"Nunca he consentido enajenar mi libertad, bajo ningún pretexto". Ese era el leitmotiv de esta pintora francesa que rompió todas las reglas preestablecidas de la sociedad del siglo XIX, desde llevar pantalones, un atuendo "masculino", hasta los gritos feministas que esconden sus lienzos. Una de sus obras maestras, El Cid, un león extraordinario, puede verse en el Museo del Prado.