Imagen de archivo de Playtex

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Moda

Este sujetador es el verdadero motivo por el que fue posible el primer viaje a la Luna

La firma de ropa interior Playtex participó en la creación del viaje espacial a la Luna de 1969, del que se cumplen ahora 55 años. Repasamos la historia tan inesperada como cautivadora de esta colaboración.

20 julio, 2024 01:51

El 20 de julio de 1969, en el marco de la misión estadounidense Apolo 11, el comandante Neil Armstrong y el piloto Edwin F. Aldrin pisaron la Luna, convirtiéndose en los primeros humanos en conseguirlo. La emisión de su alunizaje cautivó al mundo entero, dando lugar a una frase que se convertiría en un mito: "Es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad".

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Pero lo que quizá no se imaginaban las millones de personas que siguieron ese momento histórico es que la confección de los trajes de astronauta fue posible gracias a una marca de moda.  Playtex, la firma de ropa interior, referente absoluto en su sector en Estados Unidos, fue la encargada de esta tarea crucial.

Desde sus inicios en 1932, Playtex siempre apostó por la innovación, con hitos como el Cruzado Mágico, un sujetador convertido hoy en día en un icono que presentaba una innovadora estructura cruzada que elevaba el busto al tiempo que potenciaba la sujeción. Ese icónico modelo llegó a Europa en 1968, un año antes del aterrizaje en la Luna y fue acompañado de una gran campaña publicitaria que, en el caso de la España franquista.

La firma revolucionó el mundo de la ropa interior femenina al ser la primera en anunciar este tipo de prensa en televisión. "Además de revolucionar el sector en los años cincuenta con su conocido Cruzado Mágico, Playtex también hizo historia en el ámbito de la publicidad. Fue la primera marca en mostrar ropa interior femenina en televisión (con una modelo luciendo sus diseños), incluso en España tuvo que sortear la censura imperante en la época", nos explica la firma.

Imagen de archivo de Playtex

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La capacidad técnica de la firma la convirtió en una candidata clara para la confección de estos trajes espaciales. En efecto, Playtex llevaba décadas trabajando en diseños ajustados al cuerpo sin limitar la libertad de movimiento.

Triunfaban entre millones de mujeres y esa tecnología textil podía ser aplicada a otros ámbitos, incluso para algo tan inesperado como la creación del traje espacial de la misión más histórica de la Nasa.

"Abraham Nathaniel Spanel, fundador de Playtex, era un gran inventor con más de 2000 patentes inspiradas por el látex (en este sentido, en 1932 crea la International Latex Corporation (ILC)). La flexibilidad proporcionada por este material era perfecta para crear ropa moldeadora que se adaptara al cuerpo sin limitar la libertad de movimiento. Ya en 1940 innova con la faja indestructible Living Girdle, que resiste a los rotos y desgarrones. En este sentido, Playtex fue una marca pionera con sus diseños reductores y sus sujetadores", detalla Playtex.

Imagen de archivo de Playtex

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"En 1969 Playtex ya formaba parte del imaginario colectivo, en especial en Estados Unidos, donde la marca era un referente indiscutible en el sector de la ropa interior desde que llegó al mercado en 1947. Sus campañas publicitarias eran audaces y modernas y la innovación técnica", aclara la marca.

Un traje único

"Varias marcas presentaron diseños del que luego sería el traje espacial de los astronautas del Apolo 11. El fundador de Playtex, Abraham Nathaniel Spanel, se presentó con ILC (International Latex Corporation), una de las divisiones de Playtex especializadas en este material", recalca la firma.

En efecto, los responsables de confeccionar el traje formaban parte de una división de la marca, que se separó de Playtex antes del viaje lunar. En el presente, continúan colaborando con la Nasa.

La exigencia técnica de estos trajes era evidente. Tenían que permitir una total libertad de movimiento, además de proporcionar un entorno sustentador de vida para el astronauta, durante su actividad extravehicular o su operación de la nave espacial, sin presión.

Los trajes, confeccionados a medida, fueron el resultado de una hábil combinación. La empresa DuPont desarrolló caucho sintético de neopreno en 1932. El nailon y el teflón se inventaron en 1938. Después de la Segunda Guerra Mundial, DuPont introdujo el Mylar, en 1959 la fibra Lycra spandex y, en 1963, el Nomex. Todos estos materiales se utilizaron en el traje espacial Apolo.

Tras el trágico incendio del Apolo 1, los investigadores buscaron materiales más resistentes a temperaturas muy altas. En 1962, la compañía Dow-Corning produjo fibra de sílice Beta, un material similar a la fibra de vidrio, excepto que no irrita la piel del usuario. Para la parte exterior del traje espacial Apollo, se utilizó fibra de sílice Beta con teflón para crear beta cloth.

Los trajes fueron diseñados para usarse con relativa comodidad y una seguridad óptima: hasta 115 horas junto con la prenda de refrigeración líquida y 14 días en un ámbito despresurizado.

El traje, en la Tierra, pesaba 200 libras con el suministro de O2 PLSS (sistema de soporte vital primario) completamente presurizado y el OPS (sistema de purga de oxígeno). Sin ellos, el traje pesaba 76 libras en la Tierra. Este contaba con 25 capas de materiales diversos y podía proteger el cuerpo entre temperaturas comprendidas entre -250°F a +230°F.

El nivel de exigencia era máximo: para asegurarse de que los trajes contaban con la máxima seguridad y que no quedaba ninguna aguja suelta, se realizaron pruebas con máquinas de rayos X.

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Se estimó que los materiales sintéticos que componían el traje tenían una vida media de aproximadamente 50 años, por lo que han iniciado un inevitable proceso de degradación. Sin embargo, se intenta paliar en la actualidad con una conversación óptima.

Playtex sigue realizando proezas en el ámbito de la ropa interior, pero su nombre queda vinculado de por vida con la hazaña espacial más recordada de la historia de la Humanidad.