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Siete de la mañana. La alarma de mi móvil ataca mi tímpano, arrastrándome de forma brutal pero eficaz de un sueño profundo. Terminada la ducha, la rutina de skincare y el desayuno, observo mi reflejo en el espejo, abrumada por una pregunta: "¿Qué me pongo?".

Pese a no contar con el armario de Carrie Bradshaw, reina del estilo de la serie Sexo en Nueva York, encontrar los diseños perfectos para mi día se suele convertir en una tarea tan compleja como vertiginosa. A las condiciones meteorológicas, se suma el tipo de actividades del día, las horas pasadas fuera de casa e, incluso, el humor al listado de factores que cabe tener en cuenta.

El resultado acaba siendo el mismo: media hora (como mínimo) perdida, probando, desechando, probando otra vez, eligiendo medias, añadiendo joyas, quitando un cinturón… sin conseguir un look satisfactorio. Ante la perspectiva de una hora de transporte y 10 minutos de caminata para llegar a la redacción, acabo eligiendo el estilismo menos 'problemático' o más aceptable, asumiendo que lo cambiaré, de una manera u otra, un par de horas más tarde.

Mi caso no es, por suerte, aislado. La gran duda ante el espejo es el reflejo de varias realidades: cierta inseguridad (también relacionada con el síndrome del probador) a la que se suma la incomodidad o miedo a no elegir adecuadamente e incluso a verse en un apuro en algún momento de la jornada. Nuestro look plasma, parcialmente, nuestra personalidad. No optar por un estilismo adecuado, con el que nos sintamos reflejadas, puede perjudicar nuestra manera de comportarnos o incluso relacionarnos.

La asesora de imagen personal especializada en estilismo emocional, Marta Barnils recuerda que el color de la ropa afecta directamente al estado emocional de una persona. Por ende, para afrontar con optimismo y humor una jornada, "si somos conscientes de lo que aporta cada color y su importancia, podemos dar un giro a nuestro estado de ánimo".

Según la experta, consultada por los expertos de Fabra, "al vestirnos lo primero que ocurre es que 'el color provoca una reacción física que activa en cada persona su estado emocional'. Cada tono influye en aspectos psicológicos distintos y, dependiendo también de cómo los combines entre sí, influirá en el tipo de reacción que tenemos. Estas sensaciones nos predisponen a tener unas actitudes concretas que afectan a nuestra forma de pensar", afirma Barnils.

La tecnología nos brinda la posibilidad de afrontarlo. En los últimos años, numerosas aplicaciones se han propuesto resolver nuestras dudas, a golpe de algoritmo. ¿Cómo funcionan? ¿Son tan eficaces como parecen? Analizamos tres de las más conocidas del sector. Estos son sus pros y sus contras.

Stylebook

Esta app, número 23 en la sección Estilo de Vida de la App Store por número de descargas, cuenta con nada menos que 90 funciones. Se presenta como una herramienta de organización y gestión de armario especializada. Detrás, se encuentran dos expertos: Jess Atkins, con una larga trayectoria en el mundo de la moda (empezó como becaria en VOGUE) y Bill Atkins, programador experto de Wall Street.

Su talento combinado dio lugar a esta app que funciona de manera intuitiva y eficaz. Invita, primero, a añadir las fotos de cada prenda. Incluye una herramienta de eliminación de fondo para conseguir una mayor nitidez. La app brinda la oportunidad de clasificarlas por color o talla, entre otros. A partir de allí, su outfit shuffle se encarga de crear nuevos conjuntos.

Permite planificar los looks con antelación (una herramienta valiosa, teniendo en cuenta posibles actividades que requieran seguir un protocolo) y crear una biblioteca de estilo a la que acudir fácilmente en caso de duda.

Otro de sus puntos a favor es la parte estadística: la aplicación se encarga de acumular información sobre el número de veces por las que optamos por cada prenda, estimando su valor real en nuestro armario.

No es su única funcionalidad sostenible: otorga la posibilidad de ir de compras de forma virtual. Tras comprar artículos en cualquier página web, podemos probarlos en el armario virtual antes de comprarlos. Una manera de evitar gastos económicos y medioambientales y de elegir ropa que realmente podremos combinar de forma certera.

GetWardrobe

Otra de las aplicaciones con mejor puntuación, disponible tanto en Apple como en Android, es GetWardrobe. Existen dos versiones: una gratuita y otra premium. La primera te da la oportunidad de idear un armario de hasta 100 prendas e incluye todas las herramientas de organización (etiquetas, filtros, búsqueda, clasificación).

Al igual que en el caso de Stylebook, brinda la posibilidad de calendarizar los looks y ver todas las estadísticas. Puedes crear tus propias combinaciones o contar con la ayuda virtual, dando un acceso completo o de solo lectura a tu 'estilista'.

Una función bastante útil es la de viaje, que ayuda a generar outfits según el viaje y el clima de destino. De esta manera, garantiza que solo te lleves lo estrictamente necesario. También permite comparar tallas y ubicar, según las marcas, las que nos sientan mejor.

Smart Closet

Smart Closet se ha convertido en otra referencia por su carácter versátil e intuitivo. A diferencia de GetWardrobe, no requiere ninguna inscripción. Permite añadir tanto prendas propias como de otras marcas, para crear un armario perfecto.

Basta con rellenar la ficha de producto de cada prenda y originar conjuntos o dejar que la aplicación las genere. También cuenta con una función de calendario, favoritos (para ubicar las prendas y complementos más deseados) y maleta de viaje. Al igual que en las anteriores, se pueden compartir los looks y analizar, a nivel estadístico, lo que más llevamos.

El balance de estas tres aplicaciones es positivo. Aunque cada una cuente con particularidades, numerosas funcionalidades son comunes. ¿Solucionan las dudas en el día a día? La respuesta es positiva, siempre y cuando nos armemos de paciencia. Toca sacar fotos de cada una de nuestras prendas, complementos y joyas, subirlas y rellenar su ficha técnica. 

Estas aplicaciones, más allá de solucionar nuestro día a día, hacen eco a la presencia creciente de las tecnologías en el sector y de forma más específica, de la Inteligencia Artificial, capaz de mejorar la creatividad, optimizar las cadenas de suministro y ofrecer experiencias personalizadas.

"Se pueden automatizar algunos procesos, pero las tendencias las crea el ser humano. La persona va a ser necesaria siempre porque al algoritmo le tengo que enseñar de moda. Eso no puede hacerlo la IA", recordó Juan Casero, Team Lead Corporate Communications de Zalando, en la segunda edición del Europe Fashion Summit, celebrada el pasado mes de septiembre.

A la espera de descubrir su alcance real, sigamos aprovechando las herramientas que nos brinda la tecnología en la actualidad, recordando que vestir bien no tiene una respuesta única.