El martes 10 de septiembre, en pleno centro de la ciudad de Madrid, Roberto Verino hacía pública la colección de otoño invierno 2024, la cual pretendía 'desvestir' a quienes la lucían sobre la pasarela. Daban las 18.26h, los selfis cesaban y las animadas conversaciones entre los asistentes se acallaban para centrar la atención en una propuesta capaz de casar la moda de los años 80 y las líneas minimalistas de la vanguardia en el espacio Larra.

"Nuestro espíritu vanguardista de los ochenta está más vigente que nunca. Conectar con la realidad actual y abrazar la diversidad imperante, despojarse de las etiquetas, los prejuicios y las convenciones para sentirse uno mismo", declaraban desde la casa de modas española. 

Auténtica, única y verdadera

Abrazar el lujo de verdad, ese que se aleja de las modas pasajeras y que apuesta por la elegancia discreta, sencilla, construyendo un estilo que consigue ser relevante durante décadas. Este es el propósito perseguido por Verino, que ha conquistado a punta de abrigos de lana, conjuntos coordinados destellantes y sutiles transparencias que juegan con la ilusión óptica de la piel al desnudo. 

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Sin necesidad de artificios ni llamativos colores, la firma ha unido con gracia los colores más neutros de la paleta: blanco, negro, marrón y beige. Los cuatro clásicos que nunca pasarán de moda han teñido prendas libres de estampados pero ricas en textura, volúmenes y juegos de luces. Y se han dejado salpicar por guiños burdeos, amarillos y azules empolvados de gran sutileza.

Faldas plisadas que se mueven con gracia al caminar y pantalones amplios fluidos conviven con la estructura de la sastrería femenina en americanas y faldas lápiz, dibujando el fondo de armario con el que soñaría toda mujer que beba los vientos por la moda clásica.

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Los accesorios revisitan el imaginario Verino y otorgan un especial estatus protagonista al zapato Mary Jane, gracias a sus centímetros extra en forma de tacón prudente pero afilado, en equilibrio con su puntera marcada. 

Al desnudo

Acompañando la impecable propuesta de moda, se han dejado ver melenas lisas y pulidas con un giro de gracia en las puntas conseguido gracias a la técnica blow out. Bien recogidas en coletas bajas sin esfuerzo o en cortes mini bob que enmarcaban los cuellos altos de los jerséis de cashmere y las hombreras de las americanas.

La piel ha cobrado un especial protagonismo. Mostrándose casi desnuda, con un efecto nacarado hipnótico que se ha extendido del rostro al escote y los hombros. que quedaban descubiertos por patrones palabra de honor que jugaban a fundirse ópticamente con la piel. Pero no todo ha sido nude. 

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El color se ha colado a modo de pincelada retro en el lagrimal de las modelos con un tono azul empolvado, que combinaba con los sutiles guiños a dicho pigmento en los diseños Verino. En esta propuesta, nada distrae del aura de naturalidad que representa el auténtico lujo.

Emocionado y con ilusión, el propio diseñador aseguraba tras el desfile la máxima de esta propuesta UNDRESSED: "Vestir el interior de cada persona sin disfrazarla, ese el verdadero lujo que queremos reivindicar".