Mary Quant, nacida en Londres en 1930, ha fallecido a los 93 años. Inventora de la minifalda (honor que se disputa con André Courrèges, que fue becario del gran Cristóbal Balenciaga) y revolucionaria de la moda y, de paso, la sociedad. Porque su idea de recortar el largo de las faldas se pone como ejemplo del avance de los derechos de la mujer a través de la moda: una prenda reivindicativa que cambió la historia de la ropa de mujer y ayudó a defender el feminismo.

Ella, cuyos abuelos eran mineros, siempre quiso hacer prendas que todo el mundo pudiera permitirse. "The whole point of fashion is to make fashionable clothes available to everyone" ("El objetivo de la moda es hacer que la ropa de moda esté disponible para todos"). Esta fue una de las frases que el Museo Victoria & Albert londinense destacó, en la merecidísima retrospectiva que le dedicó a la diseñadora en 2019.

En el documental Quant (2021), la actriz y directora Sadie Frost recorre la vida y trayectoria de la diseñadora británica más emblemática, con permiso de Worth, Paul Smith y Vivienne Westwood. "Ella siempre fue una gran abanderada de la androginia, de mezclar lo femenino y lo masculino. La idea de la minifalda no era provocar a los hombres, sino tener la libertad para correr, subirte a un árbol, hacer lo que te diera la gana", ha explicado la actriz.

Mary Quant

Ya, en su momento, antes de su retiro autoimpuesto, la propia Mary Quant comentó que diseñaba “ropa con la que se pudiera subir al autobús”. Por eso, creó zapatos planos estilo merceditas como los que llevaban las niñas, pero para mujeres adultas. En definitiva, quiso crear ropa cómoda, inspirada en los uniformes escolares que llevaban (y siguen llevando) los niños y adolescentes en los colegios británicos, pero para veinteañeros.

También es suya la idea de combinar los vestidos cortitos con botas de caña alta por encima o debajo de la rodilla y de reluciente charol. Puso de moda los pantalones de campana y suyos son también los llamados hotpants, es decir, unos shorts o pantalones cortos, todavía más cortos y en telas de brillantes colores, con los que se podía ir de la mañana a la noche.

En 1955 abrió con Alexander Plunket-Green (con el que se casaría dos años después y que sería el amor de su vida y el padre de su único hijo) una tienda llamada Bazaar, en King’s Road, en el barrio londinense de Chelsea. Inicialmente, vendían ropa de otros diseñadores, pero después, Mary, que buscaba diseños más audaces para sí misma, se hizo cargo del diseño. Mientras, Plunket-Green se ocupaba de la parte comercial y las relaciones públicas, organizando todo tipo de fiestas y reuniones en la tienda para dar a conocer las nuevas colecciones.

Bazaar

Se hicieron muy famosos sus escaparates, decorados de una forma sumamente original, con todo tipo de objetos y maniquíes en divertidas posturas, que atraían a una clientela ávida de novedades y precios asequibles. Al principio, la propia Mary Quant diseñaba y cosía los modelos, pero pronto la demanda fue superior y empezó a contratar costureras. La tienda no sólo se puso de moda, sino que se convirtió en un buen negocio: diez años después de su apertura, tenía casi 20 costureras en plantilla.

Y lo más importante: había creado el llamado estilo Chelsea (por el barrio en el que se situaba) y era el epicentro del llamado movimiento Swinging London (literalmente, Londres oscilante o que se balancea), que dio lugar también a los Swinging Sixties. Por ellos se abrían camino también los artistas y grupos musicales que abrazaron, como ella, un nuevo estilo juvenil y rebelde que dio lugar a toda una revolución cultural: David Bowie, The Beatles, The Rolling Stones, The Kinks, The Who...

Mary Quant

Desde mediados de los 60, una juventud hedonista, en busca de modernidad y del “haz el amor y no la guerra” impulsa un florecimiento en arte, música y moda que exportará al resto del mundo. Por eso, no es de extrañar que, en 1965, la famosa Diana Vreeland (el diablo que vestía de Chanel y no de Prada, directora del Vogue USA por aquel entonces) exclamara que "London is the most swinging city in the world at the moment” ("Londres es la ciudad con más swing en todo el mundo, en este momento").

Son los tiempos del movimiento antinuclear, de la píldora anticonceptiva y de la liberación sexual, y Mary Quant viste a esa nueva mujer que busca libertad de movimientos para la llamada emancipación femenina. Porque, por primera vez, puede acceder a una carrera profesional y una independencia económica. 

En el oscuro ambiente británico que había prevalecido durante la posguerra, tras los sacrificios impuestos por la II Guerra Mundial, su moda dejó entrar la alegría y la ilusión en la maltrecha clase media, que vio como podía permitirse vestir igual que las clases aristocráticas.  

Sus logros fueron más allá de la moda. Utilizaba modelos que se ajustaban, como ella, a un nuevo canon de belleza, opuesto al de los 40 y los 50: más delgadas, bajitas y sin apenas pecho ni curvas. Como su favorita, la británica Twiggy (ramita o palillo, en inglés), que se convertiría en una de las primeras top models internacionales.

Ambas pondrían de moda llevar gafas grandes, pestañas postizas, ojos muy marcados con delineador y el pelo muy corto. En el caso de Mary Quant, llevó siempre el corte de pelo que le hizo el peluquero Vidal Sassoon y que después se conocería como bob cut. 

Mary Quant fue en los 60 sinónimo de ruptura y rebeldía, un testigo que luego recogerá lo que Vivienne Westwood en los 70. En el país que vio a Thomas Burberry inventar la tela de gabardina, Mary Quant creó los impermeables de plástico en colores chillones como el amarillo y el rojo.

Al igual que otros muchos diseñadores de moda, probó suerte en la creación de vestuario para el cine, y en 1967 participó en el de la película Two for the road (en España, Dos en la carretera), dirigida por Stanley Donen e interpretada por los actores Audrey Hepburn y Albert Finney. En ella pudimos ver a Audrey, con un estilo mucho más moderno, luciendo minifalda y un vestido de Paco Rabanne.

Confeccionó prendas con todo tipo de materiales y estampados, y diversificó su negocio en líneas de diseño textil, artículos para el hogar e incluso una línea de cosméticos, con una margarita como logo, que fue un éxito de ventas, tanto en Europa como en Estados Unidos y Japón. En este país, su estilo sigue causando furor. En 2000, Mary Quant Ltd, su compañía de cosméticos, fue comprada por una firma japonesa y la diseñadora, que se quedó viuda en 1990, se retiró como directora, pero en Japón sigue habiendo tiendas de Mary Quant Colour.

La diseñadora explicó que el nombre de la minifalda se le ocurrió porque su coche favorito era el Mini (que fue lanzado en Inglaterra en 1959). En 1998 vería cumplido su sueño de diseñar el Mini 1000 Designer, que impregnó con su estilo único y personal, diseñando un interior con sus características rayas blancas y negras.

Para Sadie Frost, lo importante no es si Mary Quant inventó o no la minifalda ("Todo el mundo tiene su opinión sobre quién fue el primero, yo me inclino a pensar que fue el producto de algo colectivo, que estaba en el ambiente"), sino el impacto social y cultural que produjo en Londres y que lideró, sin duda, la diseñadora británica.

Como corroboran algunos de los famosos entrevistados en la cinta, Mary Quant fue avanzada a su tiempo y una pionera en todos los sentidos: las diseñadoras Vivienne Westwood y Zandra Rhodes y el diseñador Jasper Conran; Dave Davies, guitarrista de The Kinks; Pete Townshend, del grupo The Who; el director del Vogue británico Edward Enninful; la modelo Kate Moss y la maquilladora Charlotte Tilbury, dueña de la línea de cosméticos que lleva su nombre (y que el grupo español Puis compró en 2020 por 900 millones de euros).

Camilla Rutherford interpreta el papel de la protagonista en algunas escenas dramatizadas.

En el documental, Camilla Rutherford interpreta el papel de la protagonista en algunas escenas dramatizadas, y Frost recorre la vida de Mary Quant a través de de imágenes de archivo y los testimonios de quienes la conocieron, así como las sugerencias de la propia Quant. La diseñadora nonagenaria no ha estado tan involucrada porque el rodaje coincidió con la pandemia y a sus 92 años, “su prioridad máxima era cuidar la salud”.

Su hijo, Orlando Plunket Greene, sí que ha colaborado activamente y aparece en Quant. Él ha declarado que su madre no se consideraba feminista, "pero está claro que lo fue", ha comentado Sadie Frost. La actriz y directora fue una niña de los 60 y testigo directo de lo que Mary Quant representó para su generación. Con el documental, pretende “asegurarme de que su legado perdura y de que nadie la olvida”. Dar a conocer a las nuevas generaciones “lo que Mary hizo por las mujeres”. 

Fotograma con imágenes de archivo del documental "Quant" (2021).

Hoy, un "Quant" es un analista cuantitativo, es decir, un profesional con formación especializada en matemáticas, programación y finanzas, encargado de la valoración de instrumentos financieros y la medición de riesgos, mediante modelos matemáticos. Mary Quant fue una adelantada a su tiempo, arriesgó y ganó al personificar mejor que nadie en su época a la mujer moderna: con estudios universitarios, trabajadora y empresaria en un mundo de hombres y, como añade la sinopsis del documental en la web del Moritz Feed Dog, "estilista de cabecera de la década que aglutinó el feminismo, la píldora y el Swinging London".

En una ocasión, Quant bromeaba sobre su papel en la lucha de clases a través de la moda: “El esnobismo ha pasado de moda y en nuestras tiendas encontrarás duquesas compitiendo con mecanógrafas para comprar el mismo vestido”. En el documental, la diseñadora se pregunta: "¿Quién quiere vestirse hoy como una duquesa?".