparición se queda prácticamente huérfana una de las décadas más prodigiosas de la moda parisina (y del mundo): la de los años 80.

[La industria de la moda llora una nueva pérdida: fallece el diseñador Claude Montana a los 76 años]

Sus diseños poderosos, planteados como una explosión de sensualidad y un sincero homenaje al poder de la mujer a través de su icónica silueta de triángulo invertido, con hombreras XL y cintura de avispa, marcaron una época en la que sus desfiles llegaron a ser auténticos espectáculos.

Porque Montana fue también precursor en las presentaciones de las colecciones en clave de show, y no eras nadie en el mundo de la moda si no te invitaba a sus desfiles. 

De padre catalán y madre alemana, Claude Montana nació en 29 de junio de 1947 en París y falleció a los 76 años, y por causas naturales, el pasado 23 de febrero en el hospital Bretonneau de París.

Su apellido real era Montamat, pero cuando comenzó a introducirse en el mundo de la moda lo modificó por el más afrancesado y glamuroso Montana. Se mudó a Londres en cuanto pudo y comenzó creando piezas de bisutería de inspiración mexicana en papel maché y piedras naturales.

Pero pronto descubre el cuero trabajando para una empresa de marroquinería parisina, origen de su futuro virtuosismo con este material que dominaría por encima de todas las cosas. 

Presentó su primer desfile en 1976, de aire punk e irreverente, y con el que fue allanando el camino que le llevaría a acabar con la estética imperante en aquel momento: la de Yves Saint Laurent o Chloé como referentes, chic y seductora.

Pero Montana siempre recorrió caminos estéticos más tortuosos y de belleza y sensualidad perturbadoras. En 1979 fundó su firma House of Montana, que se convirtió muy rápido en una casa revolucionaria y aclamada. A principios de los 80 lanzó también una marca para público masculino, Montana Hommes, y entre 1990 y 1992 fue director creativo de la alta costura de Lanvin. 

El ocaso de los 90 y su influencia

Conocido ya en los ochenta como "Clau-Clau", a menudo era olvidado entre los otros tres iconos de la estética hipersexualizada y futurista de la década como fueron Jean Paul Gaultier, Azzedine Alaïa, fallecido en 2017, y Thierry Mugler, fallecido en 2022, Montana llegó a tener varias boutiques en París, lanzó tres fragancias y hasta dijo "no" a Dior.

Pero a mediados de los 90 comenzó su ocaso profesional. A la llegada del minimalismo como una de las tendencias imperante de la década se le unieron problemas personales de todo tipo, hundiendo poco a poco al genial creador, quien llegó a cerrar su firma en 1997. 

Montana era homosexual, nunca lo ocultó. Pero en 1993 se casó con Wallis Franken, exmodelo, amiga y musa desde hacía años.  Ella tenía dos hijas de un matrimonio anterior y hasta una nieta. 

El propósito de esta unión de conveniencia era claramente estratégico: sufrió mucho intentando mantener a flote sus extravagantes y dramáticas colecciones en medio de la sencillez estética del minimalismo noventero, además de coquetear con las drogas y el alcohol.

Casarse con una mujer le haría más comercial y cercano a potenciales nuevos clientes heterosexuales. Pero tres años después del enlace, Wallis se suicidó tirándose al vacío desde el tercer piso de su casa en París, potenciando aún más el declive de su "viudo".

El power dressing y los desfiles espectáculo

Claude Montana. Getty Images

Claude Montana llegó a convertirse en referencia de culto para creadores posteriores como Alexander McQueen, Marc Jacobs, Gareth Pugh, Olivier Theyskens o Riccardo Tisci. Y vistió a actrices e iconos de estilo de la época como Jeanne Moreau, Charlotte Rampling, Inès de la Fressange o la princesa Estefanía de Mónaco, inseparable de su "chupa" de cuero de Montana.

Además, mucho se habla en las revistas de moda del concepto power dressing, identificado a los looks de trabajo y oficina como los trajes de inspiración sastre. Pero la realidad es que el significado original de este concepto se ha ido diluyendo con el tiempo. 

Si hablamos de ropa que empodera tenemos que referirnos a Montana, quien lograba hacer que la mujer se sintiera poderosa con cada uno de sus diseños, incluso sus maravillosos sastres de líneas afiladas y rotundas.

Y fue también uno de los primeros couturiers que convirtieron sus desfiles en verdaderos shows, logrando que estuvieran entre los que más expectación generaban. En los años 80 no eras nadie en el mundo de la moda si no tenías invitación para los desfiles de Claude Montana. Prohibía sonreír a sus modelos y provocaban verdaderos éxtasis entre sus asistentes, que llegaban a llorar de la emoción.

La generación Palace y sus diseños vintage

Claude Montana siempre será recordado como uno de los grandes genios de la moda de los años ochenta. Lideró la denominada "Generación Palace", en referencia al mítico disco-boïte que era algo así como equivalente parisino del Studio 54 de Nueva York.

Y entre su legado siempre quedarán sus angulosas y sensuales siluetas tipo triángulo invertido, construidas sobre marcadísimas cinturas de avispa y hombreras con proporciones XL. Además, Montana era color y cuero, poder y sexualidad, y dramatismo y teatralidad. 

Retirado y desaparecido desde hace años, gracias a actrices como Natalie Portman o Sarah Jessica Parker hemos podido disfrutar de los diseños de Claude Montana en los últimos tiempos.

La protagonista de El cisne negro lució, en julio de 2022 lució en una première en Roma, un conjunto vintage de falda y chaqueta en un naranja luminoso creado por Montana en 1991.

Y también hemos visto diseños de Montana en la televisión gracias a los estilismos Carrie Bradshaw, interpretado por Sarah Jessica Parker, en la serie And just like that estrenada en 2021. Ojalá cunda el ejemplo y podamos revivir la magistral sensualidad, glamour y dramatismo de los diseños del genial diseñador en las próximas la red carpet.