Este 9 de agosto ha marcado el final de una de las semanas de moda más aclamadas del escenario internacional: la de Copenhague. Durante cinco días, diseñadores daneses y extranjeros, algunos asentados, otros recién llegados al mundo de la moda, han presentado sus propuestas para la primavera-verano 2025, en diferentes puntos de la capital.
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En tan solo unos años, esta Fashion Week consiguió despuntar. Los motivos son varios: tanto sus desfiles como su street style destacan por su carácter innovador, suele ser el repositorio de tendencias clave del año y cuenta con un compromiso inédito con la sostenibilidad.
En efecto, en 2020, la CFW presentó un Plan de Acción para la Sostenibilidad que no dejó de actualizarse y de mejorarse con el paso del tiempo. Este incluye medidas a las que deben ceñirse todos los diseñadores. Deben utilizar, por ejemplo, un 50 por ciento de textiles certificados como orgánicos, de upcycling o reciclados y comprometerse a no destruir la ropa que no vendan. Esta Semana de la Moda destaca también por su compromiso social. Cada vez más diseñadores se esmeran en crear desfiles inclusivos, que den visibilidad a todo tipo de cuerpos.
Más allá de su necesario compromiso ecológico y social, la Semana está bajo el foco internacional por dar protagonismo a colecciones inéditas, que suelen marcar el rumbo estético de los meses por venir. Lovechild 1979, Rotate, que este año ha presentado su colección en colaboración con Pandora, o Herskind son solo algunas de las casas que nos han adelantado el éxito del denim, en su versión renovada, de los leggings, o de la gabardina.
Entre diseños clásicos y apuestas innovadoras, Copenhague ha vuelto a conquistar a los entendidos en moda. Repasamos algunas tendencias clave vistas en sus pasarelas.