"Con esta colección quería aportar color, luz, optimismo y alegría. ¡Nunca lo hemos necesitado más!". Estas palabras de Donatella Versace resumen la magia de uno de los desfiles más esperados de la cuarta jornada de la Semana de la Moda de Milán.
Para la primavera-verano 2025, Versace decidió ahondar en los archivos de la casa, concretamente, en el desfile de la primavera 1997, en un mundo que aún no estaba masivamente digitalizado y con la libertad como premisa.
Casi 30 años más tarde, en el Castello Sforzesco de Milán, el encanto de Versus ha regresado, con una colección repleta de prendas de punto con estampados florales y en zigzag, vestidos lenceros, vaqueros, shorts y cárdigan. Vislumbramos, asimismo, siluetas aparentemente tradicionales, con toques vanguardistas, el regreso del tejido plateado, el mesh, en 3D, pero también faldas lápiz, corsés y siluetas en A. El control de la combinación cromática es ejemplar: el lavanda, el amarillo y el camel, entre otros, se responden naturalmente, sin estridencias.
Sin caer en la nostalgia, Versace ha celebrado el poder del cuerpo, como vector de libertad e individualidad, más allá de los prejuicios.