El mundo de la moda no solo se rige por tendencias. Algunos diseños, de estética atemporal, son capaces de acompañarnos a lo largo de nuestra vida. Así nos lo recuerda TRIZTRIZ, una marca emergente de accesorios artesanales made in Spain especializada en crear diseños con flores secas para bodas y eventos especiales.
Es un negocio familiar y femenino: Beatriz Góngora es su fundadora, creativa y diseñadora mientas que su hija, Chloé Mihic, es la encargada de la comunicación del PR, de las redes sociales y del desarrollo de negocio.
Su complicidad es primero perceptible a través del propio nombre de la firma: TRIZTRIZ hace eco al nombre de su fundadora, Beatriz, pero también a la relación que mantiene con su hija, al contar con dos sílabas. La idea surgió naturalmente en el marco de su brainstorming, en Mallorca, donde empezaron a desarrollar la marca.
El origen
¿Cómo surgió su firma? "Fue a raíz de la boda de mi hijo. Mi nuera quería tener un detalle con las invitadas, se le ocurrió que podríamos hacer unas diademas con flores secas. Creamos un stand y a todo el mundo le encantó. Entonces, decidimos desarrollarlo, nos vinimos a Madrid y empezamos con los chokers y las diademas. La idea era hacerlos con flores secas o tratadas", explica Beatriz Góngora.
"Como vimos que gustó mucho en la boda mi hermano, mi madre me propuso desarrollar este negocio. Ella es la artesana, la que diseña y crea todas las piezas y yo llevo la parte de comunicación y desarrollo de negocio. Me pareció una gran idea, resulta que coincidió con esta tendencia de maxiflores que está muy presente en todos los accesorios, así que vimos una gran oportunidad en el mercado", añade Chloé.
Su relación es, sin duda, un gran valor añadido. Pese a trabajar en ámbitos diferentes de su negocio, Chloé destaca: "Tenemos que estar muy en contacto la una con la otra y ver siempre lo que queremos sacar ahora, lo que se está vendiendo, etc. en las redes sociales, a la gente le encanta saber lo que hay detrás de la marca.
Por lo tanto, es muy importante que de vez en cuando me acerque al taller, grabe los procesos de creación. Hacemos cosas juntas, cuando mi madre va a comprar material, flores, cintas... la acompaño para grabar ese proceso que a la gente le vuelve loca. Creo que conecta mucho más con una marca cuando ve ese tipo de contenido que solo el producto final".
Su actividad
¿Pero cómo se define su proceso creativo? Beatriz explica: "Lo primero de lo que nos enamoramos, son de las flores, porque ya son un mundo. Algunas flores como las rosas, las hortensias, las camelias... se tiene que maniobrar, pero quedan preciosas. Entonces, ya cuando las vemos, ya vamos pensando en cómo quedarían bien. Este invierno, hicimos algunos accesorios con cinta de terciopelo, para esta primavera, las estamos haciendo con cintas más transparentes, de seda", explica la fundadora.
"Vemos según el mercado también, porque es importante. Muchas veces elegimos unas flores y luego no salen exactamente iguales... la elección es personal, pero depende del mercado", añade.
Chloé subraya: "También según lo que nos piden. Tenemos unos productos ya fijos, pero ofrecemos un servicio de personalización. Tenemos, por ejemplo, una diadema de rosas claras. Mi amiga Cynthia, que fue la primera clienta de TRIZTRIZ, nos dijo que le encantaba este modelo. Iba a un evento con un vestido burdeos, nos mandó una foto para poder replicar el modelo con flores del color del vestido. A partir de ahí, desarrollamos esa pata: el poder ofrecer a todas las clientas una diadema personalizada según los colores de su vestido y los colores de flores que quieran".
Cuentan, lógicamente, con unidades limitadas. "De los modelos de terciopelo, solo tenemos tres, porque lo que queremos es venderlo y volver a hacerlo, no tener un stock súper grande. Por ejemplo, en las diademas, tenemos una de cada", afirma Beatriz.
Chloé recalca: "Cuando empezamos en la época fuerte, en noviembre-diciembre, hacíamos cinco de cada. Ahora mismo tenemos dos o tres, pero empezamos con cinco de terciopelo de cada uno y de diademas uno de cada, y luego de los de seda, que son unos de nuestros best sellers, los que están bordados a mano con una pedrería, tenemos más o menos como tres de cada. Vamos haciendo según la demanda".
Explican precisamente sobre su éxito de ventas: "El choker de seda gustó mucho. Los chokers de terciopelo, se han vendido súper bien, sobre todo uno que se llama Virginia, negro con una flor azul petróleo. Y en cuanto a diademas, yo diría que la que se llama Tiziana, una roja con una ola".
¿En qué consideran que marcan la diferencia? "Lo que nos difiere de las otras marcas es que nuestras flores son naturales. Todas las marcas que han hecho diseños de flores, lo han hecho con flores de tela o artificiales. Aunque sea un detallito, ponemos una flor en todo. En diademas, hemos incluido un poco de plumas, una redecilla muy bonita y un detallito de flor chiquitín", destaca Beatriz en cuanto a la confección.
Sobre la imagen de marca, Chloe apunta: "Siempre hago un estudio con todas mis amigas y conocidas, les pregunto cómo es la marca para ellas, para asegurarme de que la imagen se está transmitiendo. Nosotras queremos que sea nuestro sello de identidad. No diría que nuestra marca es clásica, pero si para una mujer que tiene un estilo muy elegante y al mismo tiempo atrevido. Sigo mucho la línea de cómo viste mi madre, con color, con un punto un poco funky, pero al mismo tiempo, muy elegante", aclara.
Añade Beatriz: "Lo que queremos es que no sea el típico pamelón de boda. No es grande, es un detallito, pero la idea es que te vista y que puedas ir a la boda como a una cena también con una diadema mona. Es darle un punto de feminidad a tu conjunto".
¿Quiénes son las mujeres que apuestan por sus diseños? "Es muy interesante porque empezamos un poco sin saber a qué público íbamos a ir", explica Beatriz. "A lo mejor porque estamos las dos generaciones trabajando juntas, hemos conseguimos un balance: lo pueden poner tanto personas de mi edad como de la de Chloé. Creo que es para todo tipo de edad. Es un adorno bonito, nada exagerado. Ha habido algunos años en los que los complementos no se llevaban tanto, ahora sí de nuevo".
Chloé añade: "Creo que nuestros complementos, como explica mi madre, son muy versátiles, son para cualquier persona. Hemos tenido clientas de diferentes edades, incluso de 90, al final, depende del alma de cada uno".
El poder de la artesanía
Chloé destaca a su vez el valor artesanal de TRIZTRIZ: "Eso se respira mucho como marca. Mi madre es la diseñadora y creativa y hace todo, es muy especial, tener una marca tan pequeña y que se note en cada uno de nuestros productos".
Conlleva una inevitable reflexión sobre la moda rápida: "En el mundo en el que vivimos, con el ritmo al que va, tenemos que ser muy cautelosos para que perdure, para siguientes generaciones. A nivel personal, creo que es muy difícil tener tu estilo propio si vas vestida como todo el mundo y, al final, estás apoyando a una cadena de producción que es poco ética.
Yo no recomendaría a nadie el fast fashion. Hay que apoyar el talento local. Es muy importante porque en España tenemos grandes creadores. Y una manera de destacar con un estilo propio es apoyando y comprando marcas artesanas.
Creo que se ha pasado de moda lo de comprar por comprar. El consumidor está mucho más concienciado de tener un armario cápsula y en España actualmente se aprecia. Somos mucho más reconocedores del talento. Existen iniciativas tanto de tiendas como de influencers que tienen sus marcas, enseñan toda la trazabilidad y a la gente le encanta apoyarlo y vestir con esos diseños únicos que no encuentras en una tienda de fast fashion".
Lo reafirma Beatriz: "Últimamente hay una tendencia muy grande en marcas más pequeñitas, que apuestan por un sistema en el que cuando se acaba el producto, se acaba el producto. No se hacen grandes masas de producción y los diseños son de gente que tienen nombre y apellido".
Cuentan con un servicio de venta en línea pero también punto físico: "La parte digital es muy importante pero tenemos bastante venta de persona a persona. Yo creo que es muchísimo mejor. A mí me gusta mucho más porque conectas.
Muchas veces lo ves en digital y a lo mejor no te gusta. El otro día, vino una chica que decía 'No, a mí las diademas me van fatal'. Se empezó a probar y al final se llevó dos porque le quedaban preciosas. Creo que el digital es muy necesario, es una herramienta positiva. Pero al contacto en persona, no le gana nadie".
Chloé añade: "Mucha gente quiere venir a probarse el producto, ver nuestro taller. Pero a las personas desconocidas les da apuro acudir a nuestro domicilio. Entonces, como vimos que había mucha demanda, decidimos entrar a principios de febrero en una tienda multimarca en la calle Almirante que se llama Olibati. Apoya el tipo de marcas como la nuestra. También estamos presentes en pop-up, organizamos a veces en casa, a veces fuera, porque sí creo que es importante tener un espacio donde la gente pueda ver sin compromiso".
¿Y en un futuro?
Chloé explica: "A nivel accesorio, sí que estamos diversificando nuestra actividad, mi madre es súper creativa, quiere hacer 100.000 modelos.
A nivel del desarrollo de negocio, queremos seguir presentes en la tienda multimarca. Y nos gustaría desarrollar una parte del negocio que es como comenzó TRIZTRIZ, ofreciendo a novias y a wedding planners un servicio para aquellas que quieren regalar a sus invitadas. Y ojalá algún día tener nuestra propia tienda, con el taller fuera de casa. Sería maravilloso".
El reto del emprendimiento
La empresa nació de cero, con el emprendimiento como reto principal: "Recomiendo que quien decida emprender siga sus sueños. Se tienen que perseguir. Y luego, remangarte y ponerte a trabajar. Tienes que darle todas las horas que puedas", destaca Beatriz.
Chloé afirma a su vez: "Hacerlo con pasión y constancia. Y luego a nivel logístico, una cosa que las dos aborrecemos, es la parte administrativa que conlleva crear una empresa. Nadie te enseña, al final es muy lento y hay que armarse de paciencia, porque hoy estamos acostumbradas a que todo sea súper inmediato con las redes sociales".
Consejos para invitadas
Las expertas nos brindan finalmente algunos consejos de protocolo y estilo: "De día, siempre diría más colorido. Lo bueno de nuestras diademas es que no son tocados grandes, con lo cual se pueden llevar también por la noche. Son en realidad como si llevaras una flor, puedes lucirlas también por la noche. Los colores oscuros, más para la noche y los claros, para el día, pero sin más restricción", declara Beatriz.
"Si quieres hacer una combinación con un choker de terciopelo con una diadema que no esté tan recargada, es una buena opción. Y si no, simplemente optar por una de las diademas más elaborada. Para una boda de noche yo te recomendaría nuestras flores liofilizadas, que son las maxi flores con cinta de chiffon o los chokers de seda bordados", apunta Chloé. "El complemento debe ir con el vestido o con lo que se ponga y los zapatos con el bolso. No hay que ir exactamente con los mismos colores", concluye Beatriz.