Hay unas gafas redondas en una vitrina. Son las lentes de Pedro del Hierro, que están apoyadas sobre papeles manuscritos y rodeadas de polaroids, figurines, cartas de color, muestras de tejidos y encargos especiales para fiestas y películas: un sinfín de objetos que dan testimonio de un denso universo de referencias y de unas pupilas ágiles tras esos dos cristales circulares.

Gracias al acervo del grupo Tendam, al archivo personal de Diego Santos —pareja y colaborador del diseñador— y otras cesiones, durante ocho semanas se puede visitar en el Museo Lázaro Galdiano este delicado homenaje al último 'maestro de la costura', una exposición que celebra su legado y las cinco décadas de la conocida firma.

Entre los asistentes a la inauguración, la palabra más repetida era 'genio': no en vano, el madrileño Pedro del Hierro (1948-2015) fue con 28 años el diseñador más joven —y el último— en ingresar en la Cámara de la Moda española.

Por su modo de ver la realidad, explica Marie Castellvi, directora general del grupo, "además de un gran diseñador fue un visionario", puesto que no solo vistió a casas reales y celebridades, sino que "siempre tuvo claro que creatividad y negocio han de ir cogidos de la mano" y pronto comprendió "la importancia de adaptarse a los cambios de la sociedad de la época y en los años 90 dio el gran salto con un acuerdo de producción, convirtiéndose en pionero en la democratización de la moda en España".

La vitrina de entrada exhibe asimismo un premio honorífico que el diseñador nunca pudo recibir —de la Academia de la moda, otorgado el mes de junio pasado—. Para Marie Castellvi, esta muestra busca "rendir homenaje a Pedro, mantener vivo su legado y mostrar toda la evolución de la firma desde sus primeros días en la alta costura hasta hoy", cuando se trata de una marca reconocida dentro y fuera de España, pero no tantas personas saben que detrás de este nombre se escondía un gran maestro".

Intemporal en dos sentidos

"Un traje no es nada sin la persona que lo lleva. Es una forma de expresarse", afirmaría el diseñador. Junto con Pedro Rodríguez o Manuel Pertegaz, se considera a Del Hierro como el gran renovador de la moda española de su época. "La elegancia es una actitud en la vida; es algo que se transmite por encima de todo, una belleza interior", afirmaba el diseñador.

Al contemplar sus creaciones, en esta muestra, se puede comprobar in situ la regla de oro: parecerían listas para ser usadas en cualquier momento, puesto que los juegos de asimetrías y sus referencias al arte resultan tan intemporales que siguen produciendo un gesto de admiración en quien los observa.

Figurines de Pedro del Hierro, colección primavera-verano 1987. © Archivo Pedro del Hierro (Diego Santos Vivero)

Para Modesto Lomba, presidente de la asociación de Creadores de moda de España y otro de los ínclitos asistentes a la inauguración de la exposición, "la moda de un gran creador es justamente esto, siempre actual, perdura en el tiempo. Este vestido es tan espectacular que yo te aseguro que cualquiera se lo podrá poner dentro de dos o diez años".

Para Laura Cerrato, la comisaria de la muestra, el proceso de la exposición ha sido fascinante, pero quiere dejar clara la necesidad de estos homenajes: "es increíble, cuando nos enfrentamos al pasado, darse cuenta de que hay muy pocas referencias a lo que ha sido nuestra historia".

La curadora quiso agradecer especialmente "el archivo de Diego Santos", su viudo, y reivindicó la necesidad de no olvidar, "eso es una asignatura pendiente en España, la olvidada historia reciente. En este caso, se trata de una persona para conocer y admirar, alguien que consiguió unir creatividad e industria".

Históricamente, Pedro del Hierro tuvo la visión de buscar asociación comercial con grupos empresariales desde sus inicios, hasta encontrar el socio definitivo en el Grupo Cortefiel —hoy Tendam—: con ellos firmó un contrato de producción y distribución en 1990 y luego una alianza estratégica en 1999 para la continuidad de la firma.

Como añade Modesto Lomba, "Del Hierro hizo un ejercicio histórico en el paso de la alta costura al prêt-à-porter y de ahí a la moda para todos, y lo hizo de la mano de Hinojosa, un empresario con mucha visión. Hay que recordar que en ese momento veníamos de cuarenta años de proteccionismo de la industria y los empresarios estaban acostumbrados a no tener competencia, ambos tuvieron la visión necesaria para entender algo que en Italia o Francia no hacía falta explicar, pero todavía es algo extraordinario en España".

Ojo en el arte y la moda

"Mis diseños serán siempre una forma de expresión que ayudarán a buscar las mejores cualidades de un uno mismo", afirmaría el propio Pedro del Hierro. La sala de entrada de esta exposición divide en secciones "las tres vidas" de la casa, según explica la comisaria. 

La primera, que comienza en el año 1974, desde que Del Hierro abrió su taller, y llega hasta el 1981 y describe su intención desde el principio de "democratizar la moda y hacerla accesible, y su ambición internacional, con un doble anuncio en Vogue USA", así como el primer desfile en su salón de costura.

"La segunda etapa iría del 1981 al 1990, del atelier a la industria, cuando también comienza a pensar en la moda masculina". Por último, el relato de la tercera etapa, de 1990 a 2003, "desde que en 1999 Cortefiel adquiere la marca y se abre la primera tienda en la calle Serrano y comienza la expansión y él consigue cumplir ese sueño de hacer una marca internacional, un prêt-à-porter de calidad, una marca internacional, y saber que después de él habrá continuidad, Pedro después de Pedro".

Polaroids de backstage del desfile colección primavera-verano 1993. © Archivo Pedro del Hierro (Diego Santos Vivero)

La sala de acceso a la exposición se enlaza con una segunda, que es en realidad una pasarela, en la que se buscaba, como explica la comisaria Laura Cerrato, "que se vean los trajes en 360º y en movimiento". Una selección de 14 trajes de los cuales la comisaria se siente incapaz de elegir uno, que simula un catwalk de todos ellos entre videos y piezas musicales.

"Todo lo que tenía belleza le nutría", señala, recordando que fue el padre del diseñador, Pedro Mozos, catedrático de Bellas Artes, quien le inculcó su gusto por la creatividad en todas sus manifestaciones, de hecho, la muestra contiene la banda sonora con las canciones que más le gustaba escuchar para crear.   

Pedro del Hierro falleció en Madrid en 2015, a causa de una afección de corazón. Hoy en día, después de Carmen March, los diseñadores de la firma son Nacho Aguayo y Álex Miralles, encargados de continuar el legado del genio. Nacho Aguayo explica a Magas que lo que más le ha sorprendido han sido algunos de los videos de la muestra, con desfiles llenos de color y poco conocidos.

En la puerta, Aguayo se detiene en la vitrina de la entrada y señala las gafas del maestro. "Son sus gafas", comenta, con admiración, señalando los anteojos que reposan rodeados de elementos de color. Hasta el 3 de noviembre, puede visitarse esta emotiva muestra que celebra el legado del último gran 'ojo' de la costura española.