Era el final del verano. Concretamente, 31 de agosto de 1997, cuando se conocía la fatal noticia. Diana Spencer, Dodi Al-Fayed, y el conductor de su coche habían fallecido en un brutal accidente bajo el puente del Alma en París. Segundos después, Lady Di se convertía en inmortal.

[Lady Di, la eterna musa de la moda: sus estilismos más icónicos y los mensajes que escondían]

Ya era un icono mediático desde principios de los años noventa, y tenía el récord Guinness a “la mujer con más portadas”. El planeta entero había seguido de cerca su vida real y esta se había convertido en una historia sentimental narrada por capítulos en los medios del siglo XX.

Sin embargo, desde aquel día, hace hoy exactamente veintiséis años, su estatus pasaba al de icono. De Valeria Vegas a Rosa Villacastín, pasando por Natalia Bengoechea o Julia De Castro, magasIn conversa con diferentes mujeres sobre las facetas del icono absoluto de Diana en el aniversario de su fallecimiento.   

“Manejaba nuevos códigos mediáticos”

Quizá no sea aventurado afirmar que la coincidencia de la llegada de Internet y la muerte de Lady Di inauguraba una nueva categoría global: la mujer hiperfamosa. De hecho, su funeral en televisión sería en el acontecimiento televisivo más seguido de la historia de Inglaterra.

Para la actriz y artista Julia De Castro, Lady Di “representa de hecho el punto y final de una manera de entender lo público. Es la primera figura de la realeza que maneja los códigos de los nuevos medios. Conecta muy bien con su manera de comunicarse y comparte su vida personal, más que eso, comparte lo aparentemente infranqueable en ese momento: la intimidad que vivimos con ella, sus problemas de matrimonio, su salida de la familia real, incluso su nueva relación… ella nos abrió su vida personal”.

Distintas expresiones de la princesa a lo largo de su vida.

“A mí me recuerda”, continúa De Castro en conversación con magasIN, “a lo que hizo en la política, de otro modo, más controlado, por supuesto, Jackie Kennedy, que encontró modos diferentes de comunicar a los que las primeras damas estaban acostumbradas. Diana maneja códigos insólitos para el momento y por eso cala tanto en la vida social y a día de hoy seguimos hablando de ella, algo que no hacemos con ningún otro miembro de la realeza fallecido”.

“En el mundo postmedia y de las redes sociales”, añade Julia de Castro, “quizá la sensación que tuvo la gente con sus comunicaciones más íntimas fue parecida a la que tuvimos en el momento en que nació Instagram. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi stories de la casa de una persona conocida, y me pareció alipori, sentíamos esa vergüenza de ‘¿cómo puede alguien mostrar esto?’.

Ahora, con el paso del tiempo nada es así, podríamos decir que eso se ha solucionado. Coincidiendo en el nacimiento de Internet, ella fue una de las mujeres que cambió cómo entendemos lo público y lo privado”.

“Era una referencia de estilo”

La directora de moda y estilista Natalia Bengoechea recuerda para magasIN cómo “el día de su fallecimiento justamente estaba con mi madre en la ciudad de Miami, y al igual que el mundo entero, nos quedamos en estado de shock. Lady Di era una referencia de estilo, la seguíamos y admirábamos todas. No en vano tenía amistad y era admirada por muchos de los grandes diseñadores de moda de la época: Versace, Galliano…”. 

Lady Di con el denominado 'vestido de la venganza'.

Bengoechea señala el conocido vestido de la venganza [un vestido negro que Diana llevó el día que el príncipe Carlos anuncia públicamente su adulterio con Camilla Parker Bowles], y recomienda la cuenta de Instagram @ladydirevengelooks.

En esa época, tuve la suerte de ser elegida directora de moda de la edición española de Vogue, y me entrevistó Anna Harvey, que había sido la artífice de su famoso corte de pelo. Junto a Sam Macnight, y su estilista de cabecera, pasé horas preguntándole anécdotas sobre ella, cómo juntas habían construido un icono de estilo que sigue más vivo que nunca”.

En 1988, Diana se puso unos Levi’s para asistir a un torneo de polo, y fue la primera royal en usar vaqueros. También en usar vestidos de lunares, calcetines altos y prendas universitarias u oversize… ¿Por qué resultaba tan fotogénica Diana? La explicación parece que puede encontrarse en la dimensión áurea: en un estudio del Centro de Cirugía Estética y Cosmética Facial Avanzada de Londres, se explicó que, en términos de proporciones faciales, Lady Di es la royal más cercana a la perfección facial clásica “con una puntuación de 89.05%”.

“Marcó el camino a seguir a todas las futuras reinas de Europa”

Para Rosa Villacastín, “Lady Di sigue siendo un icono porque, pese a su aspecto frágil, tuvo la fuerza de enfrentarse a la monarquía europea más poderosa. Un órdago que les hizo tambalear, tanto mientras vivió como tras su muerte. Hay que recordar la frialdad de la Reina Isabel cuando se entera de que ha muerto, lo que la obligó a salir para paliar las críticas de su pueblo”.

Imagen de Lady Di en un acto público.

Villacastín recordó para magasIN cómo “Nosotras dedicamos en Extra Rosa dieciocho horas de programa, en las audiencias arrasamos, y podríamos haber dedicado mil más”. ¿Por qué tanto interés? “Primero, por ser la mujer de Carlos de Inglaterra, lógicamente. Yo creo que la gente inmediatamente intuyó que era muy desgraciada, luego poquito a poco, ella va marcando territorio hasta que se divorcia y a partir de ahí, la mujer que lleva dentro sale afuera. Comienza con su labor social y se veía que era sincera, […] se fue a ver a la madre Teresa, pero en definitiva empieza a hacer lo que le daba la gana, diciendo ‘me importa el mundo tres narices, ahora quien manda en mi vida soy yo’, es un mensaje de empoderamiento femenino, y en ese sentido se ha convertido en un icono, además de por su elegancia”.

¿Qué implicaciones tuvo en el ecosistema de las casas reales europeas? “Tuvo un impacto muy grande en sus sucesoras. Letizia, Máxima, Mary…”. Para Villacastín, Diana marcó el camino a seguir a todas las futuras reinas de Europa. Ellas son al final las que están sosteniendo las monarquías modernas, todas han vivido como ciudadanas, y la educación que están dando a las futuras generaciones es la de mujeres muy potentes”.

Concha Calleja, en su libro Diana: Réquiem por una mentira (Almuzara), describe cómo “Diana se había convertido en un personaje de sobras incómodo para el establishment británico, que observaba con gran susceptibilidad cómo la cercanía de Diana con la gente, su popularidad y su importante labor benéfica, superaba de lejos a cualquier otro miembro de la familia real”.

No era una outsider, como recuerda Calleja, “cuando su padre se convirtió en conde, ella pasó a tener el título de Lady”. Era algo más interesante: una insider que rompía el molde que la había creado.

“Asocio su imagen a la de la Madre Teresa”

“La gente la quería porque era capaz de enfrentarse a lo establecido”, añade Villacastín. “En vez de dedicarse a las fiestas, todas sus apariciones eran a favor de algo, y se veía que era auténtica y que se había liberado de esas cadenas que pone la casa real, de pura hipocresía. Cuando salió en el barco de Dodi Al-Fayed en bañador… Creo que Carlos tuvo muchos celos de ella”.

A Diana la conoce de hecho como la primera Royal ‘que daba la mano’, un gesto que revelaba su verdadero interés por acabar con ciertos estigmas. La periodista Julie Heiland autora del libro Reina de Corazones (Planeta), recuerda cómo Diana “hizo todo cuanto estuvo en su poder para activar su carrera como embajadora de buena voluntad”.

La princesa fue conocida como la primera activista royal que daba la mano.

Cita su campaña en contra de las minas antipersona, en 1997, en Angola, delante de las cámaras y, cuatro semanas antes de morir, la visita a víctimas en Bosnia. “El mundo necesitaba más mujeres que prendieran fuego a la jaula en la que estaban encerradas”.

Heiland recuerda cómo “en el año 2017 le fue concedido póstumamente el Premio Legacy de la revista Attitude por su lucha por los derechos de los portadores de VIH y los enfermos de sida, premio que aceptó el príncipe Enrique, su hijo”.

Valeria Vegas confiesa a magasIN cómo recuerda “aquel final del verano, recuerdo dónde estábamos, con mis padres, tenía doce años recién cumplidos, pero no tengo ninguna pasión a Lady Di. Lo he intentado. Me podría gustar como icono pop, pero mi resumen sería que es una señora que sale constantemente en todas partes. La reina Isabel sí que me fascinaba”.

Para ella, “el momento mítico sería sin duda su funeral, con sus dos hijos detrás, Elton John grabando la canción y toda Inglaterra conmocionada. Muy cerca de su recuerdo tengo otro, el de la madre Teresa, una imagen que asocio junto a ella, pero sí, si hubiera vivido quince años más, parecía que a Lady Di la iban a beatificar”.