Moda

Armani cumple 90 años. La historia del genio atemporal que rompió los patrones de la moda

Su concepto de la elegancia, sofisticada y sin histrionismos, le ha convertido en uno de los creadores más admirados y respetados de la industria mundial

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Cedidas y Gtres

Hay una roca en la isla de Pantelaria de la que Giorgio Armani suele decir que es su lugar favorito en el mundo porque “lo borra todo”. Está situada al sur de Sicilia y al norte de Túnez, y por su centralidad es un punto intermedio del Mediterráneo: allí el pasado y el futuro se concentran en un presente perfecto. Se podría decir que el gurú del estilo más reconocido a nivel internacional ha buscado siempre lo que no cambia con el viento —e incluso está en contra de la “moda” en stricto sensu—, porque sus creaciones aluden a lo intemporal como esa roca junto a la que se alza su casa de verano.

Foto uno de Giorgio Armani

Desfile de Giorgio Armani Privé SS24

Fotógrafo: Vittoriano Rastelli, 1982

Foto dos de Giorgio Armani

Armani es un diseñador ajeno a los dictados de una industria caprichosa y fiel a un estilo ultracoherente. Tanto es así, que muchas de sus creaciones de los años noventa, dos mil y actuales, no solo siguen estando vigentes como revival sino que son a veces imposibles de fechar. Para el genio de Piacenza (1934) no fue fácil llegar a su vocación. Tras formarse en el Liceo Scientifico Respighi un año, se trasladó a Milán con su familia matriculándose en la Facultad de Medicina, pero interrumpió sus estudios al cabo de pocos años.

En muchas ocasiones el propio Armani explicó que podría perfectamente haber ejercido otra profesión, algo que resulta increíble teniendo en cuenta el deseo que siguen generando los dictados de su casa y los datos objetivos de facturación y recursos humanos en el grupo: 2.400 millones de euros anuales y 8.000 empleados en todo el mundo. Lo intemporal estaba de camino.

Foto tres de Giorgio Armani

Fotógrafo: Roger Hutchings, 2002

El despertar de un genio

Comenzó trabajando en una tienda a mediados de los años cincuenta, asesorando sin mucha experiencia. La historia cuenta una frase mítica que su jefe le dijo: “Armani, siempre serás un buen segundo”. Nada más alejado de lo que sucedería. En estos grandes almacenes, La Rinascente de Milán, aquel joven llamaría la atención de Nino Cerruti, con quien trabajaría durante varios años e iniciaría una carrera como diseñador independiente, fundando Giorgio Armani con Sergio Galeotti en 1975, con una primera colección. No muy exitosa, por cierto, como ambos han descrito en numerosas entrevistas, bromeando sobre la música que eligieron en el hotel Palace de Milán para maquillar un extraño día.

Cortesía de Giorgio Armani, Backstage Privé FW 24/25

Foto cuatro de Giorgio Armani
Foto cinco de Giorgio Armani

Sin embargo, aquella experiencia envolvía una revolución que duraría varias décadas, mostrando cómo los trajes suaves y de formas limpias —para hombres y mujeres— podían acompañar los cambios de marcos sociales. En su caso, explicaría el propio Armani, no se trataba de exaltar la creatividad en un sí porque sí, ya que “esa explosión de imaginación que da como resultado creaciones que no tienen nada de ponible: para mí, incluso la fantasía más elevada tiene que tener un sentido. Tiene que ser traducible en ropa o accesorio que una mujer o un hombre lo puedan usar”.

Armani tendría un éxito fulgurante con su prêt-à-porter, siendo revolucionario en el modo de diversificar su marca: Emporio Armani llegaría en 1981 y Armani Exchange en 1991. Esa decisión que hoy parece lógica resultó revolucionaria: la apertura de la línea Emporio en Via Durini, ofreciendo ropa para gente joven que adoraba la moda pero no se la podía permitir, marcó un antes y un después, creando multitud de imitadores de segundas marcas.

Foto quince de Giorgio Armani
Foto seis de Giorgio Armani

Fotógrafo: Aldo Fallai, SS1986

En 1982, la revista Time le dedicaría una portada, hablando de su relevancia construida en torno a una filosofía y un estilo distintivos. En palabras del diseñador, sería a partir de aquella portada cuando él realmente tomaría conciencia de que el mundo le estaba mirando atentamente. Su estilo liberador, más allá de condicionantes masculinos y femeninos, menos rígido, más libre y ligero, era estricto en su ambición: facilitar su uso, pero no dejar nunca de ser extremadamente elegante. “En pocas palabras, aspiro a la perfección y hago lo que sea necesario para lograrla. Admiro la discreción y detesto el exhibicionismo. Me atrae el silencio y amo lo esencial. No me gustan los excesos y el ruido, incluso cuando son metafóricos”, declaraba en su excelente autobiografía reciente, titulada Per Amore.

En ese mismo volumen escribía que “el feminismo, tan explosivo en aquellos años en los que me iniciaba, sin duda influyó en mi forma de pensar sobre la moda. Tengo una gran estima por las mujeres; creo que saben ser seductoras sin recurrir a un exhibicionismo que fácilmente desemboca en la vulgaridad y el exceso”. Sexy es, para Armani, aquello que se sugiere, aquello que se invita a otros a imaginar. Sería su sobrina Roberta la que afirmaría incluso que en esa propuesta cercana a lo unisex, su tío fue “el primer diseñador que acabó con las diferencias de género en una alfombra roja”.

Foto siete de Giorgio Armani

Giorgio Armani Privé FW 24/25

Foto ocho de Giorgio Armani

Una mirada excepcional

Si pones en tu mirada lo que hay en tu cabeza, si pones en ella lo que te gustaría ver en los demás, entonces estás preparado para ser elegante”, explicaba recientemente a Vanity Fair. Innovador en su forma de crear, Armani demostró pronto también ser un gran ‘conector’, y sus relaciones públicas han sido otra de sus claves, con la alfombra de los Oscars como máximo escaparate anual. Desde que en 1977 decidió vestir a Diane Keaton en su nominación a Mejor actriz con Annie Hall con una apariencia masculina, inspirándose en su papel en la película, y fue creando poco a poco una relación con la alfombra mayúscula a través de apariciones de mujeres increíbles, perfectas pero ajenas a la tendencia y siempre cómodas, de Nicole Kidman a Anne Hathaway.

Foto nueve de Giorgio Armani

Cortesía de Giorgio Armani

Giorgio Armani con Sophia Loren

Foto diez de Giorgio Armani

En paralelo, supo cómo relacionarse de forma duradera con el séptimo arte, de modo que sus prendas se convirtieron así en piezas icónicas: en Estados Unidos vestiría a Richard Gere (1980) para American Gigolo y en España, por ejemplo, colaboró con el vestuario de la película Tacones lejanos (1991). Él mismo declaraba que el cine había sido su verdadera educación, mucho más de lo que aprendido en la escuela, moldeando su imaginación, cultura y gustos. Su lista de amigos en nuestro país tendría dos musas, Antonia Dell’Ate y Naty Abascal, además de una amiga a la que a menudo recuerda, Lucía Bosé; luego vendrían otros embajadores de la marca como Eugenia Silva o Miguel Ángel Silvestre.

En nuestro siglo, contribuyó trabajando sin descanso al auge del Made in Italy, y no sólo lo definió sino que lo extendió a otros ámbitos como la decoración con el visionario concepto de Armani/Casa como el comienzo de nuestro siglo, generando por primera vez referencias en los interiores a las señas de la moda, algo que se ampliaría a la restauración, los hoteles, los yates… Justamente ese año, el mundo del arte se rendiría a sus pies, y el Museo Guggenheim de Nueva York celebró una gran exposición en su homenaje, que viajaría a España, entre otros países, consagrándole un paso más alla: Armani, artista.

Semana de la Moda, Milán 2024

Foto once de Giorgio Armani
Foto doce de Giorgio Armani

One Night Only, Venecia 2023

El futuro de Armani

Tras recibir títulos y méritos como el de Gran Oficial de la Orden del Mérito y Caballero Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Italiana, así como de la Legión de Honor francesa o el reconocimiento del Council of Fashion Designers of America, en 2016, el genio creó la Fundación Giorgio Armani para impulsar proyectos de interés social. Comprometido con el futuro y el impacto de las decisiones de su sector, en 2020, a través de una carta pública, pidió reflexionar sobre los frenéticos ritmos de las producciones de moda.

¿Cuál será el futuro de la marca Armani? Aún no está decidido. Algunas fuentes apuntan a su sobrina, que entró a formar parte de la empresa como modelo de la casa en los años noventa, cuando falleció su padre, hermano del diseñador. “Mi abuela solo entendía la elegancia de esta manera, lo que ahora llamamos ‘menos es más’: ella solía decir que quien quisiera crear belleza tenía que crear lo necesario y nada más”, declaraba Roberta a Forbes recientemente.

Mañana Armani cumple 90 y sigue en activo, manteniendo la solidez de una roca. “Aún estoy lleno de ideas”, explica él mismo en su autobiografía, “soy un hombre de hechos, un diseñador de desafíos, un emprendedor de conquistas: solo miro hacia adelante, sin nostalgia ni autosatisfacción por lo que he conseguido, y siempre dispuesto a nuevas aventuras”.

Foto trece de Giorgio Armani

Cortesía de Giorgio Armani

Felicitaciones

“Querido Giorgio, te deseo mucha felicidad en tu día, eres un hombre muy talentoso, y que ha tenido mucho talento para llegar a festejar este tu noventa aniversario”, le celebra Antonia Dell’Atte en exclusiva para Magas. “Para mí, como todos los dioses, eres divino e inmortal. Gracias por haber dado con tu creatividad dignidad a las mujeres. Te amo y adoro”.

Antonia, musa infinita del creador, conoció a Giorgio Armani por azar: se presentó por su cuenta a un casting de Armani cuando era más joven, con un pelo larguísimo y no fue seleccionada. Al año siguiente, se lo cortó. “En contra de mi voluntad, porque creía que iba a perder toda la fuerza como Sansón, pero un peluquero me pagó bien por hacerlo”, declara. Un día más tarde, almorzando en el restaurante Bice, alguien la saludó desde la mesa de al lado, y resultó ser Armani, que la reclamó y le diría literalmente “Tú eres la mujer Armani”.

En breve, con la famosa foto de Aldo Fallai en la calle, comenzó un encaje profesional y personal que duraría décadas. Dell’Atte explica que “Armani es esencia, estilo, sensualidad y verdad” y nos regala una pista medio secreta, silenciosa como las creaciones del genio. “Para quien quiera conocer el universo de Giorgio, del cual formo parte, le recomiendo explorarlo a través de sus fotos en su museo Armani Silos en Milán”.

Foto catorce de Giorgio Armani

“Feliz cumpleaños a Giorgio, sin duda, el rey de la moda”, le felicita también Valeria Mazza a través de Magas. “Tiene un sello indiscutible: siempre habrá un antes y un después de Armani, sinónimo de elegancia, austeridad, simpleza. Agradezco todos los días habérmelo cruzado en mi camino, trabajado con él y aprendido tanto, de él y de todo su equipo”.

En Armani es todo organizado, preciso, silencioso, estricto, riguroso”. El famoso diseñador sería el encargado de su vestido de novia.

"Cuando nos casamos, me dijo ‘tienes que parecer una nube entrando a la iglesia, una nubile’ y así fue que llevé un velo de siete metros de largo hacia atrás y hasta el suelo por delante. Fue impresionante. En las imágenes se ve espectacular y se crea como un misterio, parecía una nube flotando entrando a la iglesia y que iba revelando poco a poco el vestido”.