La Semana de la Moda prosigue, con las propuestas primavera-verano de las casas de moda más prestigiosas del mundo. Tras los sonados desfiles de Vivienne Westwood y Hermès, Valentino, Isabel Marant y Enfants Riches Deprimés, entre otros, han desvelado los suyos, en diferentes puntos de la capital.

Uno de los desfiles más esperados de la semana era, sin duda, el de Valentino. ¿El motivo? Ha marcado el debut de Alessandro Michele como director creativo. El diseñador, quien dejó la dirección de Gucci, ha firmado Pavillon des Folies, una línea que "pone en marcha un diálogo universal, capturando los momentos que hacen de la vida algo más que un simple comienzo y un final".

"Somos criaturas frágiles, constantemente expuestas a la sensación del límite. Caminamos de puntillas sobre espejos que se rompen bajo nuestro peso. Al caminar, ningún paso está exento de riesgo de tropezar y caer. Al respirar, ningún aliento está exento de una sombra de vulnerabilidad. Nos movemos, inestables, dentro de un horizonte transitorio sin vía de escape. Es esta condición precisa, sin embargo, la que nos introduce en el verdadero sentido de nuestra dimensión temporal. ¿Qué sentido tendría nuestro tránsito terrestre si no estuviera determinado por el tiempo, sino que fuera infinito?", reflexiona el director creativo en una carta abierta.

"La belleza recuerda lo que Martin Heidegger llama alètheia (ἀλήθεια), es decir, un desvelamiento, una revelación. En su asombrosa irrupción, prende fuego al pecho y remueve la tierra. Sin embargo, nadie puede nombrarla con precisión porque, por su propia naturaleza, siempre eludirá la captura del lenguaje. Como último consuelo del soñador, la belleza se convierte en 'la fuerza a través de la cual se mira la impotencia de las cosas' (E. Severino), la irrupción de la luz que nos protege del gris, del sinsentido, el mágico pharmakon, un bálsamo capaz de conducirnos a través del abismo de la fugacidad. Esa tela de araña superfina y preciosa que nos permite flotar sobre el vacío", concluye.

Siluetas del desfile de Valentino. Getty Images

En este sentido, la línea se presenta como una reflexión sobre la fragilidad, la belleza y la atemporalidad, pero también como un buceo en los archivos de la casa. Michele ha deseado preservar el legado de la casa, con siluetas entre pasado y presente, como trajes con volúmenes, vestidos preciosistas, marcados por volantes, drapeados y encajes, y destellos del rojo Valentino, como no podía ser de otra manera.

El espíritu sesentero queda plasmado en estampados, colores vibrantes y superposiciones audaces, que hacen eco al espíritu de libertad de aquella década. También vislumbramos toques boho, que remiten al movimiento hippie, eso sí, en su versión más sofisticada.

Con esta línea, Michele abraza la identidad de Valentino, aportando su sello personal, a través de una extravagancia controlada. El minimalismo parece quedar atrás, aunque queda por ver cómo seguirá evolucionando el diseñador creativo al mando de la casa italiana.

Una de las últimas presentaciones del día ha quedado en manos de Enfants Riches Deprimés. La firma, creada por Henry Levy en 2012, sigue jugando con los códigos del lujo, con cierta ironía. Tan aclamada como criticada, se ha aupado como una de las citas imprescindibles de la Semana parisina.

Siluetas del desfile de Enfants Riches Deprimés. Getty Images

Su propuesta primavera-verano 2025 es, sin duda, de continuidad: con una estética claramente punk rock, incluye prendas tan poderosas como la cazadora de cuero, el vaquero, el short y la corbata. Todos, con un toque altamente sofisticado, que consigue elevar la propuesta. 

Isabel Marant ha firmado el último desfile del día. La diseñadora, que siempre celebra el poder de la mujer, ha apostado por una colección punk, marcada por lazadas en pantalones, camisas escotadas, flecos en cazadora de ante y estampados poderosos, que evocan paisajes desérticos. La paleta es cálida, con poderosos naranjas y rosas.

Silueta del desfile de Isabel Marant. Getty Images

Pero el aspecto bohemio de la colección no deja atrás apuestas más atrevidas como chaquetas oversize de cuero, tipo motorista, pantalones a juego y tachuelas. Las anillas refuerzan esta sensación. La sensualidad, que también caracteriza el estilo de Marant, ha aparecido a través de transparencias, aperturas y siluetas que dan un destacado protagonismo al cuerpo.

La intención es clara: libertad, tanto de espíritu como de movimiento. Todo ello bajo el paraguas de la artesanía.