Del 26 de julio al 11 de agosto y del 28 de agosto al 8 de septiembre, París se convierte en la anfitriona de uno de los eventos deportivos más ansiados: los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Durante semanas, los atletas de cada punto del globo compiten, con la esperanza de conseguir el oro. Más allá del aspecto estrictamente deportivo, este evento multitudinario también se suele convertir en una suerte de pasarela de moda.
La ceremonia de inauguración fue una primera prueba. Dior firmó, entre otros, los diseños de Lady Gaga y Celine Dion, confirmando la relevancia del aspecto visual en el evento. Armani y Ralph Lauren fueron algunas de las casas que confeccionaron, a su vez, los uniformes que lucen los atletas italianos y estadounidenses durante la competición. La gimnasta Simone Biles y su equipo brillaron literalmente con maillots incrustados con cristales de Swarovski, estableciendo un nuevo vínculo claro entre moda y deporte.
No son los únicos ejemplos: las atletas de natación sincronizada también hicieron alarde de estilo, con sus trajes de baño y looks beauty. Esta disciplina suele propiciar un gran despliegue de moda y belleza. Cabe recordar, por ejemplo, los trajes de baño del equipo español diseñados por Dolores Cortés para los Juegos de Londres en 2012. Estos simulaban el cuerpo de un animal marino, con un efecto de escamas. En 2016, las nadadoras brillaron con trajes de inspiración flamenca, con lunares XXL.
Los trajes elegidos para esta disciplina son especialmente exigentes, ya que deben ser cómodos pero también vistosos. Habitualmente confeccionados a mano, se componen de tejidos elásticos resistentes como la licra, que se suele completar de manera creativa con adornos como lentejuelas o encajes. Son personalizables, de ahí que cada equipo luzca un diseño muy diferente, con la única condición de que no sea excesivamente transparente.
A la propuesta de moda, se suele sumar una potente de belleza. Con moño impoluto, que fijan con gel waterproof, y un maquillaje acorde, y con toda lógica, resistente al agua, suelen lucir manicuras en homenaje a su país, con los colores de su bandera. Esta apuesta por el nail art no solo suele destacar en el caso de la natación artística, ya quedó patente su apuesta en otras disciplinas: el atleta Noah Lyles lució una manicura en tono azul y blanco, adornada con la palabra 'Icon' mientras que Sha’Carri Richardson optó por un estampado inspirado en la bandera estadounidense, visible en uñas de tamaño de lo más espectacular, en estos Juegos.
Este 5 de agosto marcó el pistoletazo de salida de la competición de natación artística. Durante días, las nadadoras prometen hacernos soñar con sus estilismos, recordando que el deporte también puede ser moda.